“Somos diferentes en lo individual, pero en lo colectivo podemos ser una”: Mayela Mosqueda, de Flores Inclusivas
Durante la pandemia de covid-19, la Colectiva Femenista Flores Inclusivas surgió como una red de apoyo que, desde el ciberactivismo, busca defender los derechos de las mujeres y niñas con discapacidad
Luz RangelTodas las flores son distintas, con características propias que las hacen únicas. Pero, desde estas diferencias, conforman un grupo sin igual. La ciberactivista Mayela Mosqueda partió de este pensamiento para alzar la voz en defensa de las mujeres con discapacidad.
“Considero que, como toda flor es distinta, también nosotras lo somos. Aunque tenemos ciertas características que nos hacen ser mujeres, también tenemos otras que nos diferencian y nos hacen únicas. Somos diferentes en lo individual, pero en lo colectivo podemos ser una y lograr muchas cosas muy padres”, dice en entrevista.
Mosqueda es la fundadora de la Colectiva Femenista Flores Inclusivas que, según su cuenta de Twitter, “tiene como principal objetivo el defender los derechos de las mujeres y niñas con discapacidad buscando su autonomía en México”. La también estudiante de la carrera de Gestión y Administración de PyME en la Universidad Abierta y a Distancia de México vive con discapacidad motriz y eso la llevó a crear una red de apoyo.
“Muchas veces hay personas con discapacidad que no conocen mucho más allá de su entorno familiar, que están hasta cierto punto solas, que no conocen más allá de otras fronteras”, comenta sobre este movimiento del orgullo disca que es colectivo y no individual.
Mosqueda considera que las mujeres con discapacidad han sido doblemente discriminadas: por parte de la sociedad debido a su género, y por otros movimientos feministas a causa de su condición. Hay quienes las consideran las hermanas olvidadas en esta lucha.
“Suele haber muchas mujeres con discapacidad que son muy violentadas. Por ejemplo, como mujer con discapacidad se nos cree asexuales, que no podemos tener hijos, que no podemos tener pareja o incluso estar con una pareja que no tenga discapacidad. Solamente creen que entre personas con discapacidad nos podemos relacionar y eso no es cierto o que todo el tiempo te quieran ver como una niña, que todo el tiempo te quieran controlar”, señala.
La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) reveló en el informe temático de 2019 Derecho a la vida independiente e inclusión en la comunidad de las personas con discapacidad en la Ciudad de México que 95 por ciento de las personas con discapacidad que participaron en la encuesta tiene amistades que aprecian y con las que conviven. Para Mayela era necesario reforzar estas relaciones para que las mujeres en esta condición supieran que no están solas.
Flores Inclusivas encontró en internet la oportunidad para tejer esas redes de apoyo. La colectiva feminista nació a inicios de 2020, el primer año de la pandemia de COVID-19.
“Considero que son importantes las redes digitales precisamente para visibilizar situaciones que aquejan a ciertas personas o a un grupo de personas, y que entre todos se les pueda dar una solución”, destaca Mosqueda.
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Por ejemplo, la Colectiva Femenista Flores Inclusivas publicó una imagen para difundir que en Jalisco una mujer víctima de violencia buscaba una casa segura para ella y su hijo que vive con discapacidad. El compartir necesidades de este tipo es una de las formas en las que opera este perfil administrado por cuatro ciberactivistas.
El Digital Report 2021 de la agencia We Are Social vio a 15 nuevos usuarios en el mundo unirse a las redes sociodigitales cada segundo, debido a los confinamientos provocados por la emergencia sanitaria. Esto incrementó el alcance de las publicaciones a través de las que la Colectiva Femenista Flores Inclusivas pide ayuda para otras mujeres como una muestra de sororidad.
“Las redes digitales, como las redes de apoyo ahorita en pandemia, y no nada más ahorita sino siempre, han sido de gran ayuda y han conectado mucha gente con otra sin importar las distancias. Y considero que también han servido para que se dé a conocer en este caso el movimiento feminista, pero con mujeres con discapacidad”, apunta Mosqueda.
Según el Glosario de género del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), sororidad significa “hermandad entre mujeres, solidaridad entre ellas bajo la lógica de que han sufrido la misma clase de discriminaciones y maltrato, por lo que supone aliarse para combatir esa situación”. Dicha hermandad entre ellas es necesaria en un país donde 49.6 por ciento de las mujeres con discapacidad de 12 años o más percibe poco o nulo respeto a sus derechos, según el Prontuario de Resultados de la Enadis 2017.
“Considero que no debemos de vernos como enemigas ni como competencia, sino como una red de apoyo”, señala la ciberactivista.
Las muestras de sororidad a través de redes sociodigitales, como las de Flores Inclusivas, también generan confianza aun en la virtualidad.
“Las mujeres con discapacidad también buscaron una forma de reconocer y compartir su experiencia común, a menudo a través de las comunidades virtuales que ofrecían las nuevas tecnologías. Esta forma cultural diferente y emergente suele basarse en la confianza mutua y, por lo tanto, es capaz de lograr no sólo cambios estructurales y políticos, sino también de participar en la construcción de redes personales de apoyo”, explica la investigadora Helen Meekosha en el artículo “Virtual Activists? Women and the Making of Identities of Disability”.
La fundadora de la colectiva feminista invita a que más mujeres se sumen a Flores Inclusivas. La sororidad no distingue en si tienen una discapacidad, pues también pueden unirse como aliadas.
“Esperamos crecer más todavía. Busquen sus redes de apoyo, si es necesario, ayuda para que puedan conectar con otras personas como ustedes, como nosotras. Y pues aquí estamos para apoyarlas”, recalca Mayela Mosqueda.