La Ciudad de México está más cerca del color rojo que del amarillo en el semáforo epidemiológico.
Es decir, de volver a estar en una etapa crítica por el COVID-19, que de continuar con la reapertura de actividades.
Hasta el 6 de agosto, la capital registró un total de 76 mil 967 casos de COVID-19 y 9 mil 181 defunciones.
En este contexto, el viernes 31 de julio, última actualización del color del semáforo epidemiológico a nivel nacional, el Gobierno federal recomendó al de la ciudad volver al rojo.
No obstante, las autoridades locales decidieron no hacerlo al considerar que había elementos suficientes para determinar que la pandemia se estaba desacelerando y podía continuar en naranja.
“Estamos en alerta para que toda la población nos apoye, pero consideramos de manera muy responsable que la ciudad puede seguir en semáforo naranja e invitar a toda la población a seguirnos protegiendo y proteger a los demás”, declaró la mandataria local, Claudia Sheinbaum, el 1 de agosto.
Especialistas señalan que en caso de volver a la etapa más grave y de confinamiento estricto, la administración capitalina tiene que replantear el listado de actividades esenciales para evitar más daños a la economía.
Datos de la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo (STyFE) señalan que de marzo a junio se han perdido 197 mil empleos.
Mientras que el Banco de México estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) del país iba a tener una caída en este año de 8.8 por ciento debido a la contingencia sanitaria.
Sin confinamiento estricto
En el supuesto de que la Ciudad de México regrese al semáforo rojo de la pandemia, el confinamiento no debe ser tan estricto.
Las autoridades tienen que reconsiderar las actividades que deben permanecer abiertas, afirma Carlos Alberto Jiménez, jefe del doctorado de Administración de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle.
“Volver a un confinamiento total sería poner contra las cuerdas a los empresarios”, dice.
Desde el 31 de marzo pasado, cuando el Gobierno local decretó la suspensión de actividades no esenciales por motivo de la pandemia, hasta el 23 de junio, cuando comenzó la reapertura gradual de comercios, todos los negocios no relacionados con el abasto de alimentos, medicinas, herramientas o servicios bancarios estuvieron sin funcionar.
Una de las consecuencias del cierre es que el 35 por ciento de las pequeñas y medianas empresas no podrán reabrir, según una estimación de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México (Canaco CDMX) dada a conocer el 23 de julio.
Por ello, Jiménez refiere que actividades productivas que actualmente operan como el comercio al menudeo y mayoreo, papelerias, mercerías y tiendas de ropa deben continuar, aunque con más vigilancia para evitar contagios.
En la apertura gradual de los negocios han fallado los protocolos de higiene, por lo cual, si se declara el rojo las medidas deben ser reforzadas, dice.
“Tienen que mejorar las medidas para que los negocios continúen abiertos pero no haya contagios, especialmente, las sanitizaciones y la toma de temperatura que se han hecho mal”, menciona.
Explica que es muy importante tomar correctamente la temperatura en la cabeza y no en la mano, porque varía dependiendo de la parte del cuerpo.
“Se marca mal la temperatura y puede ingresar una persona que está enferma”, dice.
Afirma que también se debe mejorar el control de los aforos en los negocios y diseñar otra de forma de escalonar los horarios para evitar aglomeraciones.
Actualmente, los negocios del Centro Histórico y comercios al mayoreo y menudeo, abren en un horario de 10 a 5 de la tarde con excepción de los que se dedican a actividades esenciales.
Situación del semáforo epidemiológico sin precedentes
Mauricio Álvarez Rodríguez, vocero de la comisión de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para la atención de la emergencia por COVID-19, señala que la capital del país está en una situación compleja, sin precedentes, donde se decretan cambios a partir del número de contagios.
Del 23 de junio al 6 de agosto se han implementado dos esquemas de apertura del centro, se pospuso la apertura de negocios de entrenamiento, el semáforo epidemiológico se actualiza semanalmente y, desde el 19 de julio, se implementó un programa de atención prioritaria a las colonias con más casos del nuevo coronavirus.
Álvarez Rodríguez recalcó que lo delicado de la situación requiere que la ciudadanía se haga responsable y colabore para evitar que la ciudad cambie a rojo.
“Los lineamientos de cómo abrir los negocios y cómo van a repercutir las medidas y su realización es responsabilidad de la sociedad”, dice el especialista.