Las pequeñas minas de oro que encontraron algunos comerciantes en las máquinas tragamonedas están a punto de extinguirse.
El presidente Enrique Peña Nieto modificó el Reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos para impedir a permisionarios de casinos ceder los derechos a terceros, prohibir la instalación y operación de máquinas tragamonedas, y limitar la extensión de sus permisos de operación.
Y aunque la medida que entró en efecto ayer volvió ilegales las tragamonedas, da luz verde a la realización de sorteos de número o símbolos a través de máquinas que cumplan con el permiso de la Secretaría de Gobernación.
El ordenamiento también indica que la publicidad y propaganda de los juegos con apuestas y sorteos autorizados deberá aclarar que están prohibidos para menores de edad.
El tema de los casinos es un tanto delicado en México, pues estos establecimientos se han visto involucrados en escándalos como el del Casino Royale en Monterrey.
Mientras que, según información de la Dirección General de Juegos y Sorteos, se calcula que en el país operan clandestinamente entre 70 y 75 mil máquinas tragamonedas en los “minicasinos” en tiendas de abarrotes y farmacias. (Con información de AP y Notimex)
