Los rituales en Nuevo León son cosa seria. Hace unos días la cofradía de la cerveza regia artesanal dio una muestra de las ondas musicales extravagantes que deben estar presentes en una celebración como esta.
Somos buenos para todo lo que involucre fiesta: desde producir cerveza, preparar comida regional, un montón de botanas, souvenirs y para amenizar la ceremonia un cartel de variadas y exóticas bandas con propuestas locochonas.
En esta décima edición del evento se reunieron más de 60 casas cerveceras del norte del país y una que otra de importación, que entre todas expusieron alrededor de 400 variedades de cervezas.
Obviamente no alcanzamos a degustar todas, pero lo que confirmamos en las que sí probamos fue la calidad, colores, aromas, sabores y los calculados grados de alcohol que hacen una mancuerna especial con la música. Aquí el aplauso y reconocimiento se lo lleva el equipo de South Hope quienes siguen persistentes en promover la cultura cervecera, con una visión demostrada en este festival, el echarlo andar y darle el toque final al ritual con la banda Sonido Gallo Negro.
Y no es de exagerar pero esta banda originaria de la CDMX, específicamente del barrio San Juan de Aragón lleva trabajando más de 10 años mostrándonos las fusiones y las reinterpretaciones más arriesgadas de la cumbia en onda psicodélica, con toque especial de fuzz, echoes, distorsiones y chamanismo de tantos lugares de la Mesoamérica, Egipto y alrededores, con sus conmutaciones musicales como la chicha peruana, mambo, guitarrazos setenteros, estilizados e hipnóticos grooves que combinados con sus letras evocan al misticismo, lo profano; generando un brebaje sonoro que te hace descender al mero infierno de la sabrosura y éxtasis que genera en vivo esta fascinante alineación de músicos que parecen santeros del ritmo.
Entre el disfrute y la loquera del show nos agendamos una charla con los miembros: Israel Martínez “Rolly” (bajista), Dr. Alderete (visuales y theremin), Gabriel López (guitarra) y la reciente integrante Yaya González (timbales) y esta es la onda que surgió:
¿Cómo ha sido este viaje de más de 10 años por el sendero místico, chamánico, esotérico fusionado con las ondas sonoras?
Dr. A.– Ha ido variando en cada disco y siempre a un costado en medio, aunque a veces ni tan esotérico; en el primer disco Cumbia Salvaje (2011) aparece la torre de Tesla que no es nada esotérico o sí, depende cómo lo quieras o cómo te quieras acercar a la obra de Tesla; pero siempre jugamos mucho con eso de mezclar influencias, creemos que son no solo musicales y muchas tienen qué ver con ese universo, por ejemplo: desde Santa Bárbara toda la parte de la santería está muy presente, sobre todo en el primer disco. Después en Sendero Místico (2013) nos fuimos acercando más a las religiones africanas desde lo inspiracional, no necesariamente desde lo musical. Después viene Mambo Cósmico (2018), lo mismo pero de otras latitudes, otras regiones y claro, estéticamente tiene mucho que ver con las culturas precolombinas con Egipto, con los mayas y con los aztecas y musicalmente el nombre lo dice todo; estábamos acercándonos mucho al mambo fusionados con los ritmos más locales de México; porque veníamos de un disco que nos había llevado a otras geografías que ese es el Sendero Místico.
Después nos pusimos más místicos todavía y empezamos a predecir el futuro porque es ése nuestro último disco antes de la pandemia (COVID-19). Antes de saber lo que se nos venía encima se llamó justo a un “No Future”, entonces fue como raro, incluso para nosotros; entonces siempre ha estado ese costado místico, siempre ha estado presente desde el fantasma en la máquina, que tiene más que ver con ese futuro desconocido, hasta de culturas precolombinas, prehispánicas y demás; hasta incluso culturas extraterrestres. O sea es un caldo; ya sabes, como religiones extraterrestres de seguidores y sectas que piensan que va a llegar la nave y nos vamos a ir todos en ella y hasta las distintas razas extraterrestres. Siempre introducimos esas cosas, nos agrada; siempre tenemos la curiosidad por lo desconocido, claro.
G. L.– Siempre nos nutrimos, pensamos que ese mundo está junto al mundo cotidiano; desde que te puedes subir a un autobús y ver toda la gama de imágenes que puede traer el autobús. Desde las ondas de los sonideros hasta la religión; algunas deidades muy extrañas, entonces todo ese mundo está siempre conviviendo con el nuestro, con lo cotidiano y lo único que hacemos nosotros es reflejarlos de nuevo con la banda. O sea lo entiendo porque lo veo diario; nosotros básicamente hacemos la función de espejo y nada más; como volverlo a retomar, por eso no es algo inventado, sino es algo que se vive todos los días.
¿Han tenido alguna manifestación durante alguna grabación o algo así locochón, paranormal?
G.L.– (muchas risas) Pues…. ¡Ayer estábamos recordando una que sí sucedió!
Dr. A.– Sí han pasado; (risas) imaginemos un titular, así como: “Apariciones en una iglesia ortodoxa rusa en Serbia” (risas) siempre ha habido cosas allí, como de avistamientos y eso, siempre habían estado dándonos vueltas.
G.L.– Sí ha habido sonidos que los hemos dejado ahí en las grabaciones; no estamos seguros, pero siempre estamos muy abiertos a que surjan algunas otras cosas registrándose sonora y gráficamente también; entonces son cosas como extrañas que también forman parte de la energía del sonido que nos define como banda y pensamos que la gente que le gusta lo que hacemos también lo entiende así. Lo disfrutan.
De la Cumbia Espantamuertos, a rendirle tributo a Ishtar, honrar la memoria de Yanga hasta llegar a Bufo, uno de sus más recientes tracks. ¿Cómo podrían conectar estas canciones?
G.L.– Todo está ligado, las religiones, los estados de trance siempre son los mismos; o sea llegas a un mismo punto por diferentes caminos. Hay una anécdota que tiene que ver con Bufo cuando nombramos la canción, yo me enteré del Bufo Alvarius por un familiar, pero pensaba que estaba como en la selva amazónica. Entonces pues sale la rola, hacemos el video, y en el mismo improvisamos un poco, la locación fue en el monumento del ovni que está en el estado de Puebla.
Dr. A.– Fue una locura, ya que aparece en el video como un decorado del mismo que en realidad existe tal monumento en ese sitio. Incluso se han dado muchos avistamientos. Cerca se encuentra el Punto Marconi (Atlixco, Puebla), el fenómeno se da cuando arrojas agua sobre la carretera y este chorro en vez de subir, baja, a pesar del declive contrario visiblemente.
G.L.– Para ese video necesitamos a una chica; para ese entonces Yaya todavía no estaba oficialmente en la banda, entonces le dijimos que si quería salir en el video y pues como siempre ha trabajado cercanamente con nosotros aparece como la estelar, improvisando. También contábamos con unas máscaras que Jorge (Dr. Alderete) había diseñado como de extraterrestre; al final de cuentas la idea quedó como descompuesta, entonces en ese momento, como Bufo tiene que ver con el Amazonas, con los ovnis, los extraterrestres. Entonces después de eso conozco que el Bufo Alvarius está en el desierto de Sonora y bueno, ya cuando voy a conocer la experiencia y todo eso pues también hay avistamientos. O sea todo está ligado realmente y finalmente cuando se presenta el video, Yaya es parte de la banda, entonces como que todo fue un futuro adelantado.
Y. G.– De hecho ahí pasa algo muy extraño; retomando el video, cuando lo estábamos grabando hay unas escenas donde salgo al lado del ovni. Bailé cerca de una hora, cuando empecé a bailar entra un rayo de sol y empecé a entrar en un trance, mientras escuchaba la rola y bailaba simultáneamente. Y de pronto llegó un punto en donde empecé a entrar como a un trance y no sé si era toda la energía que existe en ese sitio, recuerdo que estaba con mucha energía después de haber estado cansada; así lo percibí.
¿Qué onda con la selección de covers de Paganismo, su último álbum?
I.Z.– Son canciones de bandas por las que compartimos un gusto en común, la mayoría de los integrantes de la banda (B-52’s, Kraftwerk). Con la versión de Cumbia Triste queríamos sonar a un baile en la “Alameda” donde las cumbias ecuatorianas suenan siempre. Y sí, suena alucinante cada track; no por nada han demostrado que además de prodigiosos intérpretes son conocedores y clavados de la música universal, hay tanta diversidad que jamás la agotaremos. Al final nos despedimos contentos y sanados, porque valdrá la pena recordar la limpia que nos dieron estos hechiceros esa noche al cierre de su ceremonia con su Cumbia de Sanación.
Larga vida a Sonido Gallo Negro.
Date una terapia locochona y déjate llevar por su catálogo de estudio:
Cumbia Salvaje (2011)
Sendero Místico (2013)
Mambo Cósmico (2018)
Unknown Future (2019)
Paganismo (2022)