Luego de 16 horas consecutivas de trabajo, tres traiciones, un ausente y un “portazo”, finalmente se impuso la mayoría para aprobar en lo general y en lo particular esta madrugada en el Senado de la República, la reforma constitucional al Poder Judicial de la Federación.
Fueron 127, de los 128 senadores, lo que votaron en esta sesión maratónica, de los cuales, 86 fueron de Morena y sus aliados legislativos de los partidos del Trabajo y Verde Ecologista y 41 en contra del PAN, PRI y MC.
A las 4 de la mañana de este miércoles y tras rechazar todas las reservas, la mayoría legislativa celebró la aprobación entre vivas y aplausos; en contaste, la oposición se escurrió del recinto al perder no solo un escaño, sino la batalla para evitar una reforma que, según ello, representa un retroceso para la justicia del país.
Caos en la sesión matutina previa
En la sesión matutina, el coordinador de la bancada de MC, Clemente Castañeda denunció la detención del padre de uno de sus senadores. Daniel Barreda, senador por Campeche, se encontraba “detenido” junto con su padre y por orden de la gobernadora de Campeche; sin embargo, los morenistas Gerardo Fernández y Adán Augusto López, explicaron que, después de hablar telefónicamente con el legislador, éste se encontraba libre al igual que su progenitor en la Ciudad de México.
Ante la confusión, finalmente el legislador emecista no se presentó a la sesión y votación de la reforma. Por ésta situación se corrió el rumor de que el senador se pasaría a las filas del Partido Verde, versión que Castañeda desmintió.
No obstante, representó que el oficialismo afianzara la mayoría calificada para poder modificar la Constitución.
Más tarde se aclaró que el senador de MC acompañó, en Campeche, a su padre quien fue privado de la libertad por asuntos personales. Horas después, Daniel Barreda aclaró que no pudo asistir a la sesión porque acompañó a su padre, confirmando que no estaba en la Ciudad de México.
Esta inasistencia, más los perredistas Araceli Saucedo Reyes y José Sabino Herrera Dagdug que se sumaron a la 4T, reducían la brecha para que el oficialismo tuviera los 86 votos que se necesitan para tener la mayoría calificada.
Turba obliga a cambiar de sede para sesión
Por la noche y obligados a cambiar de sede senatorial, pues una turba de trabajadores del Poder Judicial y estudiantes de la carrera de Derecho, dieron “portazo” para llegar intempestivamente al salón de Plenos y mezclarse con las y los senadores pávidos de miedo aunque, por fortuna, se registró ‘saldo blanco’.
Ya en la sede alterna de Xicoténcatl, se asestó el golpe final que coronaría la mayoría calificada para el oficialismo: El panista Miguel Ángel Yunez Márquez decidió aprobar la reforma judicial entre gritos de la bancada albiazul de “traídos”.
Oposición seguirá buscando consenso
En entrevistas por separado, los coordinadores del PRI, PAN y MC, Manuel Añorve, Guadalupe Murguía y Clemente Castañeda coincidieron en señalar que seguirán buscando el consenso con todas las fuerzas políticas por el bien del país.
La panista aclaró que una reforma constitucional no puede ser impugnada, pero sí tiene cabida el amparo “ante vicios del procedimiento”.
Advirtieron que la reforma debilitará y quitará autonomía al Poder Judicial, pues se trata de un verdadero retroceso a la democracia; en tanto, el oficialismo refirió que “se cumplió el mandato del pueblo de México para acabar con la corrupción y nepotismo en ese poder”.
Al término de la sesión, el dictamen se envió a los Congresos de los estados, donde se requerirá que sea aprobado, por lo menos, por la mitad más uno de las legislaturas locales. Oaxaca es el primero en aprobarlo por unanimidad, incluido el PRI.
Al concretarse este trámite legislativo, corresponderá al Ejecutivo federal publicarlo en el Diario Oficial de la Federación para entrar en vigor inmediatamente.