Después de la batalla entre Morena y el Instituto Nacional Electoral (INE) por la validación de las candidaturas, se avecina otro enfrentamiento. La arena donde se llevará a cabo otra vez será el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). El máximo tribunal electoral validará o revocará las nuevas reglas del INE para evitar la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados como ocurrió en 2018 gracias a las coaliciones electorales.
Durante la conformación de la LXIV Legislatura la coalición Juntos Haremos Historia, conformada por Morena, el Partido del Trabajo y Encuentro Social, consiguió 308 diputados, el 61.6 por ciento de la Cámara baja.
En las urnas, la coalición que llegó al poder, obtuvo 24 millones 533 mil 346 votos, es decir, el 45.9 por ciento de las preferencias del electorado. La diferencia entre el porcentaje de la votación y el porcentaje de diputados obtenidos fue del 15.7 por ciento.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 54, establece que la diferencia del porcentaje entre diputados obtenidos y los votos conseguidos no puede ser mayor al 8 por ciento. De esta manera, Morena y sus aliados gozaron de una sobrerrepresentación del 7.7 por ciento (39 diputados) y violaron lo escrito en la Carta Magna.
La distorsión de la conformación de la Cámara baja comenzó en 2012 y 2015 con la coalición PRI-PVEM y los llamados “diputados sandía” (verdes por fuera pero rojos por dentro), es decir, legisladores priistas que a la hora de la conformación de la Legislatura fueron cedidos al Partido Verde para conseguir más curules al momento de la repartición de lugares por representación proporcional (diputados pluris).
En aquella ocasión, la sobrerrepresentación solamente fue del 1.7 por ciento, un legislador, por lo que la triquiñuela política no despertó alertas en todos los sectores.
En 2018, la artimaña fue más descarada por lo que el órgano electoral decidió blindar la conformación de la siguiente Cámara baja después de un mandato del Tribunal Electoral.
El Consejo General del INE decidió el pasado 19 de marzo implementar tres nuevas reglas. La primera es la verificación de la “afiliación efectiva” para evitar que se oculten triunfos propios en otros partidos. De esta manera el INE considerará como una “afiliación efectiva” al partido, aquella que esté vigente al momento del registro de la candidatura.
El segundo punto cuida el equilibrio entre votos y escaños y establece que en caso de que la candidatura triunfadora no tenga una afiliación efectiva, el triunfo será contabilizado en los términos de lo expresado por el convenio de coalición aprobado.
Además, se procurará el mayor equilibrio entre el porcentaje de votos y porcentaje de escaños de todas las fuerzas políticas que hayan obtenido al menos del 3 por ciento. Con esta regla, el PES que obtuvo menos de ese porcentaje, se hubiera quedado sin diputaciones.
El tercer punto propuesto por el INE servirá para vigilar la pertenencia a un grupo parlamentario al momento de la reelección.
“En caso de que la candidata o el candidato triunfador haya contenido por la reelección, en el supuesto que éste no cuente con una ‘afiliación efectiva’, alguno de los partidos que le postularon, el triunfo será contabilizado, para efectos de la asignación, al partido a cuyo grupo parlamentario haya pertenecido al momento del registro de la candidatura”, ordena el INE para así evitar el “chapulineo” de diputados entre partidos de la misma coalición.
Conflicto a tres bandas por sobrerrepresentación
A los tres días de haberse publicado las reglas del INE, Morena presentó un recurso de apelación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y su dirigente nacional, Mario Delgado, calificó la acción como una “triquiñuela” para evitar que el partido guinda conserve la mayoría en el Congreso durante la próxima Legislatura.
“De esta manera, buscan imponer sus intereses por encima de la voluntad popular y de la vida democrática de México. Es por esto que desde Morena se ha hecho un llamado a los consejeros del INE para que dejen el protagonismo político de lado y se comporten como el árbitro electoral que son”, arremetió Delgado.
El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, contestó a Delgado y le recalcó que el INE no legisló para prohibir la sobrerrepresentación en la Cámara baja, sino para hacer cumplir la Constitución.
Al respecto, el especialista en derecho electoral Salvador Nava Tomar advierte que lo que pretende orquestar Morena es nuevamente un fraude a la Constitución.
Otros actores de Morena acusaron al órgano electoral de “extralimitarse” en sus funciones y de romper el orden constitucional y legal, ya que le correspondería solo al Congreso legislar en dicha materia.
Además, los del partido guinda argumentaron que los convenios de coalición validan que un aspirante de un partido pueda pasar al otro.
Javier Martín Reyes, politólogo y académico del CIDE, señala que sería una pena que el Tribunal Electoral fallara a favor de Morena.
“Sería una pena que su argumento (del TEPJF) fuera que el INE se excedió en su facultad de decidir al respecto. Además, no puede primar el Convenio de Coalición sobre lo postulado por el INE que lo que hace es buscar que se cumpla con la Constitución. Una sentencia así, ciega a la realidad y que no se haga cargo de los problemas de sobrerrepresentación, sería una de las decisiones más graves que haya tomado el Tribunal”, aclara.
El consejero electoral, Ciro Murayama, ve como positivo que ya se esté discutiendo el tema, advierte que ningún partido volverá a contar con sobrerrepresentación y acusó a Morena de actuar con cinismo.
“Estoy sorprendido de la franqueza, que raya en el cinismo, de algunos actores que se sintieron agraviados porque el INE quisiera hacer cumplir la Constitución y respetar la voluntad de la gente en las urnas. Que esto se tome como una afrenta, nos habla de que tal vez sí se estaba pensando en la coalición como una herramienta para poner en prácticas el artificio que permitió darle la vuelta a la letra constitucional”, concluye.