Claudia Sheinbaum se plantó en el Zócalo de la Ciudad de México por primerq vez como Presidenta constitucional. Frente a ella, la multitud materializaba tanto el pesado legado de Andrés Manuel López Obrador como el poder con el que llega la primera mujer en ejercer el Ejecutivo federal.
Los Quiroga, de Villahermosa, espera en la plancha del Zócalo saboreando su tristeza por el adiós a López Obrador y la alegría por la llegasa se Sheinbaum. “Es más melancolía”, concuerda la familia. Gloria García, de la Ciudad de México, comparte el sentimiento de los tabasqueños mientras abraza su “amlito” de peluche.
El ya expresidente se marchó al retiro, pero sigue apareciendo en muñecos, pancartas, gorras y demás memorabilia. Un par de adolesentes en la esquina de Madero, contentos porque en una hora habían vendido más de 30 fotografías, comentan que “es más AMLO, Claudia casi no“.
La ausencia sólo se hace más notoria cuando la primera mandataria, con banda presidencial y bastón de mando, tiene a bien iniciar su discurso recordándolo. Encabeza el rugir de “es un honor estar con Obrador” y lo sigue llamando Presidente “porque es el mejor Presidente en la historia de México”.
Resulta difícil seguir el primer discurso masivo de Sheinbaum. Mientras en la pantalla colocada sobre Madero ella enlista su primer centenar de compromisos, la gente termina de despedirse de López Obrador con un toro de fuegos artificiales con las leyendas “hasta siempre, Andrés Manuel” y “Peje el toro es inocente”.
Reviven las fuerzas vivas
La convocatoria es innegable, pero el panorama cambió. Arropando a Sheinbaum están las fuerzas vivas del SNTE y la CATEM, cuyos líderes hoy son legisladores de Morena. Mientras hombres con cangureras al pecho instruyen a unas 50 personas cuándo alzar, y hacia dónde, cartulinas ofreciendo el apoyo de comerciantes capitalinos.
Cuales carros alegóricos en carnaval, contingentes desfilan sobre 5 de Mayo bajo banderas con la leyenda “Amor por la Ciudad”. Cada bloque representa a una alcaldía capitalina gobernada por Morena y, más importante aún, a su respectivo alcalde. Tras ellos llegan bloques de Michoacán, Veracruz y Tlajomulco, Jalisco.
Frente a 20 de Noviembre, la otra gran entrada al Zócalo, un grupo resalta por su uniforme fluorescente. “Somos de Morena, pero nos patrocina el Verde. Es que en nuestro municipio le tocó poner candidato”, dice una chica de Acambay, Estado de México, antes de que el colectivo la cambie de lugar.
Hay decenas de banderas de “SUMA Fuerza Tequio” pero al preguntar a uno de sus portadores qué es SUMA, responde “no sé, yo estoy con Fuerza Tequio”. Bueno, ¿qué es Fuerza Tequio? “Parte de SUMA”. La dinámica se repite varias veces hasta que un organizador aclara que son un colectivo de organizaciones populares. Como la CNOP.
Rosalba López, quien hace 10 años ayudó a fundar Morena en Morelos, recalca el valor histórico de la Presidencia que concluyó y la que inicia, pero lamenta lamenta la situación del partido en su estado y que se replique a nivel nacional. “Tenemos problemas. Se nos han ido metiendo, lo peor de lo peor”.