La Secretaría de Gobernación es la gran relegada de la 4T. Su transformación de un sexenio a otro ha sido total. Mientras en el sexenio pasado, fue la dependencia con más poder dentro de todo el gobierno de Enrique Peña Nieto, durante la Administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) su acción está desdibujada.
Los conflictos, negociaciones y otros asuntos que tradicionalmente eran tratados en la Secretaría de Gobernación (Segob) son vistos ahora directamente por el presidente López Obrador, en Palacio Nacional.
Antaño, era común ver en el Palacio de Cobián –sede de la Segob– a gobernadores, empresarios, presidentes de partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y todo tipo de personajes públicos que buscaban acercamientos o alcanzar acuerdos con el Gobierno federal.
No solo eso. En el sexenio pasado, la Segob tuvo a su cargo los asuntos de seguridad pública, lo que la convirtió en una súper secretaría.
El rostro tradicional de la Segob también se ha transformado en otros temas, como la migración o la relación del Estado con las iglesias, asuntos que han tenido a la dependencia encargada de la política interior, en el ojo del huracán.
Al frente de la Segob se encuentra Olga Sánchez Cordero, ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien ha recibido críticas por su actuación u omisión en asuntos que deberían recaer en sus manos.
Cambio de rostro en Gobernación
Las críticas a la Secretaría de Gobernación han llegado incluso desde los propios integrantes de Morena, el partido fundado por el mismo López Obrador.
Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y uno de los políticos con más experiencia que acompaña al presidente, lamentó el papel que la Segob ha jugado en la crisis migratoria que vive el país a raíz de la llegada de miles de migrantes centroamericanos que buscan pedir asilo en Estados Unidos y que han sido obligados a permanecer en México.
Y no solo los han orillado a esperar en el país por voluntad de los Estados Unidos, sino que el gobierno mexicano inició una política para detener a las personas que transiten el territorio nacional sin documentos, criminalizando así la migración.
“Nosotros, como integrantes de esta Mesa Directiva (de la Cámara baja) estamos en contra de toda detención de inmigrantes en territorio mexicano, que se está practicando. Ahí hay además una confusión, porque esto es competencia de la Secretaría de Gobernación.
“Pero la Secretaría de Gobernación ha cambiado el rostro y del Instituto (Nacional) de Migración, donde había un extraordinario especialista, un antiguo compañero nuestro de lucha, pero al que se le ha ordenado tener procedimientos carcelarios. Denuncio claramente que el enclave de la Secretaría de Gobernación tiene procedimientos carcelarios y ha militarizado el tema de los migrantes (…) Alguna vez escribí un artículo que se llamaba ‘Olga, la libertaria’; le digo ahora que no se convierta en ‘Olga, la carcelaria’”, expresó Muñoz Ledo en una reunión con funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el lunes pasado.
“Negar el intercambio en materia de migración con la Secretaría de Gobernación, es cerrar los ojos ante una crisis real que hay. Hay un problema de migración en México, hay una relación que está pendiendo de alfileres con Estados Unidos, y no queremos intercambiarla.
“‘Haz de cuenta que no pasa nada, vamos a taparnos los ojos, vamos a voltear para otro lado, hacer como que no está sucediendo, y así le vamos a ayudar al Presidente López Obrador’. No me parece”, criticó Damián Zepeda, senador por el Patido Acción Nacional.
Gabinete en la sombra
La figura de un gobierno fuerte como el que ejerce Andrés Manuel López Obrador tiene una consecuencia directa sobre su gabinete: lo ensombrece.
Para José Fernández Santillán, especialista en política y democracia, el mayor problema del gabinete presidencial es que es un equipo de trabajo dividido en dos.
Por un lado, está conformado por gente de su confianza; y por otro, por personas con respetabilidad y reconocimiento social que buscaban generar un acercamiento con sectores de la sociedad que lo veían con desconfianza.
“En el gobierno no hay un equipo que opere con el presidente. Su gabinete es un equipo deshilachado. Si alguno hace una declaración, hasta el presidente sale a desmentirlo.
Fernández Santillán señaló que mientras López Obrador continúe con una centralización del poder, otras dependencias, incluida la Segob, serán artífices que reciban los golpes por los errores de su gobierno, de los que el mandatario busca salir argumentando no conocer los asuntos.