Estos documentos pueden ser de suma utilidad para las comunidades e incluso para otras dependencias al momento de enfrentar eventos climatológicos importantes. Foto: Especial

Sin planeación ante desastres

En Nuevo León, solo ocho municipios cuentan con un atlas de riesgo, de los cuales sólo Guadalupe y San Nicolás tienen una actualización pública hasta 2023

La reciente temporada de lluvias ha propiciado alertas por posibles desastres o incidentes como inundaciones pluviales y fluviales. Ante este tipo de eventos meteorológicos, los municipios, en colaboración con institutos y Protección Civil, deben de contar con un Atlas de Riesgo.

Los Atlas de Riesgos Municipales (ARM) son un documento en el que se identifican los diferentes amenazas relacionadas a la zonas, estas pueden incluir las colonias o calles que, por ejemplo, pueden sufrir inundaciones o deslaves.

Estos documentos pueden ser de suma utilidad para las comunidades e incluso para otras dependencias al momento de enfrentar eventos climatológicos importantes como ciclones tropicales, inundaciones, incendios forestales, huracanes, sequías y sismos.

De acuerdo con José Francisco Ramírez Santana, director de la Coordinación Municipal de Protección Civil en Querétaro, los atlas de riesgo municipales son una herramienta para las instancias de gobierno y para la ciudadanía.

“El crecimiento exponencial en el territorio nacional, requieren un atlas municipal de riesgos porque es la forma de conocer -más allá de lo que pudiéramos estar acostumbrados- los riesgos o los peligros de diferentes fenómenos, principalmente de origen natural”, mencionó.

Disparidad entre poderes afecta a los ciudadanos

En el país, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) realiza un Atlas Nacional de Riesgos, integrado a partir de los atlas municipales y estatales, por lo que es de suma importancia para tener identificadas las zonas de riesgo a nivel local.

Sin embargo, en el registro del CENAPRED solo hay ocho municipios de Nuevo León con un atlas municipal de riesgos naturales: Apodaca, García, Guadalupe, Lampazos de Naranjo, Monterrey, San Nicolás de los Garza, San Pedro Garza García y Santa Catarina.

Mientras que en el portal del gobierno estatal, sólo almacena los documentos de seis alcaldías: San Pedro Garza García, García, Monterrey, Lampazos de Naranjo, Guadalupe y Apodaca.

Esto excluye a 43 municipios del estado entre los que se encuentran: Juarez, Escobedo, Santiago, Cadereyta y Salinas Victoria, los cuales forman parte de la Área Metropolitana de Monterrey (AMM)

Según el Atlas nacional, el municipio de Monterrey no ha actualizado el documento en línea desde 2015, mientras que Guadalupe y San Nicolás de los Garza son los únicos que cuentan con una versión para 2023.

El Área Metropolitana de Monterrey es la segunda zona metropolitana (ZM) más grande del país. Si los municipios que integran esta zona actualizan constantemente su atlas de riesgos, se identificarán mejor las zonas de riesgo y podrían evitarse pérdidas humanas.

“Si nosotros incorporamos a las políticas públicas de manera permanente los Atlas Municipales de Riesgos, las ciudades tendrían mejor crecimiento, menores incidentes, mayor gestión de los riesgos y por ende, menos afectaciones, menos daños, menos muertes o lesiones de las personas porque bueno podríamos conocerlo” señaló Ramírez Santana.

En el ejemplo de eventos hidrometeorológicos, como las inundaciones, es fundamental que se mantengan actualizados, debido a que la Guía de Contenido Mínimo para la Elaboración del Atlas de Nacional de Riesgo solicita que la base de información cartográfica esté actualizada al menos cada dos años.

Además, de acuerdo con el coordinador de Protección Civil, la identificación de áreas de riesgo pueden prevenir pérdidas económicas para las empresas privadas.

“El tener un atlas de riesgos, combinarlo con los vistos buenos de protección civil, nos da como resultado bajar los incidentes de emergencias, con ello las pérdidas y los daños. A nivel económico esto también beneficia mucho al sector privado, porque al no tener un incidente, no para operación y entonces la planta productiva no deja de funcionar y esto pues se ve traducido en pérdidas económicas o daños a la infraestructura básica”.

El especialista menciona que si los atlas de riesgos municipales estuvieran actualizados y fueran accesibles para la ciudadanía, como el caso de un mapa interactivo, se podría visualizar específicamente su entorno social para prevenir incidentes.

Falta normativa para coordinación

La Ley de Desarrollo Urbano del Estado de Nuevo León, específica en su capítulo quinto que el estado y las autoridades municipales deben de coordinarse para formular los atlas de riesgo, pero nunca establece un periodo de actualización para que las entidades cumplan.

Esto, dificulta la normativa del artículo 167 de la misma ley que determina que los atlas de riesgo “serán de orden público e interés social, atendiendo a la finalidad de garantizar la seguridad física y jurídica de las personas y sus bienes que se encuentren en dichas zonas o colindando con las mismas” pues al no actualizarse son imprecisas.

La implementación de los Atlas de Riesgos Municipales permiten que el conocimiento de áreas vulnerables reduzca los incidentes ante desastres naturales, pero para ello, se requiere que las instancias municipales, estatales y nacionales coordinen sus datos para automatizar su difusión.

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