El programa turístico “Pueblos Mágicos” del Gobierno federal se encuentra en la encrucijada del abandono presupuestal y el aumento en los índices de delincuencia.
De las 111 localidades clasificadas en ese rango, al menos una tercera han registrado incrementos en la violencia y han visto disminuidas sus participaciones económicas hasta en un 60 por ciento.
De los dos factores que amenazan a uno de los proyectos turísticos más importantes del país, uno es de injerencia directa del Gobierno federal, pues la aportación de fondos para el fomento al turismo en esas localidades se ha reducido en casi un 90 por ciento.
Las cifras oficiales de inversión al plan “Pueblos Mágicos” denotan claramente el desinterés oficial para el proyecto, pues en el 2015 la federación hizo una aportación de poco más de 500 millones de pesos, cantidad que se vio reducida en el 2016 al programarse un gasto de 411 millones 190 mil 885 pesos, misma que fue muy superior a la proyectada para el 2017, que se ubicó en 56 millones 38 mil 510 pesos.
El otro factor que afecta al proyecto es el incremento en los niveles de delincuencia que se atribuye a la creciente expansión de algunos cárteles de las drogas, que ven a los “Pueblos Mágicos” como “sitios de oportunidad” para el tráfico de estupefacientes al menudeo, ante la posible demanda que representa el flujo de turistas en esos destinos.
El programa turístico “Pueblos Mágicos” nació en el 2001, y a la fecha registra 111 localidades dentro de esa clasificación, de las que –de acuerdo con el reporte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) 2016- sólo 78, en 24 estados del país, fueron susceptibles de inversiones para el mejoramiento de la infraestructura urbana, en el último año.
No sólo ha sido la falta de inversión al mejoramiento de la infraestructura de los “Pueblos Mágicos” lo que mantiene en condiciones de riesgo este plan turístico.
“(También ha influido que) los destinos existentes se han desarrollado sin criterios de sustentabilidad, que garanticen el incremento de la oferta”, según lo reconoce el informe más reciente de la ASF.
El vilo en el que se encuentra “Pueblos Mágicos” también está supeditado a que la mayoría de los 111 municipios se ubican en los estados más violentos, reconocidos así por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
De acuerdo al reporte de esa dependencia, con fecha de corte al 30 de junio de este año, las entidades más violentas del país son Coahuila, Guanajuato, Michoacán, Sinaloa, Jalisco, Estado de México y Veracruz, en donde se concentran 41 de los 111 “Pueblos Mágicos”, con los que el Gobierno federal intenta impulsar el turismo.
Así, aun a pesar de los índices de violencia que registran esas entidades, la Secretaría de Turismo (SECTUR) autorizó la designación de nuevos “Pueblos Mágicos”, dos en Coahuila, dos en Jalisco, cuatro en el Estado de México, uno en Sinaloa y tres más en Veracruz.
Delincuencia al alza
Entre los municipios que la SECTUR impulsa como centros turísticos dentro de su programa estrella, se encuentran Loreto y Todos Santos, de Baja California Sur; Batopilas, Creel, y Casas Grandes, en Chihuahua; Arteaga, Candela y Guerrero, en Coahuila; Comala, en Colima; Mapimí, en Durango; Salvatierra y Yuriria, en Guanajuato; Taxco, en Guerrero, y Mazamitla, Lagos de Moreno y Tequila, en Jalisco, los que registran elevados índices de delincuencia, según la estadística nacional.
En la lista de “Pueblos Mágicos” con cifras notables de delincuencia también se encuentran Metepec, Tepotzotlán e Ixtapan de la Sal, en el Estado de México; Jiquilpan, Tacámbaro y Pátzcuaro, en Michoacán; Tepoztlán, en Morelos; Jala en Nayarit; Santiago, en Nuevo León, Huahutla de Jiménez, en Oaxaca; Xicotepec, Zacatlán y Cuetzalan, en Puebla; Cadereyta, en Querétaro; Bacalar, en Quintana Roo; Real de Catorce, en San Luis Potosí; Magdalena de Kino, en Sonora, y Jerez y Sombrerete, en Zacatecas.
Pero entre los sitios promocionados turísticamente que más se estrellan con la realidad de la violencia destacan los “Pueblos Mágicos” de Cosalá, El Rosario y El Fuerte, en Sinaloa, en donde la guerra de cárteles por el control del trasiego de drogas se ha intensificado en los últimos meses, al grado de que se han incrementado en unas de un 60 por ciento los delitos del fuero común en lo que va de este año, en comparación con el mismo periodo del 2016.
También en el municipio de Mier, en el estado de Tamaulipas, la violencia amenaza con desmotivar al turismo, pues a pesar de ser un “Pueblo Mágico”, los delitos como robo a mano armada, robo de vehículos, extorsión y robo a casa habitación, han crecido en forma notable en lo que va de este año.
Lo mismo sucede en Coatepec, Papantla y Xico, en Veracruz, donde a la delincuencia no le ha importado que se trate de destinos turísticos para hacer notar su presencia, que se ha evidenciado por el incremento en el número de homicidios dolosos, robos a mano armada, robos sin violencia, robos a casa habitación y extorsiones.
Puebla, un caso particular
El mejor ejemplo de la violencia que se radica en los “Pueblos Mágicos” se observa en el estado de Puebla, en donde ninguno de los nueve municipios catalogados como destinos turísticos se salva de la ola de violencia casi generalizada, que se manifiesta en homicidios dolosos, extorsiones y violaciones, cuyo acumulado representa casi el 5 por ciento del total registrado en los 217 municipios de la entidad.
De acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado de Puebla, entre el 2015 y el 2016, la incidencia de delitos del fuero común en esta entidad aumentó en forma considerable en Chignahuapan, Cuetzalan, Xicotepec, Zacatlán, Huauchinango, San Andrés y San Pedro Cholula, en donde el operativo de seguridad, coordinado entre fuerzas federales y del estado, no ha sido suficiente para disuadir a los delincuentes.
Aunque en menor medida, pero también con índices de delincuencia común al alza, los municipios de Pahuatlán, Tlatlauquitepec y Atlixco, considerados como “Pueblos Mágicos”, han experimentado un incremento en los últimos meses, en cuanto a los delitos de robo, asalto a transeúntes, robo de vehículos, extorsión y robo a viviendas sin violencia.
De acuerdo con el registro oficial del SESNSP, el “Pueblo Mágico” de Chignahuapan es el que más homicidios registra a la fecha, pasando de 10 asesinatos en el 2015 a 19 en lo que va de este año, lo que representa un incremento de casi el 50 por ciento, la mayoría de ellos atribuidos a la confrontación por el control del tráfico de drogas al menudeo, entre células del Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Los Zetas.
Otra cifra que también revela el riesgo de inseguridad que prevalece en los “Pueblos Mágicos” en Puebla es la que señala que de los 20 municipios con mayor índice de delincuencia en la entidad, seis de ellos, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Atlixco, Huauchinango, Zacatlán y Xicotepec, se encuentran clasificados como sitios turísticos de importancia nacional.
Santuarios de la delincuencia
De acuerdo a fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR), actualmente los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa se encuentran en reacomodo, y parte de eso es la búsqueda del control plazas para el narcomenudeo, en donde resultan de su interés muchos de los “Pueblos Mágicos”, en donde la presencia de las fuerzas federales es limitada.
De esa forma se estima que en Michoacán, células del Cártel Jalisco Nueva Generación se han asentado en los municipios turísticos de Cuitzeo, Jiquilpan, Angangueo, Pátzcuaro, Santa Clara y Tacámbaro, en donde la disputa por el control del narcomenudeo con algunos segmentos de los grupos de autodefensas y bandas delincuenciales locales ha empujado la violencia al alza.
Lo mismo se presume que sucede en los municipios de Mazamitla, San Sebastián del Oeste, Tapalpa, Tequila y Lagos de Moreno, en Jalisco, donde el Cártel Jalisco Nueva Generación pelea el control de las drogas, la extorsión y el secuestro a integrantes del Cártel de Sinaloa, de la fracción que dirige Ismael “El Mayo” Zambada.
En Zacatecas, de acuerdo a fuentes de la PGR, en los municipios de Jerez de García, Nochistlán, Pino, Sombrerete y Teúl de González Ortega, todos considerados como “Pueblos Mágicos”, la violencia que se vive es producto de la confrontación que mantiene el Cártel de los Zetas contra células integrantes del Cártel del Golfo y del Cártel Jalisco Nueva Generación, por la pelea del cobro de piso, extorsiones, narcomenudeo y secuestros.
Lo mismo sucede en el estado de Guanajuato, en donde los “Pueblos Mágicos” de Dolores Hidalgo, Jalpa, Mineral de Pozos, Salvatierra y Yuriria, son centro de disputa de Los Caballeros Templarios, en alianza con células de La Familia Michoacana, que pelean el control del narcomenudeo a secciones del Cártel de Los Zetas y del Golfo, así como contra algunas agrupaciones criminales locales que se han definido como autodefensas.
Menos dinero para turismo
La falta de inversión en el sector turístico y el consecuente abandono del programa “Pueblos Mágicos” no es inherente a la titularidad de la Secretaría de Turismo, se debe al recorte presupuestal que en los últimos años ha determinado el ejecutivo federal en esa material, donde en solo tres años se ha reducido el presupuesto en casi un 50 por ciento.
En el 2015 la Secretaría de Turismo contó con un presupuesto total de 6 mil 810 millones 700 mil pesos, monto que se redujo en el 2016, cuando se aportaron fondos a la dependencia por el orden de los 5 mil 211 millones 444 mil pesos, la misma cantidad que fue muy superior a los 3 mil 947 millones 455 mil pesos autorizados para el 2017.
Frente a esa situación financiera, la SECTUR se vio obligada a reducir sus programas de inversión para la infraestructura turística en todo el país, no sólo la considerada dentro del Programa de Desarrollo Regional Turístico Sustentable y Pueblos Mágicos, sino la de otros proyectos propuestos por los gobiernos estatales, eligiendo de manera arbitraria solo algunos municipales para fortalecer el turismo.
De acuerdo con el infirme de la ASF de la cuenta auditada del 2016, la SECTUR determinó apoyar, por medio de subsidios, sólo 172 proyectos de fortalecimiento para la promoción turística en 31 entidades federativas; se atendió únicamente obras en 213 de los 524 municipios considerados como población objetivo, y de los 2 mil 44 considerados como población potencial.
De los municipios atendidos, 78 correspondieron a localidades con nombramiento de “Pueblo Mágico”, en donde los proyectos se enfocaron en la realización de obras de infraestructura y de servicios como equipamiento turístico, transferencias tecnológicas, impulso al patrimonio cultural, natural e histórico del país, donde se dio prioridad a los destinos de sol y playa, turismo cultural, de naturaleza y de negocios y cruceros.
Con observaciones de la ASF
El manejo de los recursos otorgados a la SECTUR para el fomento de los programas turísticos contemplados dentro del “Programa Sectorial de Turismo 2013-2018” ha sido cuestionado por la propia Auditoría Superior de la Federación, la que al revisar las cuentas de la dependencia, dentro de la auditoría de desempeño 16-0-21100-07-0439 439-DE, encontró inconsistencias.
Según el reporte de la ASF, al revisar el desempeño de la Secretaría de Turismo en el 2016, se generaron 10 observaciones, de las que cuatro fueron solventadas, pero otras seis generaron 11 recomendaciones, de donde se derivó la solicitud de intervención de la instancia de control competente a fin de dar curso legal a dos irregularidades detectadas.
“(Durante el 2016 la Secretaría de Turismo) careció de un modelo turístico sustentable que permitiera evaluar el efecto del programa en el incremento de la oferta considerando la preservación del patrimonio natural, cultural e histórico de los destinos y el impulso de los beneficios sociales y económicos en las comunidades beneficiadas por el programa.
“Los municipios, regiones turísticas y pueblos mágicos carecen de suficientes obras que coadyuven a mejorar la calidad y diversificar la oferta para fortalecer su actividad turística, porque el uso de los recursos naturales en los destinos turísticos no ha sido ordenado, por lo que es necesario impulsar el desarrollo del turismo sustentable que incremente el aprovechamiento del potencial turístico”, reconoce la ASF.
De igual forma, la ASF le recrimina a la SECTUR el hecho de que esa dependencia en el 2016 “recibió de las entidades federativas 553 solicitudes para apoyar proyectos” turísticos, pero rechazó 381 peticiones de obras, “sin acreditar las causas”, aun cuando -por medio de la firma de convenios de colaboración con 31 entidades federativas- eran susceptibles de apoyar 172 proyectos, por el orden de los mil 6 millones 531 mil 100 pesos.