Además de que hace falta una estrategia de ciberseguridad, no se tienen identificados los puntos débiles en esta materia, considera Juan Manuel Aguilar Antonio, investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE).
“Un tema altamente preocupante en nuestro país es que no tenemos identificadas cuáles son las infraestructuras críticas nacionales que deberían formar parte de un nivel de defensa en la ciberseguridad, ni los riesgos que podrían acompañarlas, estamos hablando de la red de energía, de presas, de control de semáforos y tránsito.
Imagínense un solo día en el cual no funcione el sistema de tránsito de los semáforos dentro de la Ciudad de México y el caos que se puede provocar derivado de esta situación”, ejemplifica Juan Manuel Aguilar.
Además de la protección de los servicios digitales, México tiene que prever los escenarios más adversos para adelantarse ante una emergencia.
Aguilar Antonio considera que es necesario contar con una agencia nacional de ciberseguridad, ya que de no hacerlo habría un panorama complicado para el país en la materia.
“Un aspecto preocupante sería la nula consolidación de la ciberseguridad para el año 2030, que no exista una agencia reguladora integradora del esfuerzo tanto del ámbito gubernamental como del privado.
“En 10 años van a haber naciones que van a vivir y van a recibir los beneficios vinculados con estas nuevas tecnologías, pero van a haber naciones las cuales no las van a poder explotar”, sentencia.
Considera que la delimitación de una sola estrategia nacional en materia de ciberseguridad es importante para que el esfuerzo surta mejores efectos.
“Hay esfuerzos de diferentes sectores privados y actores de la sociedad civil como la Asociación Internet MX, el Consejo de la Seguridad de Información y Ciberseguridad de Nuevo León o Metabase Q que están empujando una agenda, que están haciendo temas de reacción, pero que de alguna forma no están logrando una interrelación en la cual todos deberían de colaborar de forma activa”, expresa.