Sistema Nacional de Cuidados, necesario pero con muchos pendientes

En más de una década, las autoridades mexicanas no han podido materializar el Sistema Nacional de Cuidados, necesario para dotar a infantes, adultos mayores, personas con padecimientos degenerativos o con discapacidad y a sus cuidadores, en su mayoría mujeres de todas las edades, de una mejor calidad de vida
Elizabeth González-Manrique Elizabeth González-Manrique Publicado el
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Después de que hace algunas semanas el pleno de la Cámara de Diputados aprobara reformas a la Ley General de Desarrollo Social para incluir el derecho al cuidado, estableciera una política nacional de cuidados e incluyera el derecho de personas vulnerables a recibir este tipo de protección por parte del Estado, la pregunta sigue siendo ¿cómo y cuándo se establecerá el Sistema Nacional de Cuidados?

A pesar de que la aprobación de estas reformas en la Cámara baja es un paso más allá para materializar esta demanda, las enmiendas se encuentran congeladas en el Senado desde hace cuatro años, lo que deriva en que el Sistema Nacional de Cuidados carezca de base jurídica.

Especialistas y organizaciones señalan las omisiones de las autoridades en torno a esta necesidad, pues los senadores no han llevado a cabo la discusión de la reforma constitucional de los artículos 4 y 73, además de convocar a un parlamento abierto para conocer las necesidades de quienes ejercen las labores de cuidados en los hogares mexicanos.

Por su parte, el Gobierno federal, lejos de escalar los programas con un enfoque de cuidados, los ha transformado en esquemas de transferencias sin perspectiva de género.

Una promesa antigua

Organizaciones como el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) junto a colectivos feministas, quienes pusieron en el mapa esta demanda, han empujado desde hace más de una década la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, y aunque hay avances al respecto, estos han sido lentos e insuficientes para atender las necesidades de infancias, adultos mayores, personas con padecimientos crónicos o con discapacidad y de sus cuidadores, los principales beneficiarios de que este derecho se convierta en una realidad.

Durante el debate del pasado domingo, fue Jorge Álvarez Maynez, candidato a la Presidencia de Movimiento Ciudadano, quien mencionó su interés en la creación de un Sistema Nacional de Cuidados para, entre otras cosas, combatir la violencia de género.

Las candidatas Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum han destacado la materialización de este sistema como una de sus grandes propuestas para alcanzar la igualdad de género.

Mientras Sheinbaum estableció que en caso de convertirse en la primera presidenta del país establecerá un sistema coordinado por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), con la intención de que el gobierno asuma responsabilidades en la redistribución de los cuidados de niños, adultos mayores y personas con discapacidad.

La candidata de Morena también planteó otorgar una pensión universal a mujeres de entre 60 y 64 años que hayan dedicado su vida a labores de cuidado no remuneradas.

Por otra parte, Xóchitl Gálvez, candidata a la presidencia de la coalición Fuerza y Corazón por México; integrada por el Partido Revolucionario Institucional, el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática, propone un SNC basado en la reactivación de las estancias infantiles subvencionadas por el Gobierno y del Programa de Escuelas de Tiempo Completo, así como apoyos a familias con miembros con discapacidad o adultos mayores.

Mónica Orozco, investigadora asociada externa del CEEY y fundadora de Genders, una asociación civil sin fines de lucro creada en el año 2014 para contribuir a la igualdad de género, destacó que aunque las intenciones de los candidatos de implementar un sistema de este tipo son buenas, necesitan acercarse a los colectivos, organizaciones y especialistas que han realizado trabajo al respecto para conocer el estatus de esta demanda ciudadana y lo que falta hacer al respecto.

“Un mensaje para las candidatas y el candidato a la Presidencia de la República es que hay un gran conocimiento en la sociedad civil, en redes, en coaliciones y en organizaciones en las que también participan cuidadoras, así que hay que detonar el diálogo para darle contenido y sustancia y que está desde el año 2020 una propuesta de reforma constitucional al artículo cuarto y al 73 en materia de cuidados, que que reconoce plenamente el derecho al cuidado que incluye el derecho a recibir cuidados el derecho de otorgar cuidados y el autocuidado y esta propuesta fue aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados y está durmiendo en el Senado”, manifestó Orozco.

Orozco destaca que a pesar de que en la Ciudad de México se estableció un sistema de cuidados en la Constitución local desde 2017, a siete años han sido pocos, prácticamente nulos, los avances en la materia, por lo que el primer obstáculo para materializar esta demanda a nivel nacional es la voluntad política.

“Desde el año 2017 se tiene garantizado en la Constitución de la Ciudad de México, no obstante, no se ha avanzado en el sistema de cuidados salvo algunas iniciativas que se han desarrollado en territorios como Iztapalapa, por parte de la ahora candidata a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, que empezó con algunas iniciativas en materia de cuidados, pero también ahí estamos estancados”, mencionó.

Como parte de los pendientes, Orozco señaló las legislaciones congeladas, a la vez que destacó que lo primero es tener voluntad de discutir en torno al tema para comenzar a darle forma al Sistema Nacional de Cuidados.

“También hay varias propuestas de ley, de modificación, reformas a legislaciones pendientes, como a la Ley General de Desarrollo Social, la Ley de Salud y la propuesta de creación de una Ley General del Sistema de cuidados, que también estopa pendiente de discusión, una de ellas, incluso, tiene origen en el Senado. Está ley general fue propuesta desde el año 2021, llevamos tres años y no se ha avanzado entonces, pues lo primero que necesitamos es voluntad para empezar a discutir”, aseguró.

Buscando soluciones

Las propuestas de las candidatas y el candidato a la Presidencia de la República no coinciden con los avances legislativos en torno al Sistema Nacional de Cuidados, pues mientras Álvarez propone su creación, Gálvez buscaría retomar algunos programas sociales enfocados en menores de edad y Sheinbaum propone que éste dependa del DIF,  lo cierto es que ninguna de estas ideas coincide con lo ya establecido.

Aunque Orozco menciona que el SNC no requiere de la creación de nuevas secretarías, organismos o instituciones del Estado, señala la importancia de que este sistema cuente con su propio presupuesto.

“Necesitamos propuesta y discusión, porque nosotros desde el CEEY tenemos algunas alternativas que podemos aportar en materia de financiamiento del sistema también, pues esta ha sido un una de las razones por las cuales el tema no ha avanzado tanto, aunque no es la única, entonces hay muchas cosas que se pueden empezar a hacer ya y en paralelo ir haciendo la cuantificación de recursos”, explica.

Las organizaciones y activistas señalan a los actores políticos que además del reconocimiento al derecho al cuidado, las legislaciones al respecto y el diálogo con los implicados, deben impulsarse una serie de acciones para materializar al Sistema Nacional de Cuidados. Foto: Especial

Tras la aprobación de reformas a la Ley General de Desarrollo Social, por parte de la Cámara de Diputados, no fue asignado un presupuesto para cumplir con los propósitos del SNC.

La legisladora Susana Prieto, diputada sin partido quien perteneció a Morena, acusó que esta reforma, además de carecer de los recursos necesarios para apoyar a cuidadoras, infancias, adultos mayores, personas con discapacidad o enfermedades crónico-degenerativas, nació muerta, pues la reforma constitucional que reconoce los nuevos derechos no ha sido aprobada.

Ante este señalamiento, la vicecoordinadora de la bancada de Morena, Aleida Alavez, dijo que el objetivo de dicha reforma era prácticamente enunciativo.

Alavez señaló que los cambios consisten en “la enunciación de la obligación del Estado en la Ley de Desarrollo Social, (lo que es) un avance significativo”.

De acuerdo con la minuta, lo que fue aprobado es el derecho al cuidado en condiciones de dignidad, calidad e igualdad.

Además de definir los trabajos de cuidados “como aquellas actividades que aseguran el sustento de la vida, lo que implica el cuidado de los cuerpos, de la educación y formación de las personas”.

Por ello, esta legislación no cuenta con presupuesto propio, “sino que operará con los recursos humanos, financieros y materiales ya existentes de las instituciones del Estado mexicano”.

Si bien Mónica Orozco reconoce la importancia de este avance, considera que aún hace falta más trabajo al respecto.

“El reconocimiento es un avance, porque sí requerimos las modificaciones normativas y también hay tareas que no necesariamente involucran recursos, precisamente como lo acaba de prever la Cámara Diputados, se reconoce el derecho al cuidado como parte de los derechos sociales y eso pues implica que la Ley General de Desarrollo Social ya tiene como parte de las obligaciones del Estado el mandato de crear todo tipo de análisis técnicos y presupuestarios. Actualmente nos deben ayudar a definir de dónde sacar los recursos, cuántos recursos se requieren y a tener un plan estratégico de más largo plazo, además de prever qué cosas técnicas, como la medición de la pobreza que realiza el Coneval, tendrían que empezar a hacer”, aseguró.

Con perspectiva de género

Las propuestas del CEEY en torno al SNC incluyen siete vertientes, entre las que se encuentran tomar en cuenta la perspectiva de género al momento de abordar las soluciones para instaurar este sistema en el país.

Entre septiembre de 2022 y noviembre de 2023, Fundación EU-LAC, ONU Mujeres, la CEPAL, el INMUJERES México y la Alianza Global por los Cuidados impulsaron una serie de diálogos regionales para la creación del documento “Hacia políticas y sistemas integrales de cuidados con las personas en el centro: Diálogos entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea”.

Estas conversaciones tuvieron como principal objetivo colocar en el centro a las poblaciones prioritarias que reciben y brindan cuidados derivando en un documento que ofrece un marco conceptual sobre sistemas integrales de cuidados, a la vez que se presentan y recogen los avances, desafíos, iniciativas exitosas y lecciones aprendidas para colocar en el centro de los sistemas a las personas con discapacidad, personas mayores, infancias y personas trabajadoras remuneradas y no remuneradas de los cuidados.

Entre las recomendaciones emanadas se encuentran poner en el centro a quienes ejercen las labores de cuidados de manera remunerada y no remunerada entre ellos familiares que cuidan, trabajadoras del hogar y enfermeras, ofreciendo capacitación y garantías para que este trabajo se considere una carga compartida.

Precisamente varias de estas conclusiones forman parte de los ejes propuestos por el CEEY para crear un SNC.

“Desde el CEEY hemos propuesto siete vertientes para el SNC, el primero es contar con un marco legal y normativo con perspectiva de cuidado, el segundo es ampliar la y garantizar la oferta de servicios de cuidado que se prestan en establecimientos, el tercero es desarrollar y garantizar la calidad de los servicios que se prestan a domicilio, el número cuatro es establecer medidas de corresponsabilidad desde todos los actores tanto el Estado, el mercado, los hogares y las comunidades que nos permitan adecuar los horarios de cuidado, que sean con perspectiva de cuidados para que las mujeres no solamente podamos trabajar, no, sino que también los hombres pueden cuidar.

“El número cinco, es prever el financiamiento que requerimos para hacer las modificaciones, un inventario exhaustivo de cómo estamos dirigiendo el gasto social y el gasto fiscal y cómo podemos hacer un gasto más igualitario y más orientado al cuidado. El número seis es integrar a la sociedad civil a esta conversación, contar con la representación de las mujeres que somos las principales cuidadoras, pues en este país hacemos el 75 por ciento de todo el cuidado que se hace de forma no remunerada que representa 24 por ciento del Producto Interno Bruto y como último número, tener un un sistema de información estadística adecuado que nos permita avanzar en las políticas y también un sistema de investigación un conjunto de investigaciones que nos permitan medir los costos por un lado los costos de no cuidar porque hoy tenemos costos sociales y económicos muy altos y por otro todos los beneficios del cuidado”, concluyó.

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