Si tienen tele… vendan publicidad
La nueva reforma de telecomunicaciones abre la puerta para que los medios de radiodifusión pública y comunitaria puedan obtener ingresos por publicidad, algo a lo que siempre se han opuesto las empresas privadas de radio y televisión.
No es para menos. Solo Televisa y TV Azteca concentran casi el cien por cien de la publicidad en la televisión abierta, un mercado con un valor superior a los 35 mil millones de pesos al año.
La legislación actual prohíbe que los permisionarios -que reciben todos sus recursos del Estado- obtengan dinero a partir de publicidad.
Georgina HowardLa nueva reforma de telecomunicaciones abre la puerta para que los medios de radiodifusión pública y comunitaria puedan obtener ingresos por publicidad, algo a lo que siempre se han opuesto las empresas privadas de radio y televisión.
No es para menos. Solo Televisa y TV Azteca concentran casi el cien por cien de la publicidad en la televisión abierta, un mercado con un valor superior a los 35 mil millones de pesos al año.
La legislación actual prohíbe que los permisionarios -que reciben todos sus recursos del Estado- obtengan dinero a partir de publicidad.
Pero la iniciativa plantea una homologación para que se creen concesiones privadas, sociales y públicas y que, a través de figuras como el “patrocinio”, los medios públicos y comunitarios cuenten con más recursos.
“Por ser concesión, tendrán espacios de publicidad y será la ley reglamentaria la que ponga los candados, porcentajes y los mecanismos para la reinversión”, explica Aleida Calleja, presidenta de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi).
Aunque los medios públicos ya cuentan con ingresos que controlan el Ejecutivo y los gobiernos estatales, a los canales comunitarios se les permitirá ahora obtener recursos para su financiación, aunque se les impondrán restricciones para evitar que se conviertan en medios privados, explica.
En México existen sólo 16 concesiones para este tipo de medios comunitarios. Lo ideal, a juicio de la especialista, es que se abra también a radiodifusoras indígenas, pero se requiere antes de un reglamento.
Consejo Ciudadano
La reforma plantea la creación de un Consejo Ciudadano, cuyo titular será nombrado por el Ejecutivo federal, que se encargará de vigilar la “independencia y la política editorial imparcial y objetiva” de los medios públicos.
Este órgano controlará de manera directa la creación del nuevo canal público nacional que se derivará del actual Organismo Promotor de Medios Audiovisuales (OPMA).
Aunque no se especifica qué impacto tendrá sobre los demás medios federales y estatales, incluso sobre los universitarios, advierte Gabriel Sosa Plata, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana.
“Es un avance de los medios adscritos a la federación, pero queda la duda. ¿También abarcará a la radio, como el IMER?
“¿Y para el caso de la televisión se abocará a la administración de las frecuencias de los canales que sólo dependen de OPMA o también se fortalecerá con el Canal Once?” cuestiona Sosa Plata.
Reconoce, sin embargo, que se avanza en la generación de mejores contenidos en la televisión pública aunque, dice, aún se está muy lejos de experiencias como la de la BBC en Reino Unido.
Los que se oponen
Desde siempre, la Cámara de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) ha criticado la proliferación de los espacios comunitarios ya que considera que, al ser medios públicos, no deben depender de la publicidad.
De ahí que la iniciativa abra la posibilidad de los patrocinios, ante la oposición constante de la industria de la radiodifusión privada.
Pero ahora con la reforma, la CIRT considera que se debe abrir la opción de licitar cadenas regionales para que participen las pequeñas radiodifusoras.
En su Junta de Consejo, decidió pedir la reciprocidad en la apertura a la inversión extranjera en radiodifusión.
Es decir, que el país de origen de toda empresa extranjera que invierta en México, tanto en televisión como en radio, permita que las empresas mexicanas puedan hacer lo propio.