No hace falta privatizar a Pemex para contar con una empresa competitiva de clase mundial.
Para lograr que esta empresa se convierta en la palanca de desarrollo que requiere México, hace falta instrumentar un tratamiento fiscal distinto, proporcionarle autonomía de gestión y presupuestal.
Las anteriores son tres de las ocho propuestas que este lunes el Partido de la Revolución Democrática (PRD) dio a conocer como ejes básicos de su primera aportación al debate en torno a la reforma energética que necesita la Nación.
Los otros puntos se refieren a fortalecer la Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos; replantear tarifas, precios y subsidios de los combustibles y la electricidad, para contar con un acceso equitativo de la energía. También se propone convertir al Fondo de Estabilización de Ingresos Petroleros en un organismo financiero; impulsar la investigación y el desarrollo tecnológico y, por último, consolidar una transición energética donde se cuide el medio ambiente y se consolide un desarrollo sustentable.
Con las anteriores propuestas el PRD inicia la discusión sobre un tema estratégico que formará parte de la agenda pública en meses próximos.
Las mismas fueron dadas a conocer ayer en Hotel Hilton del Centro Histórico por Cuauhtémoc Cárdenas, reconocido por los perredistas como autoridad en la materia y actualmente coordinador de Asuntos Internacionales en el gabinete de Mancera en el DF.
El cambio de régimen fiscal de Pemex es necesario “pues se requieren recursos económicos adicionales para aplicar una agresiva política de inversión pública”, dijo Cárdenas.
Ésta sería canalizada a la exploración y producción, la transformación industrial de hidrocarburos, la autosuficiencia de insumos petroquímicos y productos derivados; así como al mantenimiento, comercialización, distribución, transportación, almacenamiento y desarrollo tecnológico, e internacionalización de Pemex.
Indicó también que la autonomía presupuestal es la segunda necesidad para garantizar que Pemex sea un abastecedor de energéticos. Para lograrlo se propone sustentarla dándole autonomía plena “para aprobar y hacer uso de sus recursos presupuestales sin necesidad de contar con la anuencia de la Secretaría de Hacienda”.
En este apartado se considera definir los proyectos petroleros con base en una lógica industrial y de negocios “y no de las necesidades inmediatas de recursos fiscales”.
Para ello se propone sacar a esta empresa del presupuesto federal anualizado y ejercer sus recursos excedentes para su propia inversión productiva.
En el evento celebrado ayer en el Salón Don Diego estuvieron presentes además Jesús Zambrano y Alejandro Sánchez Camacho, presidente nacional y secretario general del PRD, el senador Miguel Barbosa, el diputado Luis Espinoza Cházaro.
Zambrano dijo que este tema tan crucial “estamos convencidos de entrar a un urgente proceso de modernización de la industria energética y de la petrolera”. Lo anterior, dijo, no implica privatizar a Pemex ni reformar el marco constitucional.
Indicando que si bien el caso Petrobras es un referente obligado para conformar una empresa competitiva y rentable, un tema indispensable es dar fin a los paraísos fiscales donde hay “400 mil millones de pesos en juego donde no pagan los que deben pagar”.
Previo al inicio del evento el diputado Espinoza Cházaro, secretario de la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados, indicó a Reporte Indigo que esta propuesta arranca con el consenso básico del sol azteca.
La intención fundamental es darla a conocer para que cuando el PRI y el PAN presenten las suyas se puedan confrontar las ideas y se logre gestar un debate amplio sobre la reforma que Pemex necesita: “sobre qué reforma energética requiere el país y es la que ayuda a la nación”.
Lo importante, afirmó el legislador perredista, es destacar que “hoy tenemos un PRD mucho más propositivo, y en materia energética tenemos una propuesta sólida, posible, realista”.
Frente a las posturas que insisten en la privatización, ayer se reiteró, en el hotel ubicado frente a la Alameda Central de la Ciudad de México, un desacuerdo claro frente a tal medida.
Las primeras propuestas para iniciar el debate están sobre la mesa.
