Su nueva misión es la paz

El presidente de México Enrique Peña Nieto cambió radicalmente el paradigma de la administración de Felipe Calderón respecto al objetivo de las Fuerzas Armadas de México. Ahora ya no lanza a los militares a ninguna guerra. Al contrario, los envía a construir la paz.

Peña Nieto no llegó la mañana de ayer al homenaje que le brindaron las Fuerzas Armadas, en el Heroico Colegio Militar, enfundado en una casaca verde olivo. Su discurso tampoco hizo jamás referencia a una guerra contra el crimen organizado de la que los mexicanos suelen estar hartos.

Raúl Tortolero Raúl Tortolero Publicado el
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"Trabajemos juntos por un México en paz, próspero y con responsabilidad global”
Enrique Peña NietoPresidente de México
Eso sí, previno el Presidente, las Fuerzas Armadas no regresarán en lo inmediato a los cuarteles, sino gradualmente

El presidente de México Enrique Peña Nieto cambió radicalmente el paradigma de la administración de Felipe Calderón respecto al objetivo de las Fuerzas Armadas de México. Ahora ya no lanza a los militares a ninguna guerra. Al contrario, los envía a construir la paz.

Peña Nieto no llegó la mañana de ayer al homenaje que le brindaron las Fuerzas Armadas, en el Heroico Colegio Militar, enfundado en una casaca verde olivo. Su discurso tampoco hizo jamás referencia a una guerra contra el crimen organizado de la que los mexicanos suelen estar hartos.

El discurso del nuevo mandatario, en cambio, instruyó cuál debe ser la nueva misión para el Ejército, Fuerza Aérea y Marina-Armada de México: alcanzar la paz. Edificar la paz, además, respetando puntillosamente los derechos humanos, en todo el territorio. 

“Trabajemos juntos por un México en paz, próspero y con responsabilidad global”, propuso.

También será parte del cometido de las Fuerzas Armadas de México (FAM) en el sexenio que inicia, continuar con la labor social que han desempeñado siempre, hacia la que Peña Nieto ofreció su “profundo” reconocimiento.

“Su labor es amplia y de inestimable valor”, dijo el mandatario.

En su discurso, de unos 10 minutos, Peña Nieto hizo referencia a su persona al menos en cinco ocasiones, como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. 

Escogió presentarse a sí mismo bajo tal título por el carácter protocolario, institucional y castrense del evento, como por su magnitud.

Sus palabras encomiaron los valores castrenses del honor, lealtad, patriotismo, valor y abnegación, que han sido provechosos y lo seguirán siendo, para velar por la democracia, la justicia y la paz.

Resaltó el carácter de apoyo social que desarrollan Ejército y Marina. Calificó a los elementos como mujeres y hombres valientes en que las Fuerzas Armadas lucen capaces y dispuestas “al máximo sacrificio para auxiliar a la población civil”.

Las Fuerzas Armadas siempre están ahí, dijo, ayudando a la ciudadanía. Cuando se requiere de una acción integral para cuidar de la salud pública, ahí están también, respaldando las campañas preventivas, como las de vacunación. 

Regreso no inmediato a cuarteles

No cabe duda que los primeros días del gobierno de Peña Nieto son muy diferentes a los de Felipe Calderón en 2007.

Eso sí, previno el Presidente, las Fuerzas Armadas no regresarán en lo inmediato a los cuarteles, sino gradualmente. Lo harán cuando se aplique ya la nueva Política de Estado por la Seguridad y la Justicia. En tanto eso ocurre, por ahora se mantendrán en tareas de seguridad en beneficio de la ciudadanía.

Bajo mi mano –recalcó el Presidente- las Fuerzas seguirán siendo factor de estabilidad y de confianza social, y continuarán cumpliendo con decisión “la elevada misión de garantizar la seguridad interior y la defensa exterior de la República”.

Su misión es lograr un México en paz –apuntó Peña Nieto-, labor en la que deberán ser escrupulosamente respetuosos de los derechos humanos. Asimismo llamó a las FAM a coadyuvar con el resto del gobierno a implementar los cinco ejes rectores de su mandato.

Armonizando a los guerreros

En un evento organizado en conjunto por el Ejército, Fuerza Aérea y Marina-Armada de México, en las instalaciones del Heroico Colegio Militar de Tlalpan, el Jefe del Ejecutivo fue recibido con amplios honores, música marcial, pólvora festiva tricolor y un desfile de diversas agrupaciones castrenses.

El mensaje no-verbal, sino simbólico, no podía ser más claro: el nuevo gobierno federal deja atrás posibles distanciamientos entre las más importantes secretarías relacionadas con la seguridad nacional.

Al mismo tiempo Peña Nieto –justo en el día de Santa Bárbara, patrona de los artilleros celebrada cada cuatro de diciembre,  logró armonizar los criterios a veces disímbolos de la Sedena y la Marina, emitiendo un mensaje de unidad en las Fuerzas Armadas.

Faltaría por ver si este mismo espíritu de conciliación, diálogo y acuerdos, mostrado el domingo pasado en la firma del Pacto por México, entre presidencia y los tres principales partidos políticos, tanto como ayer entre Sedena y Semar, puede extenderse a la conflictiva SSP federal.

En el evento se ofreció por igual un desayuno. Peña Nieto fue el único orador. No tomó la palabra ninguno de los secretarios ahí presentes, ni los anfitriones General Salvador Cienfuegos de la Defensa, ni el Almirante Vidal Soberón, de la Armada, ni los invitados Miguel Ángel Osorio Chong, de Segob; Rosario Robles de Sedesol o Claudia Ruiz Massieu, de Turismo.

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