Semilleros Creativos, uno de los programas pilares de la Secretaría de Cultura, busca que las niñas, niños y jóvenes se alejen de escenarios violentos.
Como en cada sexenio, el Gobierno federal pone sobre la mensa distintos proyectos a través de los cuales busca mejorar el bienestar de los mexicanos. Para la actual administración, uno de ellos es pacificar al país a través del arte y la cultura.
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está convencido de que la violencia no se combate con más violencia, por ello apoya las medidas implementadas por la Secretaría de Cultura (SC) federal en esta materia.
La dependencia, encabezada por la secretaria Alejandra Frausto Guerrero, ha sido una de las que más recortes presupuestales ha recibido, no obstante, su compromiso para pacificar a la nación continúa.
Según datos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2020, al Ramo 48 (Cultura) se le otorgaron para este año 13 mil 367 millones 480 mil 531 pesos, cantidad que no cambió con respecto a la que se le brindó en 2019.
Respecto a la falta de apoyo económico, el diario estadounidense The New York Times, enfatizó en su artículo AMLO contra la Cultura, que de la administración obradorista se esperaba más presupuesto para el Ramo 48 que el que los sexenios anteriores ofrecieron; sin embargo, “en la realidad, el gobierno de López Obrador se ha obstinado en ser decepcionante”, se lee en el texto.
Uno de esos proyectos es Cultura Comunitaria, el cual apuesta por promover el ejercicio efectivo del derecho a la cultura y los derechos culturales para personas y comunidades con altos índices de violencia y de pobreza.
Desde 2019, este plan cuenta con un presupuesto de 600 millones de pesos, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2019 y 2020.
Dentro de este programa, se encuentra Semilleros Creativos, un proyecto en el que a través de diferentes maestros talleristas en fotografía, arte circense, literatura y otras actividades, se pretende alejar a los niños, niñas y jóvenes de situaciones violentas.
Para Miguel Ángel Quemain, periodista, ensayista, crítico e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Semilleros Creativos es, de inicio, una buena alternativa para comenzar a erradicar la violencia en el país, tomando en cuenta que “mirarte en el espejo de lo artístico es fundamental para entender las cosas desde otro mirador”. Sin embargo, resalta, no siempre es el caso.
“Quien se va educando mejora su percepción de los demás, las dimensiones del respeto y el cuidado del vínculo mejoran. Pero nadie lo puede garantizar, por ejemplo, tengo noticia de que el senador Javier Lozano es un estupendo pianista amateur, pero se puede ver también la enorme vulgaridad de su porrismo. O Felipe Calderón, quien aunque fue presidente y es abogado, el grado de estupidez, cinismo y corrupción parecen ser inversamente proporcionales a lo que se ha invertido en su educación”, declara.
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Un proyecto para los pequeños mexicanos
Semilleros Creativos se creó a inicios de 2019 con la apertura de una convocatoria en la que se solicitaban los servicios de jóvenes y adultos expertos en alguna disciplina artística. Su objetivo era llegar a las comunidades del país más necesitadas en materia cultural.
De acuerdo con Esther Hernández, directora general de Vinculación Cultural de la Secretaría de Cultural federal, cuando el equipo seleccionado de Semilleros Creativos arribó a los 358 municipios con los más altos índices de violencia y pobreza del país, lo que recibieron a cambio fue una grata bienvenida, ya que admite, en sexenios anteriores no se había realizado algo parecido.
“La Secretaría de Cultura no tenía un trabajo a nivel territorial ni municipal, la mayoría de las acciones se centraban en la Ciudad de México o en las capitales de los estados. Entonces con lo primero que nos encontramos fue con una grata bienvenida, porque son proyectos que nunca habían estado en sus municipios o muy pocas veces”, relata Hernández.
De acuerdo con la funcionaria, las comunidades recibieron de buena manera a los talleristas de Semilleros Creativos porque se dieron cuenta que las actividades artísticas que promocionaban se realzarían de manera permanente y no como un evento, algo con lo que estaban familiarizados.
Las actividades artísticas y culturales de este programa se llevan a cabo de lunes a viernes y son de tres a cuatro horas las que los talleristas conviven con un aproximado de 500 niñas, niños y jóvenes. Las clases las llegan a integrar de entre 20 a 180 menores de edad.
Para el académico de la UNAM, Miguel Ángel Quemain, las ventajas de este proyecto federal es que crea y amplía el público de las artes, se genera un ejercicio presupuestal que garantiza su continuidad y tiene la posibilidad de construir un marco referencial local donde la cultura se construye desde la comunidad y no es una imposición.
Por su parte, Esther Hernández menciona que Semilleros Creativos es un lugar en el que se salvaguarda la seguridad de sus miembros, primordialmente en zonas de alta peligrosidad, pues sus talleristas están adiestrados ante un incidente de mayor amenaza.
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Una visión desde los talleristas
Eva Gálvez, Irlanda Olivos y Alma Calvario son tres de los poco más de 300 docentes talleristas que imparten clases alrededor del país desde 2019 gracias a Semilleros Creativos.
En entrevista con Reporte Índigo, las especialistas en fotografía, literatura y artes visuales, aseguran que la labor que se ha llevado a cabo en este programa les ha servido mucho a las niñas, niños y jóvenes a tan sólo un año de que inició el proyecto.
Irlanda Olivos, quien imparte artes visuales en Tlalnepantla, Morelos, asegura que una de las señales para saber que Semilleros Creativos está funcionando para que los jóvenes se alejen de la violencia es la confianza que éstos les tienen a sus docentes.
“No olvidaré aquella vez en la que una joven me dijo que no quería cumplir 15 años porque en Tlalnepantla a esa edad las muchachas ya están embarazadas o casadas, y ella no quería ninguna de las dos opciones. Desde ese momento las apoyé más, para que se dieran cuenta que la vida tiene muchas otras vertientes a parte de las generalmente establecidas”, dice Olivos.
Además, comenta que las niñas, niños y jóvenes han admitido que prefieren estar más tiempo en sus clases que estar en las calles o en su casa, ya que muchas veces sus familiares no están con ellos en esos lugares.
Eva Gálvez, quien imparte literatura en el municipio de Simón Zahuatlán, Oaxaca, menciona que aunque la labor de ser docente lleva consigo algunas dificultades, como llegar a las escuelas por lo alejadas que se encuentran o por la comunicación con los padres de los alumnos, siempre se lleva una gran satisfacción.
Según platica, a los niusabis de la mixteca baja de San Simón Zahuatlán les es difícil comunicarse con otros porque su cultura así se los ha demandado por años; sin embargo, dice que cuando se encuentran en alguna otra zona, compartiendo actividades con otros niños, la emoción se les desborda, tanto que sus padres acceden a seguir llevando a sus hijos a los talleres.
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Retos a enfrentar para los Semilleros Creativos
Semilleros Creativos tiene menos de un año desde que se creó y hasta el momento sólo ha presentado sus resultados en una ocasión, cuando se llevó a cabo el evento Tengo un Sueño, en noviembre de 2019 en el Auditorio Nacional.
Aunque el evento se ganó el aplauso de los asistentes, entre ellos la secretaria de Cultura federal y el empresario Carlos Slim —uno de los inversionistas del proyecto—, las críticas no se hicieron esperar, pues se aseguraba que el dinero invertido fue una pérdida muy grande.
Al respecto, tanto Eva Gálvez como Irlanda Olivos y Alma Calvario, docentes talleristas, reafirman que este espectáculo sólo reflejó la felicidad de un grupo amplio de niños que hicieron lo que más les gusta hacer.
Además, añaden que el resultado final de meses de trabajo sí se vio reflejado arriba del escenario, gracias al apoyo de los participantes, como Regina Orozco, actriz y cantante, y Horacio Franco, flautista profesional.
“Que un niño haga esa presentación no se hace de un día para otro. Sí tenemos retos diarios, pero la crítica viene del desconocimiento. Ver los números no es lo único importante”, declara Irlanda.
De acuerdo con Miguel Ángel Quemain, investigador de la UNAM, una de las principales dificulades a las que se enfrenta Semilleros Creativos es que las actividades culturales no alcanzan para todas las niñas, niños y jóvenes interesados, además de que no hay claridad suficiente en los actores principales que hacen viable esas formas de transmisión de la cultura.
“El reto más grande será pasar de la apreciación y la comprensión de las actividades culturales a través de la educación artística a ser consumidores de crítica, a exigirla, a que muchos consumidores educados piensen que pueden acceder al estudio, a la profesionalización de sus intereses culturales y alcanzar el estatuto de creador, como crítico o como productor de bienes culturales”, añade.
Otro de los retos de este programa, dice Quemain, es que se necesitan enriquecer sus actividades. Al respecto, Esther Hernández, directora general de Vinculación Cultural, comparte que es importante poder mantener el ritmo de las clases para que de ese modo el proyecto no deje de crecer.
“Es importante que este programa se mantenga de forma permanente, gracias a la diversidad de actividades que se ofrezcan y en eso necesitamos mucho del apoyo de los docentes talleristas, que sean personas bien preparadas y dedicadas”, dice.
Para Irlanda Olivos, docente tallerista en Tlalpan, Morelos, una de las dificultades más grandes a las que se ha enfrentado es la actitud de los padres de familia, pues algunos aún no confían en lo que hacen con sus hijos.
En ese sentido, Irlanda sugiere que a los familiares se les deberían brindar clases personalizadas para una mejor comprensión, tanto de los Semilleros como de la situación de violencia que se vive en el país.