En vísperas de la temporada de incendios en la región, el gobierno del municipio de Escobedo sostuvo una reunión de trabajo con elementos de Bomberos de Nuevo León y Protección Civil del municipio.
En el encuentro, encabezado por el alcalde Andrés Mijes, se compartieron experiencias, acciones y esquemas de trabajo encaminados a fortalecer la capacidad de respuesta ante alguna emergencia o situación de riesgo.
“La seguridad de los ciudadanos de Escobedo no está en discusión, vamos a poner todo nuestro esfuerzo en esta temporada de incendios, la dirección de Protección Civil siempre está en coordinación con Bomberos Nuevo León (…)Las autoridades adelantaron que esta temporada será muy difícil, y la idea de esta reunión es establecer y reforzar los mecanismos de coordinación que tenemos”, expuso Mijes.
El alcalde agradeció a los elementos de ambas corporaciones por la labor que realizan a diario, arriesgando a menudo sus vidas para salvaguardar la integridad de los ciudadanos; además, exhortó a la población a extremar sus precauciones para evitar que se registren incendios en la zona.
Algunas de las recomendaciones emitidas fueron las de no arrojar cerillos o cigarros en lotes baldíos, además de no tirar fragmentos de vidrio, cristales, espejos o botellas que, por la acción de los rayos solares, pudieran convertirse en una fuente de calor.
También se pidió no quemar basura en patios, terrenos baldíos o terrenos colindantes, lo que se suma a la prohibición estatal de no encender fogatas en áreas verdes.
Anticipan un 2023 de incendios
Derivado de las condiciones secas que prevalecen en el ambiente, los expertos señalan que el 2023 será un año complicado, pues estiman que la cifra de incendios en las sierras se incrementen debido a la problemática de la crisis hídrica y la contaminación.
Actualmente, brigadistas de diversas corporaciones de auxilio combaten dos incendios que iniciaron el miércoles pasado en el municipio de García, ubicados en Ejido Rinconada y Ejido Candelaria.
En el primer siniestro ya se han consumido más de 50 hectáreas, principalmente vegetación conocida como matorral bajo, mientras que en el segundo se han afectado más de 120 hectáreas.