Plagios grupales en Nuevo León amenazan a municipios rurales

Un nuevo fenómeno delictivo azota a los municipios periféricos de la Zona Metropolitana de Monterrey y pone en jaque a las autoridades estatales, quienes no han sido capaces de aminorar la percepción de miedo e inseguridad que impera en las comunidades rurales de Nuevo León.

Se trata de los plagios masivos o grupales, un método de intimidación criminal que no distingue entre edades o géneros, y que durante los últimos meses ha representado una auténtica pesadilla para habitantes de municipios de la zona norte de la entidad.

Aunque la problemática cobró relevancia pública con el “levantón” de más de una veintena de personas durante la madrugada del 28 de marzo en los municipios de Ciénega de Flores y Salinas Victoria, los primeros casos de secuestro masivo se registran desde diciembre de 2023.

Desde entonces, han sido hasta 46 los plagios de este tipo que se han reportado en la entidad, en los que se han visto afectados desde niños de tres años de edad hasta personas de la tercera edad.

Plagiarios se ‘presentan’

El pasado 28 de marzo, Nuevo León se despertó con la noticia de que al menos cuatro familias del municipio de Salinas Victoria habían sido plagiadas por un convoy de civiles armados a bordo de siete camionetas en la comunidad de Los Villarreales, ubicada a 10 kilómetros de la cabecera municipal.

De acuerdo con testigos, los delincuentes arribaron a un domicilio del lugar para preguntar por un hombre en específico; al no recibir información satisfactoria, decidieron presentarse en las casas de algunos de sus familiares, quienes residían a menos de un kilómetro de distancia, y secuestrar a hasta 14 de ellos.

Conforme el caso comenzaba a hacerse del dominio público, situaciones de riesgo similares fueron saliendo a la luz; en el vecino municipio de Ciénega de Flores, parte del llamado Valle de las Salinas, una familia de 10 miembros fue plagiada de la misma forma casi tres semanas atrás.

Las alarmas ya eran imposibles de ignorar para la población.

El escenario ocasionó que hasta 100 efectivos de las Unidades Especiales de la Secretaría de la Defensa Nacional, auxiliados por dos helicópteros, arribaran para llevar a cabo labores de búsqueda y rescate de las personas privadas de su libertad, repartidas en municipios de Nuevo León y Tamaulipas.

De la misma forma, 390 soldados arribaron a la zona para establecer base en Ciénega de Flores y Salinas Victoria con la encomienda de reforzar los esfuerzos de búsqueda, además de intentar disuadir la incidencia delictiva relacionada con el crimen organizado.

Luego de cinco días, y a través de la Fiscalía Especializada en Antisecuestros, se dio a conocer que 14 de los plagiados ya estaban en libertad y gozaban de buen estado de salud.

Los afectados, nueve hombres y cinco mujeres, llegaron por su propio pie a sus domicilios; seis de ellos eran menores de edad.

Sin embargo, pronto comenzaron a registrarse discrepancias entre autoridades estatales y federales en torno a la cantidad de víctimas rescatadas.

Aunque el Gobierno estatal listaba a 14 víctimas, la Sedena elevó el número hasta 32 plagiados, de los cuales, aseguró, ya se había liberado a 24.

Problemática comenzó en diciembre

El primer caso de plagios grupales se registró el 29 de diciembre del año pasado con la desaparición simultánea de nueve jóvenes en los municipios de Salinas Victoria, Escobedo, Zuazua y Ciénega de Flores.

Al conocerse que todos habían sido plagiados el mismo día, las familias afectadas decidieron unirse para reclamar apoyo por parte de las autoridades estatales, mismas que sólo se comprometieron a organizar una junta mensual para revisar avances en la investigación.

Hasta hoy, sólo tres de ellos han aparecido con vida.

Una de las probables líneas de investigación gira en torno a un “reclutamiento forzado” por parte de un grupo delictivo con operaciones en la entidad, posibilidad que aún no ha sido descartada.

Tendencia en ascenso

La tarde del 25 de enero, en el municipio de Ciénega de Flores, se reportó un nuevo plagio grupal, en donde al menos nueve hombres uniformados y armados con armas largas secuestraron a cinco jóvenes, tres de ellos hermanos.

Se estableció que una de las dos víctimas restantes respondía al nombre de Yajaira Martínez, pareja de uno de los hermanos, con quienes se encontraba al exterior de su domicilio al momento del plagio.

Cuadras más adelante, los delincuentes se llevaron también a Martín Cazares, de 25 años, quien aparentemente no guardaba relación con ellos.

Los cinco siguen siendo buscados por su familias hasta el día de hoy.

Doble silencio

Muchas de las víctimas secuestradas prefieren mantener su testimonio en silencio por temor a represalias por parte de los plagiarios, lo que dificulta la labor de las autoridades para investigar y detener a los responsables, dando “carpetazo” al asunto sin contar con estadísticas precisas al respecto de estos hechos.

Mientras tanto, los colectivos de búsqueda de personas han alertado que los plagios grupales siguen una tendencia al alza.

Samuel García, gobernador de Nuevo León, optó por guardar silencio durante más de cinco días en torno a los recientes plagios en Salinas Victoria y Ciénega de Flores, periodo durante el que se le pudo observar en el festival musical Pa’l Norte o acompañando a su esposa, Mariana Rodríguez, quien busca la alcaldía del municipio de Monterrey.

El lunes 1 de abril, el mandatario estatal rompió el silencio a través de sus redes sociales para asegurar que las personas plagiadas días atrás ya estaban a salvo, que muchos medios de comunicación exageraban los episodios de inseguridad para generar una narrativa negativa de su administración y que, debido a que la investigación seguía en curso, no pudo opinar antes en torno al caso.