Morir por la red

En el último mes se ha registrado una ola de suicidios en al menos siete entidades del país.

En Michoacán, tres jóvenes de secundaria se quitaron la vida luego de que aparentemente fueron instigadas a tomar esa decisión por un grupo anónimo desde la plataforma de Facebook, autodenominado Suicidas Unidos.

J. Jesús Lemus J. Jesús Lemus Publicado el
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Las redes Sociales se han convertido en un detonante moderno para alentar al suicidio, principalmente a jóvenes entre los 12 y los 20 años de edad” 
Cecilia RenteríaPsicoterapeuta

En el último mes se ha registrado una ola de suicidios en al menos siete entidades del país.

En Michoacán, tres jóvenes de secundaria se quitaron la vida luego de que aparentemente fueron instigadas a tomar esa decisión por un grupo anónimo desde la plataforma de Facebook, autodenominado Suicidas Unidos.

Ese grupo, al que la policía cibernética ya está investigando, podría estar relacionado en al menos 18 casos de suicidios registrados en los últimos días en Puebla, Campeche, Jalisco, Aguascalientes, Chihuahua y Yucatán, de acuerdo con una fuente de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).

En todos esos casos, las víctimas –principalmente mujeres de entre 12 y 16 años de edad– tenían sus cuentas personales de Facebook vinculadas a la página de Suicidas Unidos, la cual es seguida por 3 mil 670 usuarios, y en los últimos días ha recibido 3 mil 674 “me gusta”.

Héctor Córdova, especialista en seguridad cibernética, aseguró que lo que se asoma en Facebook en relación al fomento del suicidio es poco, pues la mayor cantidad de páginas, videos y blogs que alientan al suicidio están en la Deep Web, una zona oculta en la red a la que muchos jóvenes ya comienzan a tener acceso.

Córdoba considera que aun cuando las páginas de Facebook que alientan a suicidio son retiradas en forma inmediata, en la red se encuentra un grave peligro para los jóvenes por la forma tan explícita en que orienta para que cualquiera que quiera matarse pueda hacerlo de manera “rápida, segura y sin dolor”.

Los detonantes

La psicoterapeuta Cecilia Rentería asegura que los detonantes más comunes para el suicidio son el desamor, los conflictos familiares, las presiones escolares y los problemas económicos.

“Las redes sociales se han convertido en un detonante moderno para alentar al suicidio, principalmente a jóvenes entre los 12 y los 20 años de edad”, refiere.

De acuerdo a cifras del Inegi, tan solo en el 2013 se registraron 5 mil 718 suicidios en todo el país, de los que 4 mil 621 fueron de hombres y mil 097 de mujeres.

El último registro oficial de suicidios revela que del total de los casos, 2 mil 532 víctimas eran solteros, mil 422 vivían en unión libre y mil 596 estaban casados.

En el grupo de los solteros, mil 764 de los fallecidos eran menores de edad de entre 11 y 19 años, la mayoría con acceso a redes de sociales.

No existe la estadística oficial sobre la relación de suicidios y las redes, pero para la investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Isabel Stance Espíndola, Facebook y Twitter influyen en forma considerable en la toma de una decisión fatídica.

La psicóloga Cecilia Rentería la secunda.

Ella considera que es a través de estas dos redes sociales por donde se intensifica el bulliyng entre los jóvenes de secundaria y preparatoria.

Rentería considera que el 30 por ciento de los adolescentes que sufren del acoso social a través de las redes, “en donde a veces se invita al suicidio”, terminan al menos haciendo el intento de su propia muerte.

Las cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud revelan que por cada suicidio que se presenta en todo el mundo, se llegan a registrar al menos 20 intentos fallidos; las cifras en México no son distantes de ese estimado, pues de acuerdo al Inegi, por cada suicidio en nuestro país existen al menos otros 17 intentos que no llegan a consumarse.

Para Rentería gran responsabilidad en lo que sucede es de los padres de familia.

“Los que muchas veces noestán al pendiente del comportamiento que sus hijos tienen en el manejo de las redes sociales”, acotó.

Morir de tristeza

Alicia tiene 43 años de edad y desde los 14 ha intentado quitarse la vida. Ha hecho el intento por morir en al menos de cuatro casiones. Todas las veces mediante sobredosis de medicamentos controlados, y aun cuando sabe que esa es una decisión que le ha nacido, reconoce que de alguna forma las redes sociales han influido en ella.

“Claro que influyen las redes sociales en las decisiones de los suicidas; a mí me ha tocado que, al ver una fotografía o algún comentario en mi perfil, se ha fermentado en mi la decisión de seguir en el intento de quitarme la vida, a veces por tristeza o desesperación inexplicable; el Facebook, creo yo, es el mejor consejero para llegar al suicidio, porque simplemente es el único compañero que tenemos los solitarios”, relata.

El intento más reciente la llevó a ser internada en un hospital psiquiátrico de la ciudad de Guadalajara. Solo a partir de allí pudo entender mucho de su condición: el psiquiatra que la atendió le explicó las razones de su deseo por la muerte. Le dijo que se debía a una falla genética heredada que propiciaba que su cerebro no metabolizara algunos neurore ceptores. Esa sola explicación la alivió.

Alicia viene de una familia de suicidas: su padre, dos tíos y un abuelo, también registraron intentos de suicidio. Ellos enfrentaron la realidad como pudieron, sin ayuda psicológica ni psiquiátrica.

“A puro valor mexicano, pero con muchas dificultades”, dice Alicia.

Eso la ha motivado a seguir viva, y ese es la razón que ella le expone a su hijo, de 17 años, que ya ha hecho el intento de suicidarse en dos ocasiones.

Hoy Alicia enfrenta su realidad con disciplina y conocimiento de la fisicoquímica de su cerebro. Sabe que es parte de un linaje de potenciales suicidas, pero a causa de una falla genética, “como ocurre cuando se presenta la diabetes”, de eso se sostiene para no caer en la tentación. Con información, ayuda psicológica, y –sobre todo- alejándose de las redes sociales es como ha podido paliar el problema.

Incluso le ha encontrado sentido a su vida: más allá de su labor como promotora cultural que realiza a diario, también se da tiempo para ayudar a potenciales suicidas de la zona norte del estado de Michoacan, a quienes –a peti ción de sus familiares – les da pláticas y les expone su propia experiencia y lucha diaria para salir de las crisis recurrentes.

“Es necesario que como sociedad dialoguemos más entre nosotros, nos estamos mediatizando, con el celular y la computadora, y eso nos lleva a una profunda soledad, la que a su vez nos empuja a refugiarnos en las redes sociales, en donde, si nos descuidamos, nos podemos morir de tristeza o al menos intentar el suicidio, porque no todo lo que se dice allí (en las redes sociales) es bueno para la salud”, detalla.

La despersonalización del ser

Para el doctor especialista en conducta humana, Raúl Ortega Barrios, egresado de la Universidad Autónoma de Puebla, el uso de las redes sociales sin control, como lo manifiesta la difusión de páginas que alienta al suicidio, es ya un grave problema social.

“Porque las redes van marcando la tendencia en el comportamiento de los jóvenes”, asegura.

Ortega Barrios considera que la influencia de las redes sociales es tanta que llega a despersonalizar a los usuarios, a tal grado que ocurre un momento en el que los jóvenes ya no tienen identidad con su núcleo social.

“(…) y hacen todo lo posible para parecerse a otros usua rios de las redes, a los que van marcando tendencia, no solo en modas, sino en comportamientos urbanos”, explica.

Además, las redes sociales aportan otros antivalores, muy distintos a los del seno familia, que son asimilados por los muchachos, en donde el de mayor peso es el del egocentrismo y la popularidad, dice.

“Y muchos jóvenes, con la finalidad de ser populares, llegan al acto extremo del suicidio; porque quieren que se hable de ellos, aun a costa de sus propias vidas”.

Pero para el doctor Ortega Barrios, las redes sociales no solo influyen en los suicidas potenciales.

“También influyen en la conducta general de los jóvenes, acercándoles a la violencia, al narcotráfico y a la prostitución, lo que se torna en un verdadero problema de seguridad pública”.

Por eso estima que la regulación de los contenidos en In ternet debe ser visto como un tema de seguridad nacional.

Esfuerzo legislativo

El problema del incremento en los suicidios y su relación con las redes sociales también preocupa en la Cámara de Diputados, en donde no solo se observa una baja aplicación de recursos para atender la salud mental, sino que se reconoce el impacto de las redes sociales en la salud emocional de las personas.

Por esa razón el diputado del Partido Nueva Alianza, Roberto Jiménez del Ángel, se ha manifestado a favor de una política pública en coparticipación de los tres órdenes de gobierno “para atender la salud mental en México”, a la que se le destina solo el 2 por ciento de los recursos del sector salud, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos el 10 por ciento.

En esa misma tesitura se ha manifestado el diputado del Partido Verde Ecologista de México, José Refugio Sandoval Rodríguez, integrante de la Comisión de Salud, quien ya ha presentado una iniciativa de ley, a fin de establecer acciones oficiales para la prevención del suicidio, principalmente en menores de edad.

Suicidio, al alcance de todos

Con la facilidad del acceso a Internet, el suicidio puede estar al alcance de todos; en las plataformas de YouTube y Facebook, existen páginas que no solo alientan a los potenciales suicidas a tomar la decisión, sino que los llevan de la mano a buscar la forma más rápida y sin dolor para alcanzar su muerte.

De acuerdo al especialista en Cibernavegación, Héctor Córdova, cada vez es más fácil para los jóvenes acceder a una “orientación” rápida en la red para cumplir con el objetivo de su muerte, a las que se puede acceder sin mayor restricción y sin que los propios administradores de las plataformas sociales puedan hacer mucho para limitar los contenidos y el acceso a los mismos.

En Internet, explica, se pueden encontrar páginas que alientan al suicidio, y que hasta explican algunos de los métodos más simples, sin dolor y más rápidos para morir de forma voluntaria, incluso existen videos perturbadores que no han sido retirados, en donde algunos usuarios han grabado sus propios suicidios, los que son en ocasiones replicados por otros usuarios, y tomados como ejemplos.

Córdova relata que si bien en la red convencional se pueden encontrar cientos de páginas y videos que pueden ayudar a alguien a suicidarse, en la llamada Deep Web (red profunda), la que se mantiene de manera oculta para los navegadores convencionales como Google, existe una mayor cantidad de videos y páginas que ofrecen clara asistencia para el suicidio.

Reconoció que aun cuando la Deep Web no es tan popular entre los adolescentes, y que muchos de ellos ni siquiera saben de la existencia de esa sección, esa parte del Internet ya no es tan oculta para el grueso de la población, pues cada vez más usuarios han comenzado a navegar en sitios oscuros que tienen que ver con perversiones sexuales, homicidios, filias extremas y suicidios.

“Yo personalmente, navegando por la Deep Web, he encontrado a muchos chavos que preguntan cuál es la mejor forma para suicidarse”, refiere.

Y claro que siempre hay respuestas desde el otro lado, a veces con una breve plática, a veces hasta con manuales bien elaborados para ello, o por lo menos con videos ilustrativos de otros suicidas que sí han cumplido con su cometido.

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