Fueron sacados del lugar que consideran su hogar y ayer intentaron regresar.
Ocho de los denominados “dreamers” marcharon desde México rumbo a Estados Unidos en busca de una visa humanitaria.
Del lado estadounidense, unos 60 manifestantes los esperaban y entonaron cánticos en español de “sin papeles, sin miedo” y, en inglés, “déjenlos salir”.
La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) detuvo a los expatriados, quienes intentaron ingresar por Nogales.
La primera en ser aprehendida fue Claudia Amaro Escalera, de 37 años, junto a su hijo Yamil, de 13 años, nacido en Estados Unidos.
Amaro Escalera regresó a México hace seis años después de que su esposo fue deportado, pero vivió más de 20 años en EU, país que siente como su lugar de origen.
“De acuerdo con la ley, quienes piden entrar al país deben probar que son aptos legalmente para ingresar a Estados Unidos.
“Para demostrar que es admisible, el solicitante debe de establecer que no es inadmisible”, dijo el portavoz Bill Brooks. (AP)
