El primer día en el que Otis tocó tierra dejó en Acapulco una ciudad fantasma. Foto: Especial

Sobrevivir a Otis

Otis, un huracán categoría 5, pegó con fuerza inusitada en la costa del Pacífico. El Gobierno federal reconoce más de 250 mil familias afectadas

Han pasado 13 días desde que Otis, un huracán categoría 5, pegó con fuerza inusitada en la costa del Pacífico. El Gobierno federal publicó en el Diario Oficial de la Federación el 2 de noviembre la declaratoria de desastre natural para 47 municipios de Guerrero, pero al día siguiente, mediante una nota aclaratoria, la redujo solo a dos: Acapulco y Coyuca de Benítez. 

El primer día en el que Otis tocó tierra dejó en Acapulco una ciudad fantasma. La luz provenía de la luna y las estrellas, y las vías carreteras se encontraban colapsadas por los deslaves. De acuerdo con el Fideicomiso de Promoción Turística de Acapulco, más de 40 mil turistas quedaron varados por la entrada del huracán. Para los habitantes del puerto los daños fueron mucho mayores. El Gobierno federal calcula hasta ahora 220 mil viviendas destruidas.

Una mujer en la colonia Alianza llora al observar la devastación del huracán. Foto: Silvana Flores
Una mujer en la colonia Alianza llora al observar la devastación del huracán. Foto: Silvana Flores
Mujeres se abrazan mientras ven una de las calles principales de Acapulco después del paso del huracán Otis. Foto: Silvana Flores
Mujeres se abrazan mientras ven una de las calles principales de Acapulco después del paso del huracán Otis. Foto: Silvana Flores
La falta de luz, comida, agua y gasolina provocó miedo e incertidumbre en la población. En medio de la oscuridad los pobladores de Acapulco buscaron maneras de salir de la zona costera. Algunas personas ofrecían dinero a cambio de ser trasladados a sus hogares. Foto: Silvana Flores
La falta de luz, comida, agua y gasolina provocó miedo e incertidumbre en la población. En medio de la oscuridad los pobladores de Acapulco buscaron maneras de salir de la zona costera. Algunas personas ofrecían dinero a cambio de ser trasladados a sus hogares. Foto: Silvana Flores
Los deslaves en las carreteras provocaron que el tránsito se interrumpiera hasta más de seis horas en el intento de salir de Acapulco. Hubo éxodos hacia Chilpancingo y otras entidades de la República como la Ciudad de México. Uno de los tramos más afectados fue el de la caseta La Venta, hacia Zihuatanejo. Foto: Silvana Flores
Los deslaves en las carreteras provocaron que el tránsito se interrumpiera hasta más de seis horas en el intento de salir de Acapulco. Hubo éxodos hacia Chilpancingo y otras entidades de la República como la Ciudad de México. Uno de los tramos más afectados fue el de la caseta La Venta, hacia Zihuatanejo. Foto: Silvana Flores
Lejos de la zona dorada de Acapulco, los pobladores se organizaron para establecer por su cuenta la seguridad de las colonias. Surgieron defensores civiles que se armaron con machetes, bates o palos. Con láminas se formaron barricadas en las calles para evitar hurtos. Foto: Especial
Lejos de la zona dorada de Acapulco, los pobladores se organizaron para establecer por su cuenta la seguridad de las colonias. Surgieron defensores civiles que se armaron con machetes, bates o palos. Con láminas se formaron barricadas en las calles para evitar hurtos. Foto: Silvana Flores
Después del huracán la población manifestó miedo a quedarse sin nada. Entonces varias tiendas de autoservicio fueron saqueadas en un caos que dejó personas heridas. Foto: Silvana Flores
Después del huracán la población manifestó miedo a quedarse sin nada. Entonces varias tiendas de autoservicio fueron saqueadas en un caos que dejó personas heridas. Foto: Silvana Flores
La población se ha visto en la necesidad de ir a los arroyos más cercanos para abastecerse de agua. De esa forma han logrado bañarse, o lavar trastes y ropa. Algunos admiten que también la han consumido. A dos semanas del impacto del fenómeno, hay puntos de abastecimiento del líquido en Acapulco y Coyuca, pero no ha sido suficiente. Foto: Silvana Flores
La población se ha visto en la necesidad de ir a los arroyos más cercanos para abastecerse de agua. De esa forma han logrado bañarse, o lavar trastes y ropa. Algunos admiten que también la han consumido. A dos semanas del impacto del fenómeno, hay puntos de abastecimiento del líquido en Acapulco y Coyuca, pero no ha sido suficiente. Foto: Silvana Flores
De acuerdo con las cifras de Save the Children, más de 184 mil estudiantes no han podido volver a clases después del paso de Otis. El Gobierno federal reconoce más de 250 mil familias afectadas. Foto: Silvana Flores
De acuerdo con las cifras de Save the Children, más de 184 mil estudiantes no han podido volver a clases después del paso de Otis. El Gobierno federal reconoce más de 250 mil familias afectadas. Foto: Silvana Flores
Te puede interesar