Sur de Nuevo León, en pobreza extrema

Pobladores de la zona sur de Nuevo León luchan contra la pobreza extrema en la que se encuentran sumergidos la mayoría de los municipios de la región, cuyo acceso a la seguridad social es muy bajo en comparación con otros emplazamientos de la entidad
Ricardo Alanís Carreón Ricardo Alanís Carreón Publicado el
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Mientras se presume la instalación de la mega planta de automóviles Tesla en la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM), la falta de infraestructura social y urbana, de agua y de empleo mantiene al sur de Nuevo León como la zona con mayor porcentaje de personas en situación de pobreza extrema.

Los municipios de Mier y Noriega, Doctor Arroyo, Aramberri, entre otros, destacan, por tener a más de la mitad de su población en situación de pobreza, de acuerdo con información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), derivada de su encuesta 2020.

El organismo reveló que también los municipios del sur de Nuevo León tienen los porcentajes más bajos de acceso a la seguridad social.

La información refiere en la parte “Situación de pobreza extrema en los municipios de Nuevo León”, Mier y Noriega ocupa el lugar número uno, con el 21.4 por ciento de personas en esta situación, de un total de 7 mil 223 habitantes; en segundo lugar se encuentra General Zaragoza, con el 19.6 por ciento de sus pobladores en pobreza extrema, de un total de 5 mil 930 personas, y en tercero, Doctor Arroyo con el 12.6 por ciento de ciudadanos en pobreza extrema de 36 mil 482 habitantes.

En cuarto lugar se encuentra el municipio de Aramberri con el 10 por ciento de 13 mil 638 habitantes, en tanto que el quinto puesto es para el municipio de Iturbide con una población de 3 mil 113 habitantes y un 5.8 por ciento de personas que padecen pobreza extrema.

En estos lugares difícilmente conocen la existencia de programas como Hambre Cero y de otros apoyos que la autoridad estatal presume, pero que los habitantes no ven.

Mientras que los alcaldes ofrecen algunos apoyos, pero con fines netamente partidistas, de acuerdo con la versión de los propios lugareños.

Apoyo condicionado

Pedro Eufracio Reyna, habitante del ejido El Álamo, ubicado en el municipio de Doctor Arroyo, considera que las autoridades los tienen en el abandono, a la vez que asegura que a quienes llegan a ayudar, es porque apoyan a un partido político que el alcalde en turno les pide.

“Aquí ni el Gobierno del estado, ni el municipio nos hace caso, así es, estamos abandonados en la nada sí. Y no nomás El Álamo sino toda la ruta, haga de cuenta que aquí está San José del Puerto y luego San Pedro y luego Santa María y ya para Santa a lo mejor si hay pero de Santa María para acá siempre batallamos.

“Es que definitivamente lo usan de política, eso y no es para política, es que deben de ayudarnos parejo, ahí no hay que PRI sí, que partido sí y que otro, no, no, no, ahí debe de ser sin partidos, sin partidos debe ser, ¿qué tiene que ver si yo soy priista y aquel no?, no tienen por qué revolver la política ni comprar votos por qué cuenta que el a los que les dan su quincena para que sigan votando esos están bien ¿y nosotros que no tenemos quincena?, ahí está el problema”, comentó.

Pedro Eufracio relató que hay días en los que no tienen ni qué comer, ya que él por su edad, no alcanza la pensión del gobierno federal, y tampoco tiene un empleo, ya que en el ejido no hay trabajo, y la siembra no se les da a causa de la prolongada sequía que se vive en la entidad.

Comenta que en ocasiones, cuando ya es mucha la desesperación, sale al monte a tallar lechuguilla, la cual se las compran a 20 pesos el kilo, y logran, cuando mucho, dos kilos por jornada.

“En veces (sic), hay qué reconocer que en veces nomás con la tortillita, pues es que hay que reconocer, para qué nos hacemos que no, eso sí es cierto, por la falta de trabajo, por la falta de… si yo traigo ahora, mañana no, un día sí y otro no, hay que reconocer”, dijo.

Por su parte, Francisco Eufracio, habitante de Doctor Arroyo, expresó que hay ocasiones en que tiene que salir al monte a la talla del ixtle para obtener unos cuántos pesos y ver qué puede comprar.

“Le batallamos para vivir, a veces nos vamos a tallar un kilo de ixtle para mantenernos, (y comprar) mandadito, qué comer, ¿pero qué tanto ajustamos con dos, tres kilos de ixtle que tallemos?”, comentó.

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