T-MEC, se tambalea por la falta de consenso
Por la hostilidad de Donald Trump y la ambigüedad de Justin Trudeau, el tratado comercial se tambalea quedando solo Sheinbaum a la defensa
Carlos MontesinosEl consenso del que surgió el T-MEC, antes TLCAN, hace 30 años está cambiando previo al regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y a la elección que enfrenta el primer ministro Justin Trudeau, lo que deja al Gobierno de Claudia Sheinbaum como el único que marcadamente defiende el acuerdo.
Si bien el entonces TLCAN recibió oposición de sectores políticos y sociales durante su negociación e incluso al entrar en vigor en 1994, los gobiernos de los tres países habían mantenido un consenso a favor, dejando el acuerdo al margen de las demás temáticas de la región.
Un ejemplo de esto es que no se hizo mención del tratado en 2006 cuando el presidente George Bush inició la construcción del “muro de la vergüenza” en la frontera con México. Ni en 2009, cuando el Gobierno de Stephen Harper impuso visas a los connacionales que viajaran a Canadá. Ambas, políticas que Trump y Trudeau terminaron reactivando.
El primer cambio drástico de opinión se dio con la elección de Trump en 2016 y su inmediata petición de renegociar el TLCAN para reducir el déficit comercial de EU. Dando origen al T-MEC, al que ahora, tras reconquistar la Presidencia, pone en la mira a la par de amenazar con aranceles ante problemáticas como la migración y la seguridad.
La Presidenta tiene las cosas muy claras: Sabe que el T-MEC es una herramienta económica de gran poder para continuar con el fortalecimiento de América del Norte y convertirla en una de las regiones económicas con mayor relevancia en el mundo.
TENEMOS A UNA GRAN LÍDER EN EL… pic.twitter.com/V83emNyErs
— Carlos Vijnovsky Zenteno (@CarlosVZenteno) December 8, 2024
Esto pese a los resultados de esta relación trilateral que muestra el propio Departamento de Comercio. Entre enero y octubre de este año, un tercio de toda la actividad comercial de EU se concentró en Norteamérica. Siendo México, con 15.9 por ciento del total, su mayor exportador y Canadá, con el 14.4 por ciento, su mayor importador.
Para México, el T-MEC representa más del 86 por ciento de sus exportaciones, de acuerdo con la Secretaría de Economía. Además de que el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados mostró en marzo que, de los 36 mil millones de dólares en inversión extranjera directa acumulados en 2023, 37.8 por ciento salió de EU y otro 9.6 de Canadá.
En contraste con la hostilidad de Trump y la ambigüedad de Trudeau, el Gobierno de Claudia Sheinbaum asumió la defensa del tratado trilateral apelando a esta integración económica y sorteando los aspectos políticos. Por lo cual respondió tanto al amago arancelario de EU como a los señalamientos negativos de Canadá.
Las maniobras comerciales de Trump, pura estrategia
Para analizar esta situación, Reporte Índigo entrevistó a la doctora Aribel Contreras, coordinadora de la Licenciatura en Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana y asociada del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, quien explica cómo Trump volvió el neoproteccionismo un instrumento para llevar a cabo su agenda de corte neonacionalista.
“Se utilizan mecanismos comerciales, como es la imposición de un arancel, como un arma de negociación política. Por eso se dice neoproteccionismo, porque las barreras arancelarias dejaron de ser, desde hace mucho tiempo, una medida únicamente de protección a una industria nacional”, señala al recordar el primer mandato del ahora Presidente electo.
La manera en la que Trump potencia el sentimiento del “America First” entre sus simpatizantes, ahonda, “es hablarle a la sociedad estadounidense lo que quería escuchar, que es reposicionar a Estados Unidos en un escenario distinto. Donde es parte de la comunidad internacional pero, al mismo tiempo, a través de medidas unilaterales”.
Los aranceles que propone Trump tendrían dos tipos de efecto negativo para la propia economía de Estados Unidos:
1) En forma inmediata provocaría inflación
2) En el corto y mediano plazo disminuiría producción e ingreso (ver cuadro)Fuente: Tax Foundation https://t.co/Qv52wu51Xy pic.twitter.com/6vbbiJvwFX
— Gerardo Esquivel (@esquivelgerardo) November 26, 2024
La doctora Contreras menciona que esta puede ser “la gran oportunidad para hacer de América del Norte un bloque real”, siempre y cuando el nuevo Gobierno de Trump entienda que su enemigo no está en la región y que Canadá no vea a México como rival por quitarle el primer lugar como socio comercial de EU.
Por parte de México, destaca que aún hace falta definir a los funcionarios públicos que llevarán las riendas de la revisión del T-MEC y de la relación comercial con Trump. En particular, acentúa que “urge un nuevo embajador o embajadora que sí sea diplomático de carrera y que tenga las habilidades, la capacidad de ser un interlocutor”.
El doctor Jesús López Almejo, profesor-investigador de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California, coincide en varios de estos puntos. Particularmente en cómo Trump busca una “cruza de temas” para obtener ventajas al momento de negociar con otros países.
“Trump extorsiona, combina temas. Resuélveme un tema migratorio o te sanciono comercialmente, resuélveme un tema de seguridad o penalizo en lo migratorio con el muro”, dice al recapitular cómo, desde su primer mandato, “plantea medidas paliativas que, más que para ir resolviendo algo a largo plazo, es para ir aprovechando su coyuntura política”.
El académico también hace hincapié “más le vale que tenga una buena razón para imponer los aranceles, porque de lo contrario nos la vamos a pasar litigando”. Puesto que el T-MEC, como tratado comercial, tiene rango constitucional entre sus miembros y plantea sus propios mecanismos de resolución de controversias.
Donald Trump amenaza con aplicar aranceles si México no detiene el flujo de drogas a Estados Unidos.
Olvida (convenientemente) que el 80% de los traficantes de fentanilo son ciudadanos estadounidenses. ¡No son migrantes!
Fuente:https://t.co/9B5Po2RsTk pic.twitter.com/bseuiVBoKq
— Carlos A. Pérez Ricart (@perezricart) December 2, 2024
Aunque contempla una alta probabilidad de que los amagos queden en anécdota, según se lleven las pláticas, también advierte sobre el riesgo para EU y para el mismo Trump en caso de que se lleven a cabo, generando una reacción espejo de México y Canadá. Pues sería un escenario similar al que ya ocurrió con China e influyó en su derrota de 2020.
Por esto, opina que la administración de Sheinbaum podría sortear el reto de Trump apelando a su lado pragmático, poniendo sobre la mesa temas de su interés como haber llevado la prohibición del fentanilo a la Constitución. Así como apoyándose en los socios de México en EU que ya fueron instrumentales para lograr el primer TLCAN.
La duda que agobia a Canadá
Respecto a las decisiones de Canadá, Justin Trudeau mantiene una posición ambigua sobre sostener el acuerdo trilateral o dejar de lado a México. En contraste, Pierre Poilievre, líder del opositor Partido Conservador, se muestra una y otra vez en favor de un tratado bilateral para salvaguardar la relación comercial con Estados Unidos.
Con el T-MEC vuelto tema electoral, el Partido Conservador marcha a la contienda con ventaja mayor al 40 por ciento de intención de voto, según muestran las encuestas de la CBC, la cadena estatal de Canadá. Por lo que es altamente probable que Poilievre esté al frente cuando Trump ponga en marcha la cláusula de revisión.
Para López Almejo la actitud tanto del oficialismo como de la oposición canadiense no son sorprendentes. Tomando como contexto suele alinearse con EU en otras cuestiones, como las militares, y que Trudeau está por cumplir una década al frente del Gobierno a la par que registra sus niveles de aprobación más bajos.
“No solamente Trudeau, sino Chrystia Freeland (viceprimer ministra de Canadá) y también el líder de la oposición han utilizado la imagen de México para, uno, hacer que la atención de Trump vaya hacia el sur y, dos, ellos crear más capital político entre los votantes canadienses polarizando una situación circunstancial”, dice.
A su consideración, esta decisión de Trudeau resultó contraproducente luego de que viajar de imprevisto al resort de Trump en Florida para hablar del tema comercial, recibiendo el “trolleo” del Presidente electo al ofrecer que Canadá se vuelva el estado 51 de EU. Lo que de inmediato agravó aún más el descontento con su administración.
Ante las posturas del oficialismo y la oposición canadienses, el académico replica que “realmente hay un abismo” al comparar la relación con EU, cuya balanza comercial de más de 190 mil millones de dólares entre enero y septiembre, según el Banco de México. Mientras la de Canadá apenas superó los 4.2 mil millones en el mismo periodo.
La sombra China que cubre Norteamérica
Mientras el presidente de EU Donald Trump incluyó a China en sus amenazas arancelarias, Justin Trudeau se alineó con los reclamos del estadounidense al manifestar que su Gobierno también tiene preocupaciones por los productos chinos que llegan a México.
El Gobierno de Sheinbaum respondió replanteando la idea de un programa de sustitución de importaciones chinas a nivel Norteamérica y lanzando la “operación limpieza”. Pese a que el Ministerio de Relaciones Exteriores de China pidió no politizar temas económicos bajo el argumento de que estos productos han ayudado a la industria mexicana.
Segundo socio comercial de México, por debajo de EU y encima de Canadá, el comercio con China representa al país el 20 por ciento de sus importaciones, con un déficit comercial de 78 mil millones de dólares, y 253 millones de dólares en inversión extranjera directa durante el primer semestre de este año.
Trump quiere imponer aranceles altos a las importaciones de China porque sus productos baratos están perjudicando la industria EEUU. ¿Y República Dominicana?
Es cierto que tener productos baratos en el mercado beneficia a las personas de escasos recursos. Pero, ¿cuántos empleos… pic.twitter.com/s1ByLFKju9— The Camard Group/Economía (@WayneCamard) December 5, 2024
Sobre esta situación, la doctora Contreras Suárez señala que el equipo de Sheinbaum está actuando de una forma más táctica que estratégica pues “lo que más les preocupa a los chinos es cuál va a ser la postura de México y cuál va a ser la reacción del Gobierno mexicano frente a las presiones de Estados Unidos, porque ellos sí están viendo lo macro”.
Por otro lado, plantea que “si la revisión del T-MEC quisieran moverla hacia una unión aduanera, no van a alcanzar ni siquiera dos años para lograr esa renegociación. No se debe perder la perspectiva de que es una revisión, no una renegociación”. Por lo que ve poco viable la propuesta de la vicepremier Freeland para un arancel común a China en Norteamérica.
La doctora en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Politécnica de Cataluña retoma la idea de que el T-MEC sirve para “tener un frente común Canadá-EU-México para hacer la región más competitiva y que en el camino eso implica que China quedaría en desventaja, eso es otra conversación”.