Sistema de salud, transición politizada

La promesa del presidente AMLO y la búsqueda desde hace décadas de tener en México servicios médicos gratuitos, de calidad y universales provocó que en los últimos cuatro años se modificara de fondo el sistema de salud del país
Ernesto Santillán Ernesto Santillán Publicado el
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El objetivo de brindar servicios de salud gratuitos y de calidad a todos los mexicanos, sin importar en qué parte del territorio se encuentren, es un reto que desde hace décadas cada gobierno en turno enfrenta y que ninguno ha logrado resolver al día de hoy.

En la medida de sus posibilidades e intereses, las distintas administraciones que han estado al frente del país han implementado programas y estrategias para tratar de matizar las múltiples carencias que el sector salud enfrenta de manera histórica, sin que ninguna logre la universalidad de estos servicios.

Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador y la promesa de alcanzar una atención de primer mundo, se reconfiguró por completo el sistema de salud y se rompió con programas del pasado, se modificó la legislación y se crearon nuevos organismos con la finalidad de que, sin importar el estatus laboral de cada persona, todos tengan garantizado el acceso a la salud.

El sistema actual

Con las reformas a la Ley General de Salud en 2019, la eliminación del Seguro Popular, la creación y eventual desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI); la implementación del Programa IMSS-Bienestar y ahora con la creación del Organismo Público Descentralizado (OPD) IMSS-Bienestar, parece que las bases legales e institucionales están sentadas para transitar hacia un sistema de salud universal.

Sin embargo, con todas estas modificaciones, también se suscitan complicaciones, como la confusión entre la ciudadanía e incluso entre los tres niveles de gobierno respecto a en dónde nos encontramos parados en este momento como país en materia de salud.

Para entender el panorama, Reporte Índigo platicó con el doctor Juan Manuel Lira, extitular de la Unidad de Atención Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), quien explica el punto de inflexión en el que nos encontramos actualmente en materia de salud, así como los avances y retos que se tienen por delante.

Para dejar en claro en dónde estamos parados, especialmente tras la eliminación del INSABI, el también experto en Gobernabilidad y Gestión Pública, aclara que hoy tenemos tres IMSS en uno.

“Actualmente hay tres IMSS dentro de un mismo IMSS. Está el IMSS ordinario que se fondea por cuotas tripartitas: patrón, trabajador y Estado, que es el que todos conocemos.

“Dentro de esta institución hay un programa llamado IMSS-Bienestar, el cual se viene arrastrando desde la década de los 70 con diferentes nombres y está destinado a poblaciones con altos niveles de marginación.

“Y ahora, con la desaparición del INSABI, tenemos el Organismo Público Descentralizado (OPD) IMSS-Bienestar, el cual es el encargado de atender y brindar servicios de salud a todas aquellas personas que no cuentan con seguridad social, ya sea a través del IMSS, ISSSTE, Pemex, las Fuerzas Armadas o algún sistema estatal”.

La transición

Con esta reconfiguración institucional llegaron nuevos retos, asegura el experto en la materia, ahora todos los recursos que eran del INSABI, se pasarán al Organismo Público Descentralizado IMSS-Bienestar.

Para esto, las 32 entidades del país deben firmar convenios de cooperación o colaboración para transferir el dinero que tienen para salud al OPD IMSS-Bienestar, el cual será el encargado de administrar los recursos y satisfacer las necesidades de cada entidad.

Sin embargo, a pesar de que la Ley señala la obligatoriedad de las entidades federales de adherirse al OPD IMSS-Bienestar, no hay un límite de tiempo para que lo hagan, lo cual puede complicar la obtención de dinero para la operación del nuevo Organismo Público Descentralizado.

Actualmente, 16 estados ya firmaron convenios de colaboración para transferir todos sus recursos, sin embargo, de este total, ocho lo hicieron en un principio con el IMSS ordinario, por lo que se encuentran realizando los ajustes necesarios para trasladar estas facultades al nuevo organismo que se encargará de atender a las personas que no tienen seguridad social.

Se estima que para el final del sexenio, 24 estados habrán firmado un convenio de participación para formar parte del OPD IMSS-Bienestar, no obstante, los estados que cuentan con gobernadores de oposición han dicho que definitivamente ellos no se van a unir a esta nueva aventura.

Motivos y obstáculos

De acuerdo con el doctor Juan Manuel Lira, lo que se está intentando hacer con esta centralización es tener más orden.

“Como sabemos, actualmente cada entidad cuenta con su propia secretaría de salud y cada una se maneja de manera discrecional tanto en los recursos como en la contratación de personal como de sus programas y la compra de medicamentos. Al hacer esto de forma centralizada, se evita la fragmentación del sistema de salud”.

Sin embargo, el extitular de la Unidad de Atención Médica del IMSS asegura que los retos son mayúsculos, especialmente en materia económica.

“No hay presupuesto que alcance para tratar de equiparar lo que va a ser el OPD IMSS-Bienestar, que va a atender a aproximadamente 70 millones de mexicanos (ya que se adhieran la mayoría de los estados), con el IMSS ordinario que da servicio a casi 60 millones de derechohabientes.

“Este es uno de los grandes temas que no solo se va a tener que tratar de resolver en el poco tiempo que resta de esta administración, sino en las consecuentes, si es que de verdad se quiere que este esquema funcione.

“Para que tenga una operación, únicamente en atención médica, similar a la que brinda el IMSS a sus usuarios, el nuevo OPD requeriría alrededor de 550 mil millones de pesos, ahorita tiene 280 mil millones, entonces hay un déficit de casi 300 mil millones de pesos”.

Visión a largo plazo

Aunado a los retos económicos para poder financiar los servicios de salud de todas aquellas personas que no cuentan con seguridad social y eventualmente poder transitar hacia un sistema de salud universal, hay un obstáculo todavía más complicado por trascender: el tiempo.

Con poco más de un año por delante y sin los recursos suficientes, es muy complicado que la actual administración logre, más allá de los avances en el papel, consolidar un sistema de salud como el que prometió al inicio del sexenio.

Por lo tanto, para que todas las modificaciones que se han llevado a cabo a lo largo de la primera administración se concreten y se conviertan en una realidad para los mexicanos, se deberá darles continuidad durante por lo menos dos décadas, un panorama que puede resultar complicado si Morena no se logra mantener en el poder varios años más.

“La mejora del sistema de salud no se va a dar en uno ni en dos años, se necesitan por lo menos dos décadas.

Para que los beneficios del nuevo sistema de salud impulsado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sean palpables entre la población, se debe dar continuidad por más de dos sexenios a estas políticas. Foto: Especial
Para que los beneficios del nuevo sistema de salud impulsado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sean palpables entre la población, se debe dar continuidad por más de dos sexenios a estas políticas. Foto: Especial

“Para que todo este programa que se está planteando a partir del OPD IMSS-Bienestar funcione a cabalidad, se requiere de una consolidación y fortalecimiento del mismo a lo largo de por lo menos tres sexenios.

“Entonces el verdadero reto para llevar a buen puerto todas estas modificaciones que se han hecho es que se les dé continuidad.

“Ya quedó todo muy organizado en papel, ahora será responsabilidad del siguiente gobierno desarrollarlo y hacerlo una realidad, lo que sin duda es la parte más importante y el mayor de los retos.

“Por ahora, va a ser muy difícil terminar el sexenio con un sistema de salud de primer mundo como el que se prometió”, dice el doctor Juan Manuel Lira, extitular de la Unidad de Atención Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Sin embargo, el experto en la materia asegura que el camino es el adecuado, pues se está dividiendo la atención en dos grandes rubros para que todos puedan tener servicios de salud. 

“Una vez que estos sistemas estén equilibrados se puede dar el siguiente paso para crear un sistema único, pero eso ya es un paso muy adelante. Por ahora ya se tiene todo en papel para tratar de brindar con únicamente dos modelos una atención de salud universal”.

Mejorar la comunicación

Respecto a las promesas del presidente de que concluiría su administración con un sistema de salud universal y de primer mundo, Lira opina que ha habido una mala comunicación por parte del gobierno para aclarar cuál es el alcance y los tiempos de sus programas.

“Las autoridades deben ser honestas con la gente y decirles que no es algo que se resuelve de la noche a la mañana. De lo contrario, si creas falsas expectativas ante problemas tan complejos, es muy fácil que después se detonen críticas, se pierda la confianza y aumente la incertidumbre”.

Prevención, el destino final

Incluso si México logra alcanzar el sistema de salud gratuito, de calidad y universal que ha perseguido por décadas, todavía hay un paso más por avanzar en la materia, y ese es la prevención.

De acuerdo con el doctor Juan Manuel Lira, como país, contar con la infraestructura y el personal adecuados para poder atender a todos los mexicanos, es fundamental y por ese motivo se está trabajando tanto en ello.

Sin embargo, a lo que debemos aspirar como nación, es a crear un modelo de prevención que no solo disminuya el porcentaje de población que requiere de atención médica, sino los costos de estos servicios.

Actualmente, la población mexicana se enfrenta principalmente a padecimientos que podrían ser prevenibles como lo es la diabetes, el sobrepeso y obesidad, así como los problemas cardiovasculares, los cuales cuestan millones de pesos al Estado en tratamientos y servicios.

Actualmente, la población mexicana se enfrenta principalmente a padecimientos que podrían ser prevenibles como lo es la diabetes, el sobrepeso y obesidad, así como los problemas cardiovasculares. Foto: Especial
Actualmente, la población mexicana se enfrenta principalmente a padecimientos que podrían ser prevenibles como lo es la diabetes, el sobrepeso y obesidad, así como los problemas cardiovasculares. Foto: Especial

“El sistema actualmente está diseñado para atender enfermos. Entonces cada vez se necesitan más hospitales, más médicos y más recursos. Si no adoptamos a la par un modelo en el que la prevención juegue un papel predominante, difícilmente vamos a avanzar en salud o podremos reducir sus costos”.

De acuerdo con el doctor Lira, para lograrlo se necesita involucrar y concientizar a la población a través de educación y programas de promoción de la salud.

De esta manera evitas muchos problemas, como las enfermedades crónico degenerativas, el embarazo infantil, el consumo de alcohol y tabaco desde temprana edad, entre muchas otras cosas, lo que se vería reflejado en menos atención médica para este sector y más recursos para quienes de verdad lo necesitan.

“Esta no ha sido la manera en la que se han querido resolver muchas de las problemáticas en materia de salud porque no favorece a los políticos, no los viste, es decir, no ayuda a mejorar la imagen de estos personajes, lo que a ellos les sirve es estar inaugurando hospitales o repartiendo medicinas”.

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