Se cimbran sindicatos tradicionales por comercio exterior

Sergio Iván González Sergio Iván González Publicado el
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El tradicional manejo de los sindicatos, blanco y charro, que permea en empresas de diversas industrias del país, está bajo la lupa de organismos internacionales, los cuales presionan para establecer un cambio en su forma de operar. De no hacerlo, inversiones extranjeras y la dinámica del comercio exterior del país estarían en juego.

Las disposiciones en materia laboral del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como las reformas a la Ley Federal de Trabajo que le precedieron, establecen una serie de obligaciones para las empresas que participan y que incluye la libre y democrática asociación sindical de los trabajadores.

La libertad de asociación, de negociación colectiva y el mejoramiento de la justicia laboral en México son el centro de los acuerdos laborales del tratado entre los tres países de América del norte

Estas nuevas disposiciones obligan a los sindicatos a poner en marcha un cambio estructural en su funcionamiento, en el que el involucramiento y atención a los empleados afiliados es indispensable.

Sin embargo, hay pocos indicios de que los sindicatos se estén alineando a la nueva normatividad, lo que ha desencadenado una serie de señalamientos por parte de grupos organizados de obreros de México, sindicatos estadounidenses y autoridades laborales de la administración de Joe Biden.

La semana pasada trascendió que la central obrera más grande de Estados Unidos, AFL-CIO, solicitó al gobierno de ese país presentar la primera demanda laboral en contra de México por violaciones al capítulo 23 del T-MEC por parte de la planta de autopartes Tridonex en Matamoros, Tamaulipas, por supuestamente obstaculizar la representación sindical independiente.

El propio Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y Servicios “Movimiento 20/32”(SNITIS), que apoya la abogada y activista Susana Prieto, aportó todas las pruebas para atraer la atención de la AFLCIO en el caso de los trabajadores de Tridonex.

“Nosotros armamos el caso y cuando ellos (los dirigentes de la AFL-CIO) lo analizaron dicen ‘wow, le entramos, vamos con ustedes , los apoyamos’.

“Entonces es una demanda conjunta en contra del gobierno de México por la violación a la libertad y democratización sindical, de nadie es desconocida la lucha que hemos librado contra los sindicatos blancos y el charrismo en el norte del país con el Movimiento 20-32 en Matamoros, Tamaulipas, en contra de los sindicatos adheridos a la CTM”, explica Prieto en entrevista con Reporte Índigo.

El departamento del Trabajo de Estados Unidos que analiza el caso tiene 30 días para determinar si establece dicha demanda y el gobierno mexicano también contaría con el mismo periodo para presentar sus pruebas o solicitar un proceso de conciliación para evitar que se acuda a un “Panel Arbitral de Respuesta Rápida”, el cual  contempla los mecanismos de resolución de conflictos en el marco del T-MEC.

Vigilancia con lupa

El gobierno de Estados Unidos ha establecido toda una estructura institucional para vigilar que los acuerdos del tratado comercial entre los tres países de América del Norte se cumplan.

Uno de ellos es eliminar la “competencia desleal” que implica el bajo costo de la mano de obra mexicana y que impulsa a empresas trasnacionales a privilegiar a México sobre Estados Unidos y Canadá para establecer sus inversiones, explica Oscar de la Vega, socio fundador del despacho De la Vega & Martínez Rojas.

La libertad de asociación, de negociación colectiva y el mejoramiento de la justicia laboral en México son el centro de los acuerdos laborales del T-MEC.

Pero además hay una ley de implementación del T-MEC que votó el Congreso estadounidense que determina que estas reglas se enfoquen en la industria aeroespacial, panaderías industriales, fabricación de acero, aluminio, vidrio, cemento, plásticos y actividades de fundición, por ser sectores de alta exportación.

Otra área en donde tienen muy bien puesto el ojo las autoridades estadounidenses es el de ensamble de automóviles y fabricación de autopartes, en donde recae la queja en contra de Tridonex y otra en contra de la planta de General Motors en Silao, Guanajuato, por supuestamente negar derechos de trabajadores en la votación para ratificar el contrato colectivo que mantiene con la Confederación de Trabajadores de México (CTM).

Este es el precio que paga México para pertenecer a uno de los mercados más importantes del planeta que es el nuevo T-MEC (…) Ante esta nueva realidad la base de trabajadores, poco a poco van a ir aprendiendo que tienen en su poder la capacidad de decidir
Oscar de la VegaSocio fundador del despacho De la Vega & Martínez Rojas

Además de la labor de reinventar los sindicatos, será necesario que las empresas también asuman que van a estar siendo monitoreadas para evitar arbitrariedades laborales y asociaciones ilegales de los patrones con los líderes sindicales en perjuicio de los empleados, bajo la advertencia de sanciones arancelarias.

De hecho, Susana Prieto afirma que es un hecho que Tridonex recibirá sanciones.

“No tienen nada de rescatable el sindicalismo blanco del país, la clase trabajadora tiene que entender eso y botarlos, terminar con ellos, conformar sus propios sindicatos”, afirma.

Resisten centrales de sindicatos

Los sindicatos estadounidenses tienen la mirada puesta en las empresas mexicanas porque esperan captar las inversiones que aterrizan en el país gracias a la mano de obra y los bajos costos, explica Patricio Flores, vocero de la CTM, en entrevista con Reporte Índigo.

El sindicalista señala que comparar los salarios que reciben los trabajadores de industrias como la automotriz en Estados Unidos con los que hay en México es inverosímil porque obedece a condiciones de mercado.

Les molesta a los norteamericanos que nuestro trabajo independientemente de los salarios se haga con una calidad que compite con cualquier industria del mundo. No les gusta la competencia, ellos quisieran tener las inversiones de acá
Patricio FloresVocero de la CTM

“Si están aquí las plantas armadoras es porque tienen muy buena mano de obra y para el mercado mexicano el contrato de General Motors es bastante bueno, que aspiramos a que fuera mucho mejor, pues claro, es la aspiración de todos los trabajadores”, abunda.

A la CTM está afiliado el sindicato Miguel Trujillo López que sustenta el contrato colectivo de trabajo con la armadora estadounidense General Motors y que fue acusado de irregularidades al momento de la votación para ratificar el documento.

No obstante, Flores insiste en que se trata de un problema de sobrerrepresentación por parte de personas externas y que en todo caso este embrollo es únicamente con un integrante de la CTM y no con toda la central sindical.

“El manejo que se ha hecho de las cosas en el sentido de que la CTM ha generado problemas y que está queriendo imponer cosas no es cierto. No es solo la CTM, son muchos sindicatos, son más de cuatro millones de miembros, este es un problema del sindicato que tienen en la planta de Silao”.

Sin embargo, la resolución del proceso de legitimación de este contrato que realizó la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) señala que dicho sindicato obtuvo resultados negativos por parte de los trabajadores en una de las jornadas de votación.

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