Los dos lados de la mezclilla
México es uno de los principales productores de prendas de vestir hechas con mezclilla, de acuerdo a datos de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CANAIVE).
Los niveles de producción son de tal importancia que nuestro país es el principal competidor de China, el fabricante número uno a nivel mundial de este textil.
Pero su elaboración constituye uno de los focos industriales de contaminación ambiental y de afectación a la salud más peligrosos del país.
J. Jesús Lemus
México es uno de los principales productores de prendas de vestir hechas con mezclilla, de acuerdo a datos de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CANAIVE).
Los niveles de producción son de tal importancia que nuestro país es el principal competidor de China, el fabricante número uno a nivel mundial de este textil.
Pero su elaboración constituye uno de los focos industriales de contaminación ambiental y de afectación a la salud más peligrosos del país.
La industria de la mezclilla consume y contamina el agua, cuyo principal efecto secundario es el brote de enfermedades, además, hay estudios que apuntan a una relación directa con el incremento de casos de cáncer, a causa de los desechos sólidos que esta industria genera.
Según la Cámara Nacional de la Industria Textil (CANAINTEX), en México operan al menos 36 fábricas de elaboración de mezclilla, la mayoría asentadas en la zona de Tehuacán, Puebla, región que es considerada desde hace 20 años como el epicentro nacional de la producción de este textil.
El asentamiento de al menos 18 fábricas productoras de mezclilla en esta parte de Puebla, no es fortuito; las industrias se han radicado aquí por la riqueza hídrica de la zona, cuyos mantos freáticos son alimentados por el agua que aporta el deshielo del Pico de Orizaba.
Sin embargo, de la mano del florecimiento de la industria textilera, en Tehuacán han aumentado los padecimientos de cáncer, la cuarta causa de muerte entre la población de acuerdo a los datos oficiales del Comité Estatal de Información y Estadística del Estado de Puebla.
Pero no es solo eso. Entre las cinco principales causas de muerte que se registran en Tehuacán, al menos tres de ellas están relacionadas directamente con la contaminación que generan las fábricas de mezclilla, de acuerdo a fuentes del Sector Salud en esta localidad.
Por enfermedades del hígado, por cada 100 mil personas, al año mueren 60. Por enfermedades del corazón fallecen 47 y por tumores malignos, 46.
El estudio “Hilos Tóxicos” de Greenpeace expone el papel de la industria textil en la contaminación de los ríos en México y revela que se ha encontrado “una amplia gama de sustancias peligrosas en aguas residuales” que son depositadas sin ninguna regulación por las mezclilleras.
Entre las sustancias toxicas que Greenpeace detectó que emanan de algunos centros productores de mezclilla, se encuentran el nonilfenol, nonilfenoles etoxilados, benzotriazoles, fosfato de tributilo, tricloroanilina y surfinol 104. Todos considerados por el sector salud como cancerígenos.
Por eso no es extraño que en Tehuacán, la principal causa de muerte sean los padecimientos hepáticos, entre ellos el cáncer de hígado.
Las cifras de decesos por tumores malignos -principalmente del estómago y del cerebro- que se registra en Tehuacán es una de las más elevadas del país. Esta región compite con las cifras negras de este tipo de padecimientos que se registran en áreas de alta contaminación como Cananea, en Sonora; Guadalupe y Calvo, en Chihuahua, y Aquila, en Michoacán, donde el foco contaminante es la minería.
Tehuacán se encuentra emparejado en las cifras de tumores cancerígenos y cáncer de hígado con las que se registran en Aguascalientes y Querétaro, en donde también operan fábricas de mezclilla y donde los niveles de contaminación de las aguas residuales son similares a las que Greenpeace detectó y denunció en algunas regiones textileras de China.
Industria de claroscuros
Iván Zarate Temaxtle, director del departamento de ingeniería industrial del Instituto Tecnológico de Tehuacán, reconoce que la industria textil tiene sus claroscuros.
Zarate Temaxtle señaló que el aporte que hace la industria a la economía de la zona mediante la generación de empleo, pero también reconoció la emisión de contaminantes nocivos para la salud.
“(Las fábricas de mezclilla) son focos permanentes de contaminación, pues todas las aguas negras, que contienen altos niveles de residuos tóxicos, son destinadas, en la mayoría de los casos sin ningún control, a los arroyos que desembocan en los ríos, de donde muchos de esos residuos se filtran hacia los mantos freáticos”, explicó.
El ingeniero detalló que entre los contaminantes más peligrosos, los que podrían estar relacionados directamente con el brote de enfermedades, son los compuestos de potasio, los cuales son utilizados de manera permanente para realizar el lavado de la mezclilla a fin de fabricar las prendas de vestir.
Pero el académico también reconoció que, si no fuera por la generación de empleos de este sector, la región de Tehuacán -con una población superior a los 350 mil habitantes- sería de una de las zonas más pobres del país.
Baja desempleo, sube contaminación
Desde hace más de 30 años, la industria textil en Tehuacán se ha convertido en uno de los motores más importantes de la economía local.
La instalación de empresas fabricantes de mezclilla en esta zona hizo que entre el 2000 y el 2005 esta región de Puebla fuera la primera del país en registrar una tasa cero de desempleo.
Rafael Flores Mendoza, jefe del departamento de investigación de estudios profesional del Instituto Tecnológico de Tehuacán, señaló que este sector industrial es el que, de alguna forma, ha ayudado a erradicar la pobreza extrema en esta parte del centro del país.
La ocupación de mano de obra, que se estima en más de 36 mil personas, beneficia a poblaciones de Puebla, Veracruz y Oaxaca.
Pero también reconoció que ese beneficio social se ha tenido que pagar a un alto costo: el brote de enfermedades incurables y el deterioro ambiental que generan las descargas de aguas negras con residuos tóxicos que han dejado inutilizables los cauces que alimentan, no solo a los ríos de la zona, sino los mantos freáticos que habían sido reconocidos por su pureza de agua.
De acuerdo a datos del sistema municipal de agua potable de Tehuacán, la descarga de las aguas negras de las fábricas de mezclilla se registra en al menos 17 puntos dentro de la zona urbana.
Ésta se deposita en los cauces sin ningún tipo de tratamiento, porque la mayoría de las industrias no cumple con el requisito de una planta tratadora de aguas, detalló Flores Mendoza.
Las cuencas hidrológicas afectadas por las industrias fabricantes de mezclilla, en donde la propia Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) ha promovido sanciones para al menos siete plantas industriales en los últimos dos años, son las de los ríos Papaloapan, Atoyac, Salado, Blanco y Acatlán, que son también los sitios en donde los índices de enfermedades cancerígenas van en aumento.
Mezclilla mata refresco
El efecto contaminante de la industria textilera en Tehuacán no solo se observa en el deterioro de los cuerpos de agua y en el incremento de las enfermedades incurables entre la población, también ha empujado a otros sectores industriales al cese de actividades, como es el caso de la industria refresquera.
Desde la década de los 30, la región de Tehuacán fue el punto de interés para que empresas como Pureza de Tehuacán, El triunfo, La Covadonga, Garci-Crespo, Manantiales Peñafiel, Balseca y Etiqueta Azul, decidieran establecerse en la zona para el embotellado del agua, dadas las características naturales de los mantos freáticos.
El atractivo para las embotelladoras de refrescos fue la comercialización del agua mineral mundialmente conocida como Agua de Tehuacán, que tenía como principal característica su sabor de agua carbonatada, con contenidos de sílice, cloro, manganeso, calcio, fierro, litio, magnesio, potasio, sodio, sulfúricos y compuestos fosfórico, nítricos y tetrabóricos, en porciones saludables.
Ahora, ese atractivo está siendo amenazado debido a los elevados índices de contaminación que generan las fábricas de mezclilla, cuyos residuos tóxicos se han comenzado a filtrar a los manantiales que alimentan a algunas de las empresas embotelladoras que siguen operando en la zona.
Oficialmente la mayoría de las plantas refresqueras que han cerrado sus actividades en Tehuacán, lo ha hecho a causa de problemas financieros, pero versiones de funcionarios públicos de la administración municipal indican que la causa por lo menos cuatro embotelladoras se fueron a causa de la contaminación del agua a embotellar.
A la fecha las plantas de embotellado del Agua de Tehuacán que han tenido que cerrar, son Aguas de Tehuacán, Garci-Crespo, Balseca, San Lorenzo y San Francisco, las que dejaron en el desempleo a más de 780 trabajadores en conjunto, los que se han tenido que incorporar a las plantas fabricantes de mezclilla.
Industria opaca
La industria de la mezclilla en México es una de las más reconocidas a nivel mundial dentro del sector textilero.
Nuestro país es el primer exportador de esta tela a Estados Unidos. Tan solo en el 2016 se enviaron más de mil 450 millones de metros cuadrados.
Pero no sólo eso, México también es el principal maquilador de prendas confesionadas para marcas de renombre como Levi’s, Diesel, Gap, Hollister, Calvin Klein, Tommy Hilfiger, y Guess.
El activista Alejandro González Peralta, integrante de la organización Tehuacán en Lucha, reprocha que a estas empresas no les importe el impacto socioambiental que deja la obtención de sus prendas, el que además, es tolerado por la autoridad federal.
De acuerdo a González, la industria de la mezclilla en México -y particularmente en Tehuacán- se maneja de manera opaca.
“No hay forma de conocer sus procesos industriales no solo para la fabricación de la tela, sino para el deslavado de la misma, en donde se utilizan sustancias químicas que están prohibidas en Europa y Estados Unidos”, reclamó.