Sin rumbo ni cabeza

Impasse en el cambio de la dirección del Partido de la Revolución Democrática (PRD). A pesar de que el plazo legal para renovar sus órganos de dirección ya ha vencido, a ninguno de los grupos de poder le convienen las prisas, porque tanto el bloque bejaranista como el que forman los afines al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ven en la renovación del PRD-DF un arma de negociación e intentan sacar provecho.

Jonathan Villanueva Jonathan Villanueva Publicado el
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"Como primera fuerza en la ciudad tenemos que mantener el control del PRD, para que existan contrapesos hacia el gobierno, solo así se evitará que el GDF cometa excesos"
Enrique VargasCandidato de IDN a la presidencia del PRD
"Nosotros les ofrecemos solo lo que les corresponde, que es la Secretaría General del partido, pero ellos quieren todo. Y eso no se puede, no se les puede regalar espacios que dan gobernabilidad"
Raúl FloresCandidato a la presidencia del PRD por el bloque mancerista

Impasse en el cambio de la dirección del Partido de la Revolución Democrática (PRD). A pesar de que el plazo legal para renovar sus órganos de dirección ya ha vencido, a ninguno de los grupos de poder le convienen las prisas, porque tanto el bloque bejaranista como el que forman los afines al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ven en la renovación del PRD-DF un arma de negociación e intentan sacar provecho.

Esa es la razón por la que la fecha que habían acordado los líderes del sol azteca para elegir al próximo presidente y secretario general de ese partido –finales de enero– ha quedado en el olvido. No hay acuerdo, pese a que hubo una reunión el lunes pasado, otra al día siguiente y una más ayer por la noche.

El tema es delicado para ambas partes. Por eso todos han optado por una negociación larga y benéfica. De lo contrario, podrían salir seriamente lastimados.

El poderoso grupo de René Bejarano sigue presionando para que sus principales cartas formen parte de la administración de Miguel Ángel Mancera, mientras que, desde el GDF, está en marcha una alianza de perredistas para contrapesar a los bejaranistas a fin de quitarles poder en el PRD.

Por eso, la carta fuerte de la administración mancerista, Raúl Flores, y el alfil de Bejarano, Enrique Vargas, no se mueven y esperan instrucciones para reactivar la lucha por la dirigencia estatal.

Hasta el momento, los acuerdos fluyen a cuenta gotas, pero en cualquier momento podrían romperse y desencadenar una lucha abierta donde ambos tendrían bajas importantes.

Manotazo

Para recordar cómo se ha llegado a esta situación, hay que volver la vista atrás. La llegada de Miguel Ángel Mancera al cargo de jefe de Gobierno del Distrito Federal –el pasado 5 de diciembre– mostró el sello de su gestión: políticas ciudadanas y ajenas a los intereses de partido. 

Por eso anunció que su gabinete estaría integrado por personas calificadas y sin cuotas partidarias y que las tribus perredistas solo tendrían un par de cargos.

Y así fue. Izquierda Democrática Nacional (los bejaranistas) y Nueva Izquierda (los Chuchos) obtuvieron una secretaría cada uno para satisfacer a sus simpatizantes.

Esa decisión abrió un frente de batalla entre René Bejarano y el GDF, ya que el primero esperaba tener el control de por lo menos cuatro secretarías, debido al crecimiento de su corriente.

El manotazo del jefe de Gobierno no fue ficticio y dejó fuera a los bejaranistas. La respuesta del IDN fue montar un acuerdo para arrebatarle la presidencia de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) a Manuel Granados, hombre clave de Mancera.

Los pupilos del gobierno reaccionaron, a su vez, construyendo la candidatura de Raúl Flores para arrebatarle a Bejarano el control del PRD-DF.

El pacto entre las tribus fue un éxito y la elección del próximo presidente del sol azteca sería, prácticamente, un trámite para los grupos afines a Miguel Ángel Mancera. 

Previendo ese escenario, René Bejarano consiguió en el último momento –en diciembre– el apoyo de Nueva Izquierda para trasladar la fecha de la elección a finales de enero de 2013 a cambio de firmar el Pacto por México.

Los grupos terminaron el año enfrentados, tanto que las propuestas hacendarias y de reparto presupuestal no salieron como había propuesto el jefe de gobierno capitalino.

Los avances

El inicio de año se ha caracterizado por la mesura, ya que el bando de IDN no ha hecho mayores pronunciamientos en contra de las políticas del nuevo gobierno.

Y por el lado del GDF se han empezado a liberar direcciones generales y algunos cargos a favor del grupo bejaranista, y se detuvo la elección del próximo presidente del partido.

Una señal

Ambos bloques esperan solo una señal de sus interlocutores para escalar el conflicto o cerrar filas.

De acuerdo con Raúl Flores, los bejaranistas están presionando al GDF para conseguir espacios de control y retener la dirigencia del sol azteca.

“Nosotros les ofrecemos solo lo que les corresponde, que es la Secretaría General del partido, pero ellos quieren todo. Y eso no se puede, no se les puede regalar espacios que dan gobernabilidad”.

En entrevista con Reporte Indigo, afirma que lo más probable es que la elección del PRD-DF se alargue, por lo menos un mes más, pero que difícilmente habrá acuerdos entre ambos bandos.

Por su parte, Enrique Vargas considera que es una falacia el mantra mancerista de que el nuevo gobierno es ciudadano ya que está metido en los temas internos del partido.

“Como primera fuerza en la ciudad tenemos que mantener el control del PRD, para que existan contrapesos hacia el gobierno, solo así se evitará que el GDF cometa excesos”. Si en algo coincide con Raúl Flores es que las negociaciones entre los grupos de poder van para largo y que la renovación de la dirigencia estatal seguirá detenida.

Y advierte que, de ser necesario, IDN propondrá una elección a padrón abierto, donde vote toda la militancia y no solo los consejeros políticos. “Ahí se mide la verdadera fuerza”.

Primeros nombramientos

Uno de los primeros nombramientos fue el de Leticia Varela como directora general de Prevención del Delito en la Secretaría de Seguridad Pública.

Ella pertenece a la corriente bejaranista, pero las versiones al interior del PRD afirman que su nombramiento obedece más a la simpatía del mandatario local con ella, que a una solicitud de Bejarano.

Por eso, su nombre ha servido para que los grupos de poder intenten una nueva negociación y evitar una lucha abierta por el control de la Ciudad de México.

Mientras eso se concreta, Manuel Granados, en su papel de presidente de la ALDF se ha sumado a todas las propuestas de IDN para mantenerse en el poder y evitar que la lucha con Mancera lo alcance. 

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