Se avecina otra pandemia ¿Estamos preparados?
La falta de igualdad en la repartición de las vacunas, así como la aplicación de algunas de ellas no avaladas por la Organización Mundial de la Salud podrían exacerbar los efectos de una nueva ola de coronavirus a nivel mundial
Fernanda MuñozA diferencia del 2020 cuando la pandemia por COVID-19 representó para el mundo un reto económico, social y político, hoy en día si regresara una nueva crisis las administraciones estarían más preparadas.
Actualmente, gran parte de las naciones tienen a sus poblaciones casi completamente vacunadas y la gente está mayormente habituada a los confinamientos. Sin embargo, haría falta un compromiso mundial.
“Por desgracia parecería que aprendimos muy poco de lo vivido. La Unión Europea, por ejemplo, fue la que mejor trabajó para combatir los contagios, pero se vio un egoísmo con respecto a las vacunas porque primero fueron para sus poblaciones y después para los países menos desarrollados.
“En ese sentido, el mundo sigue dividido primero para salvar la vida de ciertos Estado y después al resto”, dice Tomás Milton Muñoz Bravo, doctor en Ciencias Políticas y Sociales.
Fue en marzo pasado que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) informó que había un aumento de las diferencias entre países ricos y pobres con respecto a las dosis administradas.
Según la ONG, aunque en ese entonces el número total de vacunas administradas aumentó “enormemente” a los 10 mil 700 millones de dosis aplicadas en todo el mundo, solo el 1 por ciento llegaron a los países de bajos ingresos.
“La falta de equidad en la vacunación pone en peligro la seguridad de todos y es, en gran medida, responsable de las crecientes desigualdades tanto entre los distintos países como dentro de ellos”, remarcó el PNUD.
Para Muñoz Bravo, además de analizar la distribución igualitaria de las dosis en caso de una nueva pandemia, también se tendría que estudiar la aprobación de ciertas vacunas por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En septiembre pasado, las vacunas aprobadas por la OMS fueron Pfizer/BioNTech, AstraZeneca/Oxford, Johnson & Johnson, Moderna, Sinopharm, Sinovac, Covaxin, Novavax, Cansino y Valneva, dejando de lado la rusa y la cubana, Sputnik y Soberana, respectivamente.
“Es una lástima que gobiernos como el mexicano aprueben la aplicación de vacunas no avaladas por la OMS, algo preocupante que podría traernos graves problemas”, añade el también docente e investigador del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM, Muñoz Bravo.
Actualmente, la mayor consecuencia que enfrentan quienes fueron vacunados con las dosis no autorizadas por la OMS, es que no pueden acceder a territorio estadounidense, donde se tienen tensiones con los gobiernos de Cuba y Rusia en su mayoría por circunstancias de derechos humanos.
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