Los empresarios Santiago Morales Broc y Fernando Ortega son otros presuntos rostros de la corrupción inmobiliaria en la Ciudad de México.
Denuncias de vecinos de la capital del país, principalmente de la alcaldía Cuauhtémoc, afirman que ambos están detrás de construcciones irregulares que afectan la vida de las personas.
Entre las acusaciones, destaca que estas personas construyen y venden departamentos con violaciones de uso de suelo.
Habitantes de la colonia Roma Sur acusan que el inmueble llamado Casa Roma, ubicado en Bajío 315, entre Iguala y Chilpancingo, está construido en una zona altamente sísmica y representa un riesgo para predios colindantes
Colonos afectados señalan que la construcción, de acuerdo con la licencia exhibida al iniciar la obra en 2018, fue ejecutada por GDC Desarrollos, la cual se ha documentado es propiedad de Santiago Morales Broc y Fernando Ortega.
Los vecinos exponen que el inmueble tiene deficiencias constructivas evidentes como trabes perforadas.
“Hasta la simple acción de ir caminando en el edificio representa un riesgo porque comienzan a romperse los pisos mientras uno camina”, expresan en conjunto los afectados.
Además, acusan que se percibe un olor a gas en el predio porque los tubos que conducen este insumo están mal construidos.
“No dejan de aparecer anomalías en el edificio, ahora es la fachada, que se había prometido como piedra lija de la India, siempre con orígenes rimbombantes para dar una pantalla que, al final, no es más que pura decepción.
“Pero la sorpresa es que esta piedra no es más que un compuesto de resinas y fibra de vidrio que tan solo con una pequeña cercanía con el fuego es totalmente inflamable”, manifiestan.
Otro riesgo que ven los vecinos es la cancelería con cristales delgados que no pueden contener “ni siquiera el tropezón de un niño”.
Ante esto, los denunciantes piden a las autoridades intervenir para evitar mayores riesgos para ellos y para los habitantes de predios aledaños.
Riesgo latente en Casa Roma en la alcaldía Cuauhtémoc
Lo mencionado por los vecinos de Casa Roma, sobre las malas condiciones de la construcción, está respaldado por dictámenes recientes de la alcaldía Cuauhtémoc.
Durante 2022, la demarcación ha hecho cuatro dictámenes de las condiciones del inmueble y, dos de ellos, evidencian las malas condiciones del predio.
Ambos documentos datan del pasado 25 de octubre y los realizó la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Protección Civil de la alcaldía a petición de los colonos afectados.
Según los escritos en poder de Reporte Índigo, no es posible apreciar visualmente el tipo de cimentación del inmueble, y tiene carencias en las instalaciones eléctricas, de gas y vidriería.
“Se observan elementos estructurales modificados, las instalaciones de gas y luz no cumplen con la normatividad en vigor. Aunado al desprendimiento de acabados en la fachada. Los vidrios no cuentan con película de seguridad anti impacto”, señala uno de los dictámenes.
Por ello, las autoridades determinaron al momento de la visita que el inmueble es de riesgo alto “en tanto no se implementen las acciones de mitigación correspondientes”.
Ante dicha situación, la alcaldía recomendó realizar un dictamen de seguridad estructural para avalar si se cumple con el artículo 142 del reglamento de construcciones.
“Los acabados y recubrimientos, cuyo desprendimiento pudiera causar daños a los ocupantes de la edificación o quienes transiten en su exterior, deben fijarse mediante procedimientos expresados por el director responsable de obra”, establece el marco legal.
Por otra parte, explica el documento, los daños a terceros deben ser reparados por los propietarios del inmueble.
Pese a esto, los vecinos afirman que el edificio continúa en funcionamiento.
GDC, historial de corrupción
El 8 de diciembre de 2020, Reporte Índigo publicó el texto “Depredadores inmobiliarios aprovechan la pandemia”, donde se da a conocer el caso de Coahuila 28, desarrollo que se construyó al margen de la ley por GDC Desarrollos, empresa que utilizó la pandemia de COVID-19 para construir el edificio sin cumplir las condiciones legales.
En diciembre de 2019, la actual administración gubernamental publicó un protocolo para que las grandes obras sean consensuadas con la ciudadanía; además, desde 2017 es un requisito informar a los habitantes de las colonias sobre las edificaciones a realizar por parte de los desarrolladores.
El documento que se obtiene de informar a los habitantes de una colonia sobre las obras es la Cédula de Publicitación Vecinal, la cual desde hace cinco años es necesaria para erigir una construcción, según lo establece la Ley de Desarrollo Urbano.
Sin embargo, dice Shaday Silva, habitante de Mérida 245, edificio contiguo a Coahuila 28, el protocolo de consulta no se llevó a cabo ni se informó a los vecinos de las obras, por lo que la constructora no tiene la cédula.
Además, explica que, hasta la publicación de dicho texto, la empresa no contaba con los permisos ante la alcaldía Cuauhtémoc, que es la encargada de dar el visto bueno a las obras y supervisar su desarrollo.
Según el Portal de Transparencia de Cuauhtémoc, en el apartado sobre las Licencias de Manifestación de Construcción otorgadas de julio de 2013 a noviembre de 2020, la obra de Coahuila 28 no tenía autorización; su permiso con folio 809 fue aprobado en julio pasado y expiró en octubre de 2020.
En las puertas del predio aparecía una manta en la que, según la constructora, la obra cuenta con una Licencia de Manifestación de Construcción y con otra que afirmaba que la inmobiliaria sí tiene Cédula de Publicitación Vecinal; no obstante, no exhibía ningún folio o número para identificar la constancia.