Se baja el cero y no contiene.
Según la estimación de algunas de sus propiedades familiares, el compadre de Enrique Peña Nieto debió ganar unos 24 millones de pesos anuales desde que empezó su carrera de servidor público en 1990.
Y esta estimación es sin tomar en cuenta que tiene mil hectáreas en Montemorelos Nuevo León, más otras propiedades en Quintana Roo y Yucatán.
Además, este cálculo es suponiendo que los 24 millones de pesos que ganó al año –2 millones de pesos al mes– debieron ser invertidos en su totalidad en estos bienes.
La aritmética es esta: si lleva 22 años trabajando en el servicio público y en estas propiedades familiares suma unos 530 millones de pesos, el resultado es 24 millones anuales.
Cálculo aritmético en el que solo cuentan algunos bienes.
Este patrimonio es su casa en El Renacimiento, donde el terreno de más de 2 mil metros cuadrados cuesta unos 5 millones de pesos y la casa otros 15. Suma 20 millones en esa propiedad.
Luego está el 2.15 por ciento que él mismo asegura tener en el proyecto de Sotolindo, en Isla Blanca al norte de Cancún.
Según los inversionistas entre la tierra que tiene 30 kilómetros de playas vírgenes, los hoteles, la marina y los condominios, ahí se invertirán paulatinamente cerca mil 500 millones de dólares.
Inversión que está en la fusión de varias empresas que integran la razón social Fomento Inmobiliario del Caribe.
Y suponiendo que Enríquez solamente vaya a tener el 2.15 por ciento, le corresponderán 400 millones de pesos.
Cantidad que no necesariamente pagó por la tierra, pero que finalmente será la suma de su inversión.
Después está su inversión en Ucú, al poniente de la Ciudad de Mérida.
Ahí el Gobierno de Quintana Roo pagó 360 millones de pesos por 3 mil hectáreas.
Lo que significa un costo de 120 mil pesos por hectárea.
A Enríquez se le atribuye la compra de 600 hectáreas, es decir una inversión de unos 72 millones de pesos.
Hasta aquí va un capital de unos 492 millones de pesos.
Pero está la inversión de su familia en Punta Piedra, donde según otros terrenos en el mismo lugar el metro cuadrado cuesta unos 350 dólares.
Así que ahí la inversión, dividida en tres tres socios, sería de unos 40 millones de pesos.
Tan solo en esta suma, también omitiendo el avión Hawker 700 y un yate Sea Ray Sundancer de Cancún que le atribuyen, son 532 millones de pesos.