Gritos llenos de emoción con exclamaciones de éxito, aplausos y una alegría desbordada de los simpatizantes del gobierno de la 4T, dominaron el ambiente en los alrededores del recinto en el cual Claudia Sheinbaum hacía historia al recibir la constancia que la convirtió oficialmente en la primera presidenta de México.
La mañana de este 15 de agosto se convirtió en un día importante para millones de mexicanos, por lo que algunos de los que están a favor del gobierno de Morena se hicieron presentes en la entrada principal de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), ubicada en la delegación Coyoacán, para que nada empañara el día de la futura mandataria del país, pues antes del mediodía ella llegaría al lugar para recibir su constancia oficial para darle continuidad a la llamada cuarta transformación.
Morenistas impiden que oposición “nuble” la entrega de constancia
Antes de las 11 horas también arribó al tribunal cerca de una docena de personas, parte de la oposición, quienes comenzaron a manifestarse en contra de Sheinbaum, mediante consignas como: “¡Es un honor estar contra Obrador!” o “¡se ve, se siente, narco presidente!”.
La reacción no se hizo esperar, los morenistas respondieron con gritos de: “¡Presidenta!”. Incluso subieron los ánimos y las expresiones también, con un tono más agresivo y con palabras altisonantes por ambos bandos, que solo estaban divididos por una avenida.
Después de unos minutos de discusiones que se gritaban entre ambos grupos, los simpatizantes de Morena cruzaron la avenida, para enfrentar a sus rivales; sin embargo, los opositores al gobierno de la 4T optaron por retirarse para evitar un enfrentamiento físico, pues además eran superados en número por los morenistas.
Tras el conato de enfrentamiento no hubo más que gritos y euforia, pero sólo para preparar la llegada de la futura presidenta de México, a quien sus seguidores esperaban entusiasmados y sin moverse de la puerta principal del TEPJF, pese a que había rumores que llegaría por otro lado, pues los funcionarios y políticos que estarían presentes en el evento ya habían arribado al lugar, pero por una puerta trasera donde no fueron percibidos.
La incertidumbre se disipó, cuando personal del TEPJF parecía alistar una llegada importante, reforzando las vallas de metal frente a la entrada principal, pues efectivamente, 10 minutos antes del mediodía un auto gris apareció, del cual bajó Sheinbaum vestida de un elegante traje blanco que hacía resaltar los detalles bordados en tono guinda, con una enorme sonrisa y extendiendo un saludo de lejos para las decenas de personas quienes al verla estallaron en gritos de consignas, de apoyo y de diversas manifestaciones que invocaban el éxito para la aún entonces mandaría virtual.
Claudia Sheinbaum tomó de la mano a su esposo, quien también bajó del mismo vehículo, y juntos entraron al TEPJF.
Afuera los ánimos no habían disminuido, al contrario, estaban más vivos que minutos antes, incluso algunos seguían la transmisión en vivo de la entrega de constancia para la ya oficial presidenta electa de México por medio de los celulares.
“Hay que estar al pendiente para cuando salga”, se escuchaba que decían algunas voces, mientras que más personas buscaban estar cerca de las vallas metálicas, empujando a los ocupantes para poder tener la oportunidad de ver a Sheinbaum en persona al salir.
La espera duró aproximadamente una hora, cuando volvió a salir Sheinbaum junto con su esposo, pero con una sonrisa más amplia y el ánimo más animado, por lo que decidió acercarse a las vallas metálicas que hicieron desbordar el entusiasmo y la emoción de sus simpatizantes quienes buscaron buscan, fotos, autógrafos, estrechar su mano o solo tocarla, con la misma efusión que generan las rockstar en sus fans.
Sheinbaum caminó por toda la vaya por varios minutos mientras su auto le seguía el paso lento, ella se dio el tiempo para estrechar manos, firmar gorras o fotos, escuchar a quienes querían pedirle ayuda por alguna situación familiar o quienes simplemente querían expresarle su admiración.
Después, abordó su vehículo y aun así, medios y simpatizantes se aglomeraron alrededor del coche, sin importar los apretones, empujones y jaloneos, todo para tener el mejor acercamiento posible con la próxima mandataria.
Al final, el vehículo se retiró lentamente para que Sheinbaum pudiera despedirse de todos sus simpatizantes, quienes caminaron, hasta que pudieron, sin importar los riegos, junto al coche que transportó a la próxima mandataria de los mexicanos.
