Emojis: la revolución del lenguaje
Si tienes más de 30 años y tratas de leer y entender los tuits que publicaba la actriz Carrie Fischer, lo más seguro es que mueras en el intento. Pero lo más probable es que los millennials o los adolescentes de la Generación Z no tengan ningún problema para descifrar las historias que contaba la Princesa Leia de Star Wars utilizando emoticones y gráficos.
Será tendencia o moda, pero en las redes sociales está naciendo un nuevo lenguaje que está desplazando a la lengua que todos conocemos.
Los GIF, emoticones y memes están sustituyendo a las palabras. Eso es una realidad.
Hidalgo Neira
Si tienes más de 30 años y tratas de leer y entender los tuits que publicaba la actriz Carrie Fischer, lo más seguro es que mueras en el intento. Pero lo más probable es que los millennials o los adolescentes de la Generación Z no tengan ningún problema para descifrar las historias que contaba la Princesa Leia de Star Wars utilizando emoticones y gráficos.
Será tendencia o moda, pero en las redes sociales está naciendo un nuevo lenguaje que está desplazando a la lengua que todos conocemos.
Los GIF, emoticones y memes están sustituyendo a las palabras. Eso es una realidad.
“Es una nueva taquigrafía”, dice Luis Fernando Lara, lingüista del Colegio de México (COLMEX) y coordinador del Diccionario del Español de México.
Hace 20 años el Premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez lanzó al mundo una consigna que levantó furor en los letrados de la lengua castellana y que hasta hoy se sigue recordando como referente de la irrupción del idioma.
“Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revólver con revolver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?”, profirió el autor de “Cien Años de Soledad” en el Primer Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Zacatecas.
Fue precisamente a finales del milenio pasado que las nuevas generaciones se vieron contagiadas por usar la “K” en sus enunciados escritos, desde lo más simple como un “Ke onda? Komo estas?”, hasta para dar declaraciones de amor o seguir la plática entre sus iguales.
A la par llegó desde Japón el primer ícono electrónico para utilizarse en el extinto bíper o localizador de mensajes cortos: un corazón.
Después vendrían las caritas felices o de sorpresa que eventualmente se volvieron emojis (o emoticones, en español) y que ahora dominan el mundo del lenguaje escrito.
Tan es así, que en el 2015 el Diccionario Oxford denominó al emoticón de carita con lágrimas de alegría como palabra del año.
“Fue una cuestión de oportunidad, había esta falta de caracteres y surgió un GIF, un emoticón, un meme, que expresaba precisamente lo que uno siente y que a lo mejor ibas a utilizar 15 palabras para poder explicar eso que estabas sintiendo. A mi no me causa tanto conflicto, porque creo que es como este nuevo sublenguaje que se está creando”, detalla la correctora de estilo Paulina Chavira en entrevista con Reporte Indigo.
También para Luis Fernando este modo de expresarse es como una nueva jerga críptica entre la sociedad contemporánea.
“Yo no le veo en sí problemas a que la gente abrevie palabras y utilice emoticones, es una nueva taquigrafía (…) lo que sí es importante es que en particular la juventud no crea que esa es toda la manera de escribir, porque entonces sí está condenada a una ignorancia absoluta”, explica el académico, vía telefónica.
El escritor Óscar de la Borbolla continúa la idea de Luis Fernando y afirma que sí se escribe más, pero se pierde calidad en el lenguaje al no tener un léxico tan amplio en el ciberespacio.
“Efectivamente ahora la gente escribe más, pero eso es solamente una cosa festejable desde el punto de vista cuantitativo. Si revisamos los comunicados verbales que se mandan unos a otros, creo que no podríamos alegrarnos tanto, porque es tal el nivel de insulsez, de banalidad que atraviesa las redes sociales, que más que parecer una sociedad que se comunica mucho, es una sociedad muy silenciosa. Cuantitativamente hay mucho más escritura gracias a las redes sociales y cualitativamente esa escritura de todos modos de nada sirve”, revela el autor de “Las Vocales Malditas”.
El informe del 2016 del Instituto Cervantes titulado “El español: Una lengua viva” enuncia que 472 millones de personas usan la lengua castellana como idioma materno, siendo la segunda más hablada en el mundo, sólo detrás del chino mandarín.
Antes la onda, hoy el meme
México experimentó con el lenguaje a mitad del Siglo XX. Escritores irreverentes buscaron una ruptura con el sistema vertiendo palabras de rebeldía en sus libros. Los consagrados los tacharon de bajo nivel, “soeces del lenguaje”, acuñaría Margo Glantz en su ensayo “Onda y escritura: jóvenes de 20 a 33”, publicado en 1971 acerca de la literatura de la onda.
“’¿Qué onda? ¿cómo estás mano?’, esa forma de expresión que levantó a nivel literario José Agustín, Parménides García Saldaña y muchos de ellos, y cada generación hace esto. Ahora a causa de las redes sociales y demás, me da la impresión de que es un poquito más delicado, que tiene más gravedad el asunto porque se está cancelando el discurso verbal para regresar a un intercambio de dibujos”, comenta De la Borbolla.
Por su parte el español Alejandro “Álex” Herrero Manrique, quien no es lingüista de carrera, pero se dedica a la filología y a sus 22 años es miembro de la Fundéu BBVA –asociación que se busca el buen uso del español en medios de comunicación– cree que el uso de memes, los GIF y emojis sí ha impulsado en redes sociales, pero como todo en exceso, puede ser dañino.
“En función de la actividad que se tiene en redes sociales, se puede ser más propenso o no a utilizar los memes, los GIF y emojis, por ejemplo mi madre un emoji sí lo utilizaría, porque lo ve práctico pero un meme no lo comprendería a la primera o no le vería ni siquiera el tono divertido o un GIF diría ‘bueno, para qué si puedo decirte que ya estoy enfadado y no quiero darle ningún otro matiz’ (…) la cuestión es ¿soy partidario? Sí, siempre y cuando sepas en qué registro te encuentras”, dice Herrero Manrique.
La favorita
En el año 2015 el Diccionario Oxford denominó al emoticón de la carita feliz con lágrimas de alegría, usado por muchos para referirse a algo que le causa demasiada risa, como la palabra del año.
Emoticones sin barreras
Igual los usas para hablar con tu novia que con tu abuelita, el morboseo se utiliza de manera sutil cuando una berenjena aparece en el smartphone para ejemplificar un pene o un durazno para referirse a las nalgas. La realidad es que al menos una vez al día estos y más íconos están presentes en las conversaciones de tu vida.
Los emojis no discriminan, hay para todo (o casi todo) lo que se quiere decir o expresar, además de que cada vez más las redes sociales incentivan su uso, pero a veces rayando en el exceso y omitiendo la escritura tradicional.
“Siento en mis papás, en mi abuela, en mis tías –que pues evidentemente no entran en el bloque millennial– que les encanta usar emoticones. Mi mamá de verdad es una maestra del emoticono y entonces te puede mandar un mensaje en Whatsapp con 18 emoticones para contarte una historia”, recuerda la correctora Paulina Chavira.
Mientras, Luis Fernando Lara confiesa que usa “poquito” estas expresiones gráficas al enviar mensajes a sus seres queridos en la aplicación de mayor uso del mundo, pero él se sabe excluido de redes sociales por gusto propio.
“Al final pues sí también los adultos empezamos a utilizar un emoticón para decir ‘te lo agradezco’ o ‘qué lástima’ o etcétera, sí cruza la barrera de los jóvenes”, dice el doctor en lingüística y literatura hispánicas.
GIF: ¿economía del lenguaje?
Además de los 2 mil 666 emoticones que existen actualmente, los GIF se han vuelto una expansión del idioma para pronunciar ideas. Bien está la frase de que “una imagen vale más que mil palabras”, por lo que estas nuevas herramientas resultan en una economía del lenguaje universal, ayudando a ahorrar caracteres cuando se quiere mandar un tuit, pero dejando de lado la expresión escrita.
“Nos costó muchos siglos de civilización llegar a adquirir un lenguaje simbólico para regresar a esto que ahora se aplaude mucho que es la imagen. La imagen no sustituye mil palabras, la imagen mata mil palabras”, expresa De la Borbolla.
Cuando el 27 de junio pasado Ucrania sufrió otro ataque de Ransomware al estilo de WannaCry, desde su cuenta de Twitter oficial el gobierno tomó de manera irónica el suceso, e incluso publicó un GIF con el perro creado por el ilustrador K.C. Green, que rodeado del fuego en una habitación dice “This is fine” (Esto está bien, en inglés).
“Eso es lo que creo que los emoticonos, los memes y los GIF quieren emular (…) es esta parte de querer conectar y querer como decir ‘ay, yo también hablo tu mismo lenguaje o utilizo las mismas herramientas que tú’. A mí me parece chocante, pero es algo muy personal, hay gente a la que le parece muy simpático y dicen ‘¡ay, qué buena onda! Mira qué relajados estos que utilizaron este GIF’ pero sí creo que es una cuestión como de estilo”, aclara Chavira.
Celebrando la (correcta) escritura
Cuando Miguel de Cervantes Saavedra escribió “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” en 1605, el idioma español se encontraba en un grado “medio” el cual fue denominado “de los siglos de oro”.
Para llegar al español moderno pasarían siglos, la fonética, gramática y ortografía evolucionaron hasta como hoy la conocemos y la escritura sigue más en un constante cambio con el Internet.
“La lengua nos sirve para nombrar la realidad, cualquiera que esta sea y una de las mejores formas digamos de adoctrinar o de crear realidades es a través del lenguaje (…) me encantaría que a la gente se le quiten estas ganas de querer desaparecer los acentos y las reglas de ortografía, pero sí me gustaría que cada vez veamos al lenguaje más como lo que es, como un arma que podemos utilizar para la paz”, reflexiona Chavira.
Para Herrero es claro que se necesita dejar de sacralizar al idioma, ya que éste es una herramienta para nuestra mejor comunicación y debe simplificarse siempre y cuando los hablantes esten de acuerdo además de que vengan otros cambios.
“Si yo a mi madre o a un amigo o a quien sea en un mensaje de texto por privado, me como palabras o vocales y el mensaje es comprensible, no se está incumpliendo ninguna norma sagrada, principalmente porque no hay una norma sagrada. Nosotros como que sacralizamos la lengua pero en verdad la lengua está a nuestro servicio y la usamos como queremos”, aclara Herrero Manrique.
Analfabetas del siglo 21
Ante el uso exacerbado de emoticones en Whatsapp, hay quienes ya logran hacer enunciados de estos pictogramas para expresar ideas, lo cual no resulta del todo fácil entender para quienes no los dominan y pareciera que entonces ahora hay otro tipo de analfabetismo, el no saber leer ni escribir en lengua emoji en pleno 2017.
“Eso es ir en dirección de una escritura jeroglífica. Las escrituras jeroglíficas son muy limitadas, precisamente los pueblos que tenían escritura jeroglífica, la escritura tenía un papel bastante reducido y en cambio en las escuelas –en el caso del México prehispánico– se desarrollaba la memoria, es decir quienes iban a la escuela tenían que hacer grandes ejercicios de memoria para conservar discursos y noticias que eran importantes para la comunidad”, ejemplifica Lara.
El académico del COLMEX asegura que los grafos digitales están destinados a desaparecer “y no tardarán mucho”, pero De la Borbolla teme que esto no sea cierto en un futuro.
“Más que desaparecer se me hace que se van a robustecer y vamos a empezar a presenciar algo que ya se está dando, que es una especie como de lenguaje multimedia en que la imagen hace inútil el empleo de las palabras y las palabras solo vienen a darle un matiz a la imagen”, exclama el maestro en filosofía de la UNAM.
La neolengua es ¿ahora?
George Orwell perpetuó en su novela “1984” un término que llegó para horrorizar al mundo de las letras, la neolengua, la cual contraía el idioma y lo simplificaba para usar las menos palabras posibles para expresar una idea, para los especialistas esta es una realidad absoluta hoy en día.
“Toda esa riqueza que nos permite el uso de todos los tiempos verbales, actualmente si te fijas solamente empleamos dos tiempos verbales, el pasado y el presente, ni siquiera se usa el futuro. La gente no dice ‘nos veremos’ dicen ‘nos vemos mañana’ (…) sí creo que se está contrayendo el lenguaje”, pronuncia De la Borbolla.
Herrero, por su parte, cree que se vive en una neolengua constante desde hace tiempo y por eso actualmente las herramientas gráficas predominan en la comunicación.
“Una cosa muy importante: la lengua se rige por el principio de economía. La lengua siempre tiende a decir más en menor esfuerzo comunicativo, entonces los emojis y los GIF lo que hacen es decir muchas cosas en muy poco espacio, que es lo interesante”, alega el español.
Universo emoji
Se usan todos los días en Whatsapp, Messenger o Twitter, algunos caracteres se interpretan con doble sentido y en el mundo tienen gran influencia más allá de redes sociales
Hasta en las películas
La cultura de los emoticones es tal que hasta Hollywood se deja llevar por esta fiebre, ya que en agosto estrenarán un filme con esta temática, aunque solo sea una moda de actualidad.
Carrie Fisher: Maestra emoticona
Desde su cuenta de Twitter, la que fuera Princesa Leia utilizaba los emojis para comunicarse en la mayoría de sus mensajes, e inclusive hubo quienes la hacían de traductores de sus 140 caracteres.
Interpreta la noticia
En el programa nocturno de James Corden se invita a que el público interprete una serie de emoticones que en realidad son el encabezado de una noticia verídica de alguna parte del mundo.
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