Adriana García, coordinadora de análisis económico de la organización México ¿Cómo vamos?, explica que la situación en el país se complicó por los factores externos que han golpeado a la economía este año y porque el Gobierno no supo cómo mitigar los estragos económicos de la pandemia.
A diferencia de Estados Unidos que creció por encima de sus niveles prepandemia, México es de los pocos países que no ha podido recuperar sus niveles.
“Incluso por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) debimos de haber podido recuperar lo que se perdió durante la pandemia y no fue así, por lo tanto nos encontramos ante una economía con un tamaño similar a la que teníamos en 2016, pero ahora las condiciones externas ya no son tan favorable para impulsar nuestra recuperación económica.
“Por lo tanto hay que voltear a ver la dinámica del mercado interno para poder generar oportunidades que nos permitan crecer. (…) Va a haber menos liquidez en los mercados financieros mundiales y México siendo participante se va a enfrentar a una economía débil, de bajo crecimiento, con una alta inflación y también con un financiamiento más caro”, apunta.
La especialista señala que durante la pandemia de COVID-19 el Fondo Monetario Internacional recomendó a los países aumentar su gasto social para mitigar los efectos, pero México fue de las economías emergentes que menos gasto adicional implementó.
“Por eso tenemos una situación de fragilidad en el mercado interno, por eso hemos perdido más de un millón de empresas con respecto a 2019. No hubo ningún programa que tratara de contener que no se redujera el consumo, solo hubo una ampliación de los programas sociales no focalizados y dirigidos a la base de votantes (programas del Bienestar)”, acusa.
Ahora, la recomendación del FMI es tener estabilidad en las finanzas públicas y cumplir con el endeudamiento, situación que es muy poco probable que México cumpla.
“Tendremos menores ingresos reales y si se mantiene el gasto que se tiene con los programas del gobierno esto solo se puede resolver con deuda o con el recorte de financiamiento a otros programas que no son parte de la agenda, como la educación.
“Vamos a terminar el sexenio con una economía menor que al principio por cómo se manejó la pandemia y los años posteriores”, concluye.
