Abandono al sistema de salud de Sinaloa: carencias en equipo y personal

El diagnóstico que realizaron las autoridades federales sobre el sistema estatal, cuando este estaba en manos de Rubén Rocha Moya, arrojó múltiples deficiencias
Luis Herrera Luis Herrera Publicado el
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La transferencia del sistema estatal de salud de Sinaloa al IMSS-Bienestar ha significado un rescate de los servicios públicos de salud provistos por el Gobierno del estado si se consideran todas las deficiencias diagnosticadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Antes de que el organismo federal absorbiera al sistema estatal de salud se realizó un diagnóstico sobre el mismo por parte del IMSS, el cual arrojó carencias relevantes en materia de infraestructura y de recursos humanos, así como fallas en el ámbito operativo.

El documento “Diagnóstico Sinaloa”,  proporcionado vía transparencia por dicho Instituto (folio 330018023034397) muestra que el descuido en el que se encontraba el sistema estatal de salud, cuando este era responsabilidad del gobernador Rubén Rocha Moya se reflejaba inclusive en la falta del mantenimiento adecuado para los extintores de las instalaciones médicas.

Inmuebles e instalaciones en mal estado

Entre los hallazgos del diagnóstico se cita que la antigüedad promedio de los inmuebles es de 40 años, lo que influye en el mal funcionamiento de las instalaciones hidráulicas, sanitarias, eléctricas y gases medicinales.

“Sin programa de mantenimiento preventivo y/o correctivo para el equipo electromecánico y médico ni personal de conservación. (…) Existen seis unidades de primer nivel que requieren ser sustituidas por el deterioro de las mismas, abandono, daños en muros y deterioro severo”, indica el documento.

Otras señales del abandono que padecía el sistema de salud se detallan de la siguiente manera:

“Los extintores de las unidades de primer nivel se encuentran con fecha de última recarga vencida. (…) En el primer nivel, se observó mal funcionamiento en el alumbrado interior y exterior por falta de insumos de conservación. (…) Las unidades de primer nivel sufren de variaciones de voltaje, que a su vez generan fallas en los equipos de la red de frío y de cómputo. Las unidades no cuentan con sistema de pararrayos”.

Los responsables de la elaboración del diagnóstico también consignaron que “se encontraron cuatro centros de salud cerrados”, y que ni siquiera las labores de impermeabilización que requería la infraestructura médica del estado se realizaron correctamente.

“El 80 por ciento de los hospitales requieren impermeabilización y cambio de plafones afectados por las filtraciones y humedad. (…) Falta de mantenimiento a inmuebles, equipos médicos y electromecánicos e impermeabilización”.

Otras deficiencias detectadas

En el apartado “Abasto y equipamiento” del diagnóstico, las deficiencias detectadas incluyen: “Nivel de abasto de 50 por ciento en primer nivel y del 70 por ciento en el segundo nivel. (…) No se tiene buen control de caducidades de bienes de consumo. (…) Se identificó ausencia de consumibles para equipos médicos y no hay seguimiento para su reposición. (…) Se envía solicitud de reaprovisionamiento al almacén estatal, sin embargo,  en algunos casos, no se respeta el calendario de suministro”.

El documento también advierte que “los hospitales cuentan con 12 ambulancias, nueve funcionales“, y que en materia de “Tecnologías de la información” existen carencias marcadas en el primer nivel de atención:

“En el primer nivel de atención, se tienen en promedio cuatro computadoras por unidad. Sin embargo, únicamente el 21 por ciento de las unidades tienen conexión a internet. En el segundo nivel de atención, se tienen en promedio 61 computadoras por unidad. El 96 por ciento de las unidades tienen conexión a internet”.

El 27 de mayo de 2022, cuando el gobernador Rocha Moya firmó el convenio con las autoridades federales para implementar en ese estado el “Plan de Salud para el Bienestar”, mediante la operación del organismo IMSS-Bienestar,  Zoé Robledo Aburto, director general del IMSS, abordó los resultados que arrojó el diagnóstico sobre los servicios locales de salud.

Aquel día, el funcionario federal inclusive ofreció una estimación sobre la inversión que requeriría el sistema estatal de salud para comenzar a subsanar las deficiencias y carencias que se habían detectado en el mismo. Así lo expuso el comunicado respectivo.

“Explicó que con un levantamiento de datos se realizó una radiografía de los servicios estatales de salud de Sinaloa, donde se identificó la necesidad de una inversión inicial de mil 735 millones de pesos, que van desde las plantillas del personal adicional, inversiones en equipo y acciones en infraestructura que los hospitales requieren para su óptimo funcionamiento”.

Déficit médico en administración de Rubén Rocha Moya

Los convenios que ha suscrito la administración de Rocha Moya con las autoridades federales contemplan la transferencia tanto de la infraestructura médica estatal como del personal de salud local hacia el organismo IMSS-Bienestar; sin embargo, ese día Robledo Aburto advirtió que también se detectó un déficit en materia de recursos humanos.

“Indicó que el censo de campo del sistema de salud de Sinaloa se llevó a cabo del 14 de febrero al 1 de marzo del 2022, con la participación de 73 personas que visitaron 304 unidades de Primer Nivel y 28 hospitales; donde se identificó un déficit de médicos generales, 638; especialistas, 436; enfermeras, 2 mil 135; y paramédicos, 47”, comunicó el Instituto.

Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa desde el 1 de noviembre de 2021. Foto: Especial

El IMSS-Bienestar tiene por objetivo atender a la población sin seguridad social, absorbiendo los servicios estatales de salud mediante convenios voluntarios con los gobiernos de los estados del país, luego del fracaso que significó el Instituto de Salud para el Bienestar.

En Sinaloa, sin embargo, se detectaron estas otras carencias en infraestructura: “hacen falta 94 acciones que van desde mantenimiento de baños, bardas perimetrales y trabajos de dignificación de los espacios. Adicionalmente, se requieren 14 Unidades de Cuidados Especiales Neonatales, 27 consultorios, 22 residencias médicas y 93 camas censables”.

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