Tensión bilateral por muerte de estadounidenses en Matamoros

El secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses y el asesinato de dos de ellos revivió la iniciativa republicana para que los narcotraficantes mexicanos sean catalogados como grupos terroristas, una propuesta que difícilmente se aprobará en un contexto en el que AMLO descarta mellas en la relación con su homólogo Joe Biden
Rubén Zermeño Rubén Zermeño Publicado el
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El reciente secuestro de cuatro turistas estadounidenses y el asesinato de dos de ellos en Matamoros, Tamaulipas, evidenció la tensa relación que viven los gobiernos de México y Estados Unidos.

Mientras en territorio nacional las autoridades minimizan el hecho y pregonan que “se actúo bien”, del otro lado de la frontera, los miembros más radicales exigen un divorcio y actuar con mano dura.

Entre las voces que hicieron eco y retumbaron en el centro del territorio mexicano se encuentra la del congresista republicano, Dan Crenshaw, quien propuso que los narcotraficantes sean catalogados como terroristas y se les combata con el Ejército.

Especialistas en seguridad y relación bilateral comentan con Reporte Índigo que es muy poco probable que avance dicha iniciativa, ya que se ha comprobado que la militarización no es la vía para combatir a estos grupos del crimen organizado, ya que la responsabilidad de su violencia y expansión es compartida y agudizaría la crisis.

Las exigencias republicanas

Los expertos en la materia opinan que los republicanos están utilizando la crisis para politizar el tema y ganar simpatías rumbo a la carrera presidencial de 2024, en la que el discurso del expresidente Donald Trump comienza a revivir y cobrar fuerza.

La iniciativa para incluir a los cárteles mexicanos en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras data del 2011, pero la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes la volvió a poner en su mira junto con el tráfico de fentanilo desde México.

A la voz de Crenshaw se sumó la del congresista republicano James Comer, quien consideró que fue un error que Estados Unidos no bombardeara los laboratorios de narcóticos en México tal y como lo planteó la administración del expresidente Trump.

“Trump había ordenado bombardear un par de laboratorios de fentanilo y de metanfetamina en México, al otro lado de la frontera, y por alguna razón los militares no lo hicieron”, dijo el republicano.

En la misma línea discursiva de su compañero de partido, Comer acusó al Gobierno federal mexicano de tener “encuentros frecuentes” con los cárteles de la droga.

“En los destinos turísticos populares como Cancún y Matamoros los estadounidenses ni siquiera pueden sentirse seguros, no alentaría a ningún estadounidense a viajar a México en este momento (…) necesitamos tener una fuerte presencia militar en esa frontera sur”, insistió.

Miembros del Partido Republicano revivieron la iniciativa para incluir a los cárteles mexicanos en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras. Foto: Especial
Miembros del Partido Republicano revivieron la iniciativa para incluir a los cárteles mexicanos en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras. Foto: Especial

Por la vía diplomática

Con palabras más mesuradas y formas más diplomáticas, el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, y la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall, se reunieron en días recientes a puerta cerrada con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y el Fiscal General, Alejandro Gertz Manero.

De acuerdo con las versiones oficiales, las reuniones fueron para mejorar la cooperación en materia de seguridad y luchar contra el “flagelo” del fentanilo.

Después de la lluvia de ataques de miembros del Partido Republicano que revivieron la iniciativa para incluir a los cárteles mexicanos en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras y acusaron al Gobierno federal mexicano de tener nexos con el narcotráfico, la presidencia norteamericana les respondió ayer.

Karine Jean-Pierre, vocera de la Casa Blanca, aseguró a los republicanos que la administración de Joe Biden ya cuenta con todas las competencias legales para combatir al narcotráfico, por lo que no hay necesidad de declararlos como grupos terroristas.

“Designar a estos cárteles como Organizaciones Terroristas Extranjeras no nos otorgaría ninguna autoridad adicional que realmente no tengamos ya en este momento.

“Estados Unidos tiene poderosas autoridades de sanciones específicamente designadas para combatir las organizaciones de narcotraficantes y las personas y entidades que las habilitan, por lo que no hemos tenido miedo de usarlas” dijo la vocera.

A pesar de no encontrarse en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés), los cárteles mexicanos sí se están incluidos en varios estatutos que les imponen sanciones similares que las de las organizaciones terroristas, como la Ley de Cabecillas del Narcotráfico (Ley Kingpin) y la Lista de Objetivos Considerados Prioritarios (CPOT por sus siglas en inglés) del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Estas designaciones contra los cárteles mexicanos dotan al Gobierno de Estados Unidos con las mismas capacidades que una designación terrorista, por ejemplo, las autoridades norteamericanas ya pueden “congelar” los bienes que se encuentren bajo su jurisdicción de los miembros de estos grupos, prohibirles la entrada a su territorio y establecer sanciones pecuniarias, es decir, multas.

Ganar votos

Para la doctora Daira Arana, directora de Global Thought México y especialista en seguridad y relaciones bilaterales, la crisis de inseguridad que se vive en nuestro país es multifactorial y por eso Estados Unidos pone atención solo a algunos aspectos.

“Hay tres temas que importan en la agenda bilateral: el tema migratorio, el tema de la relación comercial y la seguridad. El Acuerdo Bicentenario nos debería dar luz sobre a dónde tendría que ir esta cooperación en seguridad, pero esta iniciativa (la de incluir a los grupos mexicanos del narcotráfico en la lista de terroristas) haría todo lo contrario de lo que busca.

“Existe evidencia de que las estrategias militarizadas para combatir la influencia del crimen organizado o la guerra contra las drogas lo único que generan es más violencia”, explica.

Además, la especialista señala que al no estar articulada la estrategia entre países, solo generaría más dudas que certezas, como cuál será el rol del Estado mexicano si colaborara con el Ejército estadounidense y quién va a tener la batuta para juzgar las violaciones graves a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario en el caso de que se cometan crímenes de guerra.

Debido a esta situación, Arana considera que solamente se trata de una estrategia discursiva de los congresistas republicanos para ganar votantes.

“Esto parece ser una tendencia cada vez más recurrente de los republicanos más extremos previo a las elecciones, ya que este tipo de discursos permiten llegar a más votantes y verse como hombres fuertes que van a defender a la nación más grande del mundo, como ellos la dimensionan, y que están dispuestos a tomar todas las medidas para reducir todos aquellos factores que están generando muertes a sus ciudadanos, ya sea dentro de su territorio como en el caso del fentanilo, o fuera de él cuando salen a México, que es uno de los destinos turísticos más importantes y ahora de vivienda con la llegada de los nómadas digitales”, agrega.

Finalmente, la especialista dice que es muy probable que este discurso se siga agravando y con el tiempo afecte la relación bilateral.

“Hay que estar atentos y ver cómo permea en el contexto electoral estadounidense, pero también en el mexicano y qué tanto puede cambiar  la cooperación bilateral”, concluye.

El discurso de los congresistas republicanos en contra del crimen organizado en México es una estrategia a la que apelan para tratar de ganar votantes previo a los próximos comicios  Foto: Especial
El discurso de los congresistas republicanos en contra del crimen organizado en México es una estrategia a la que apelan para tratar de ganar votantes previo a los próximos comicios Foto: Especial

Falta de estrategia

Para Juan Manuel Aguilar Antonio, especialista en seguridad nacional e investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), no existe una estrategia real y articulada por parte del Gobierno federal, lo que ha desencadenado la crisis de violencia en la frontera norte del país y el crecimiento de los grupos del crimen organizado.

“El presidente López Obrador no tiene como prioridad una estrategia de combate a los grupos del crimen organizado, más bien ha sido reactivo. El Gobierno mexicano sí ha tenido golpes trascendentales contra la cadena de valor del fentanilo, pero eso no es una estrategia”, dice.

Ejemplo de esto es la captura de Ovidio Guzmán del Cártel de Sinaloa y Juan “El Huevo” Treviño del Cártel del Noroeste, así como diversos operativos en Lázaro Cárdenas, Michoacán.

‘Se actuó bien’

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) defendió la actuación de las autoridades mexicanas ante el secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, dos de los cuales fueron asesinados, y criticó el “escándalo” generado por el caso.

“Fue muy lamentable que esto sucediera, se actuó bien porque pronto se encontraron a las personas, dos fallecidos, un herido, otro bien, y se atendió esta situación de urgencia, muy lamentable”, dijo en su conferencia matutina como respuesta a las críticas, tanto en México, como en Estados Unidos.

Insistiendo en el accionar de las autoridades involucradas en la búsqueda de las cuatro personas secuestradas el viernes 3 de marzo, reclamó el escándalo que se hizo en ambos lados de la frontera.

“Hicieron también un escándalo nuestros adversarios aquí y allá. Nosotros tenemos que terminar la investigación para saber con precisión qué sucedió, informar aquí cuál fue la causa”.

Incluso respondió a varios senadores republicanos y los acusó de “rasgarse las vestiduras”.

“Claro que hace daño, es una droga adictiva, terrible, lo más dañina que puede haber, pero cómo es que llega allá. Va a servir para darle una sacudida a las agencias, mínimo hay ineficiencia”, respondió aludiendo a la iniciativa para utilizar la fuerza militar estadounidense contra cárteles mexicanos.

El primer mandatario además dijo coincidir con Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, respecto a que ambos países deben combatir a las denominadas organizaciones criminales internacionales. Descartando que el caso de Matamoros pueda afectar las relaciones con el Gobierno de Joe Biden.

El titular del Ejecutivo mexicano descartó que el caso de Matamoros pueda afectar las relaciones con el Gobierno de Joe Biden. Foto: Especial
El titular del Ejecutivo mexicano descartó que el caso de Matamoros pueda afectar las relaciones con el Gobierno de Joe Biden. Foto: Especial

“No deja de haber politiquería, ya hemos hablado de eso aquí y allá, pero tenemos que trabajar juntos respetando nuestra soberanía”, dijo López Obrador.

Finalmente, López Obrador recordó que su administración también hace propuestas a sus pares estadounidenses.

“Le hemos pedido al Gobierno de Biden que atienda a los jóvenes para evitar el consumo de fentanilo en su país. Además de que se enfoque en regular la venta de armas, pues el 80 por ciento del arsenal de los cárteles proviene de las armerías estadounidenses”.

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