Cada vez hay más reportes por el delito de sustracción de menores en la Ciudad de México. Pero contrario a lo que se cree, los responsables no siempre son desconocidos llamados comúnmente como “robachicos”, sino la mayoría suelen ser personas de su círculo cercano.
Ricardo Nava Rueda, fundador de la Asociación Mexicana de Niños Robados y Desaparecidos, explica que este crimen está relacionado principalmente con tres causas: rapto familiar por pérdida de la patria potestad; ausencias voluntarias; y la privación ilegal de la libertad en su modalidad de incapacidad.
“Cerca del 65 por ciento corresponde a una sustracción por parte de alguno de los papás, un 30 por ciento de los reportes se estima que recae en las llamadas ausencias voluntarias o coaccionadas, mientras que el otro 5 por ciento estaría ocupado por el mero hecho de la privación de la libertad, también llamado popularmente como robo de niños”, asegura el experto.
La sustracción por parte los padres se da cuando un matrimonio termina y alguno de los involucrados se lleva a los hijos y rompe el vínculo existente; mientras que la ausencia voluntaria puede generarse a raíz de problemas familiares, falta de cuidados e incluso temor a las condiciones de trato, sostiene Nava Rueda.
“En los últimos años el uso de redes sociales ha potenciado que en las ausencias voluntarias se integre una categoría que tiene que ver con un proceso de seducción, ya que algunas personas suelen engañar a preadolescentes de entre 12 a 15 años para que se vayan con ellas y así desaparezcan por tiempo indefinido bajo el pretexto de una relación sentimental”, advierte.
Para frenar este fenómeno creciente, dice, es necesario que autoridades y grupos de la sociedad civil inicien proyectos y campañas de concientización.
Incremento preocupante
De acuerdo con los registros oficiales alojados en el portal Datos Abiertos CDMX, durante 2016 un total de 621 carpetas de investigación fueron abiertas por el ilícito de sustracción de menores; al siguiente año, 2017, la cifra por estos hechos se elevó a 652; para 2018, la incidencia se disparó a 734; mientras que a cierre del mes pasado la autoridad reportó 55 casos.
El análisis estadístico revela un alza en este delito del 18 por ciento, de 2016 a 2018; mientras que diariamente en la capital del país suelen ser denunciados entre uno y dos casos de esta naturaleza.
Adicional a la incidencia total de 2 mil 62 casos, la PGJ tomó conocimiento de 39 situaciones sin clasificar, además de otros 179 casos procedentes de distintas entidades del país.
En los últimos tres años las alcaldías con mayor incidencia por sustracción de menores han sido: Iztapalapa, que concentró 375 reportes que representan un 18.1 por ciento; Gustavo A. Madero, con 285 casos relativos a un 13.8 por ciento; y Cuauhtémoc, con 253 querellas que se traducen en un 12.2 por ciento. Estas tres demarcaciones aglutinan el 44.1 por ciento del total general.
En el caso contrario, los territorios con menor índices fueron: Milpa Alta, con 25 casos equivalentes a un 1.2 por ciento; Cuajimalpa, que concentró 25 denuncias correspondientes a un 1.6 por ciento; mientras que Magdalena Contreras ocupó la tercer posición con 37 casos equiparables a un 1.7 por ciento.
Padres raptores
El pasado 11 de febrero a Mario Puentes le arrebataron a su hija al ir a recogerla a su escuela cerca de las 4 de la tarde en Iztapalapa.
“Estábamos por llegar al carro cuando me cayeron a golpes y me quitaron a la niña. La agresión duró menos de dos minutos y me acuerdo que pude reconocer los rostros de quien fuera mi cuñado y también mi suegra, quienes desde un taxi y una camioneta sólo vieron cómo me pateaban la cabeza para después huir a toda velocidad”, recuerda.
La responsable fue la madre de la pequeña. El motivo del rapto fue porque hace 8 años, Mario se quedó con la patria potestad de la menor luego de que su matrimonio no funcionara.
Luego del incidente, Puentes acudió a presentar las denuncias correspondientes ante la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México.
Tras 10 días de incertidumbre, luego de que el caso fuera catalogado por autoridades como una “retención de menor”, se hizo justicia a favor del tutor y la niña de 12 años fue devuelta a la casa de su padre.
“Se trata de un tema delicado porque recae en lo familiar y es feo que lo niños pasen por algo así, más cuando hay manipulación para fines que son o pudieran ser personales y que de hecho atentan contra ellos”, reconoce Mario.
Dicho episodio quedará registrado en el libro de incidencias por el delito del sustracción de menores correspondiente al mes de febrero, aunque la Procuraduría capitalina reportó que de enero de 2016 a enero de 2019 se han abierto un total de 2 mil 62 casos por esta clase de hechos.
Buscan endurecer delito
El pasado 13 de febrero, diputados federales de la fracción parlamentaria de Morena presentaron una iniciativa de reforma al Código Penal Federal para tipificar como delito la sustracción, retención y el ocultamiento de menores de edad.
Actualmente, el Código Penal de la Ciudad de México establece un castigo de 1 a 5 años de prisión y una sanción consistente de 100 a 500 días de multa. Sin embargo, lo que se busca con esta propuesta federal es que las sanciones se endurezcan y vayan de 5 a 10 años de cárcel con sanciones económicas de 500 a mil días.