En un abrir y cerrar de ojos, han pasado 10 años desde aquella fatídica noche del 26 de septiembre de 2014, cuando 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa fueron desaparecidos y presuntamente asesinados en un operativo que, hoy en día, se sabe involucró al crimen organizado y varios niveles del gobierno.
Aunque la exigencia de “vivos se los llevaron, vivos los queremos” sigue resonando en cada marcha, se habla poco de los jóvenes que lograron sobrevivir. ¿Qué ha sido de ellos y cómo llevan sus vidas, sabiendo que escaparon del fatal destino que enfrentaron el resto de sus compañeros?
Édgar Andrés Vargas, el sobreviviente de Ayotzinapa
La historia de Édgar Andrés Vargas, uno de los sobrevivientes, es particularmente dura. Aunque no murió aquella noche, recibió un impacto de bala en la boca que le destruyó el paladar, los dientes y los labios, según los registros del Centro Prodh.
Édgar ha narrado cómo intentaba protegerse del ataque en el municipio de Iguala, Guerrero, mientras veía a sus compañeros caer, todo mientras enfrentaba una fuerte hemorragia. Sus colegas lo llevaron a un hospital, donde lograron salvarle la vida.
“Mi recuperación fue un proceso muy largo; no podía hablar ni respirar por la nariz, ya que perdí todo el maxilar superior, e incluso no podía caminar. Pero siempre conté con el apoyo de mi familia y de mis compañeros de la normal, que constantemente iban a visitarme”, relató en 2018 durante una charla en la Universidad Iberoamericana.
Édgar vive con secuelas tanto psicológicas como físicas; tras varias cirugías reconstructivas, sigue teniendo problemas para expresarse y tuvo que aprender a hablar desde cero. El joven logró terminar la carrera de maestro en la escuela de Ayotzinapa y ahora estudia para ser abogado.
Aldo Gutiérrez, el normalista que quedó en coma
Otra tragedia es la de Aldo Gutiérrez, quien durante la madrugada del 27 de septiembre recibió un impacto de bala en la cabeza que dañó 65% de su cerebro, manteniéndolo en coma durante años, varios de ellos en el hospital, y hoy sigue postrado en cama en su casa.
Fue alcanzado por disparos cuando la policía abrió fuego contra un autobús en el que él y otros estudiantes se habían subido aquella noche de 2014. Aunque logró salvar su vida, sus padres han asumido el cuidado constante que requiere, con asistencia las 24 horas del día. En febrero de 2021, Aldo enfermó de COVID-19 y estuvo nuevamente al borde de la muerte.
En septiembre de 2021, su madre, Gloria Solano Vásquez, le contó al periódico El Sol de Guerrero que su hijo seguía en estado vegetativo, aunque a veces mueve el brazo ligeramente cuando le hablan amigos o familiares. También mencionó que Aldo soñaba con ser futbolista del América y maestro; era un buen estudiante, alegre y tenía “pegue” con las muchachas.
Manuel Vázquez Arellano, de normalista de Ayotzinapa a diputado
Otro sobreviviente de la infame “Noche de Iguala” fue Manuel Vázquez Arellano, quien se apresuró a asistir a sus compañeros heridos luego de ser atacados por miembros de la policía de Iguala y tiradores desconocidos.
Estaba entre los estudiantes que intentaron ayudar a los compañeros más jóvenes y fueron atacados por tiradores desconocidos. De entre todo lo que pasó aquel 26 y 27 de septiembre, el joven salió prácticamente ileso y hoy en día está involucrado en la política.
De 2021 a 2024, fue diputado plurinominal por Morena en el Congreso de la Unión, desde donde impulsó varias iniciativas y puntos de acuerdo para conmemorar a los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, algunas de las cuales fueron aprobadas.
Aunque formó parte del partido guinda, Vázquez Arellano ha sido crítico con el presidente Andrés Manuel López Obrador por no haber resuelto el caso Ayotzinapa, a pesar de que fue una de sus promesas de campaña, reconociendo en marzo de 2024 que “se le acabó el tiempo”.
¿Qué se sabe del caso Ayotzinapa?
El caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa está a punto de entrar en su tercer sexenio, habiendo comenzado durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, continuado bajo Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y ahora será el turno de Claudia Sheinbaum.
El 26 de septiembre de 2014, los estudiantes fueron interceptados por criminales y policías en Guerrero después de haber tomado varios autobuses que iban a utilizar para trasladarse a la Ciudad de México para la manifestación del 2 de octubre.
Peña Nieto presentó la “Verdad Histórica”, que afirmaba que los normalistas fueron secuestrados, asesinados e incinerados en un basurero en Cocula por Guerreros Unidos y policías.
Esta versión fue desmentida por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que encontró evidencias de tortura de testigos y manipulación de la escena del crimen. El papel del Ejército también fue cuestionado.
AMLO, al asumir el poder, prometió un nuevo enfoque, liderado por Alejandro Encinas, pero la falta de transparencia sobre el Ejército persistió. En 2022, Encinas reveló que los estudiantes no fueron incinerados en el basurero, el Ejército sabía de la desaparición en tiempo real, y uno de los estudiantes era un militar encubierto.
A pesar de algunas detenciones de militares y reuniones periódicas de AMLO con los padres de los 43, la relación se ha deteriorado debido a la lentitud de las investigaciones.
¿Por qué atacaron a los 43 normalistas?
Aunque sigue habiendo debate sobre qué originó el ataque, una teoría sostiene que los jóvenes de Ayotzinapa fueron confundidos con miembros de Los Rojos, un grupo delictivo en conflicto con Guerreros Unidos.
Se especula que algunos autobuses secuestrados por los estudiantes podrían haber transportado droga, sin que ellos lo supieran, aumentando las sospechas de vinculación con Los Rojos.
Además, un quinto autobús, recuperado esa noche por los criminales, pasó sin problemas por 17 retenes. El GIEI sugirió que uno de los autobuses pudo haber llevado heroína, lo que podría haber motivado el ataque. Es importante aclarar que no hay pruebas de que los estudiantes estuvieran relacionados con Los Rojos.
A pesar de los avances en la última década, persisten dudas sobre lo que realmente ocurrió aquella noche, lo que provocó un ataque tan brutal contra los jóvenes, y, sobre todo, cuál fue el papel exacto de los tres niveles de gobierno y del Ejército.