Se acabó el amor
La corona del nuevo gobierno recibió una primera abolladura. A un mes de rendir protesta como mandatario local, Miguel Ángel Mancera conoció el verdadero poder de las tribus perredistas.
El campo de batalla fue la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y la bandera de
guerra: el presupuesto de la Ciudad de México para el ejercicio fiscal 2013.
Jonathan Villanueva
La corona del nuevo gobierno recibió una primera abolladura. A un mes de rendir protesta como mandatario local, Miguel Ángel Mancera conoció el verdadero poder de las tribus perredistas.
El campo de batalla fue la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y la bandera de
guerra: el presupuesto de la Ciudad de México para el ejercicio fiscal 2013.
En ese escenario, el nuevo jefe de gobierno recibió el primer revés de este sexenio, al no lograr imponer sus condiciones en materia hacendaria y presupuestal, debido al rechazo tajante de sus principales propuestas en materia de ingresos y egresos por parte de la mayoría de los diputados locales.
En concreto, se trataba del impuesto al alumbrado público y el aumento al pago predial, así como los recortes a las 16 jefaturas delegacionales que propuso el Gobierno del Distrito Federal (GDF).
El grueso de los asambleístas no solo votó en contra, sino que promovió una campaña mediática para resaltar las pretensiones de la administración central.
El proyecto presupuestal comprendía una reducción a las delegaciones, y los diputados cerraron filas con ellos de tal forma que incluso obtuvieron ingresos adicionales.
La Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó el pasado 31 con 59 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones, el presupuesto 2013 por un monto de 144 mil 142.9 millones de pesos para la capital del país.
Por esa razón los diputados locales pudieron destinar una bolsa de mil 320 millones de pesos etiquetados para diversas obras en las 16 delegaciones territoriales.
Pero el GDF no solo quedó mal parado en estos temas. A la lista se suma la tenencia vehicular, cuyo subsidio fue acotado para los automóviles que cuesten menos de 250 mil pesos.
El punto central en este caso consiste en que –hasta la fecha– los gobiernos aledaños al DF no se han pronunciado de manera formal, respecto a la propuesta de homologar este impuesto.
Y, mientras esto no suceda, la lectura política es un desacierto que, sumado a la cuestión económica, representa un boquete financiero para el Distrito Federal.
El desafío de los diputados locales al gobierno mancerista no es gratuito, puesto que deriva de un ajuste de cuentas de las tribus hacia Mancera por haberlos excluido de su gabinete.
Mancera habrá perdido el primer round frente a las tribus perredistas pero los capitalinos se han salvado de pagar más impuestos, derechos y servicios.
Ajuste de cuentas
Tras su unción como jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera fue contundente al asegurar que no estaría sujeto a las tribus perredistas ya que él, aseguró, es y será un político ciudadano.
Sus aseveraciones no quedaron en un mero discurso, sino que las refrendó con hechos, con política real: las tribus, en especial Izquierda Democrática Nacional (IDN) de René Bejarano, quedaron relegadas.
En el gabinete mancerista solo Nueva Izquierda (NI) e IDN pudieron colarse y hacerse con una de las secretarías que tiene el GDF, lo cual generó indignación y malestar dentro del PRD.
Desde ese momento, se abrió un frente de batalla entre el grupo afín a Bejarano y algunos de menor envergadura, que amagaron con boicotear las propuestas presupuestales de Mancera.
Reporte Indigo publicó en su edición del 12 de diciembre que una de las medidas reactivas que prepara René Bejarano es quitar de la presidencia de la ALDF a Manuel Granados. Otra es pelear abiertamente por la dirigencia del sol azteca capitalino, ya que se formó un bloque alrededor de Mancera a través del ex jefe delegacional Raúl Flores para minimizar el poder bejaranista.
Por eso, los diputados afines a IDN cerraron filas y abanderaron a todos aquellos que podían salir afectados con la discusión del proyecto financiero 2013, en especial a los contribuyentes y partidos políticos de oposición: PRI y PAN.
En cambio, del lado del gobierno no hubo nadie que saliera a hacer frente. La mala operación política quedó de manifiesto y se concretó el primer golpe al nuevo jefe de Gobierno.
Sin respaldo
El proyecto presupuestal llegó a finales de diciembre de 2012, y desde esa fecha, los panistas, que tienen en su poder a la Comisión de Hacienda, abrieron fuego contra el GDF.
El diputado blanquiazul, Héctor Saúl Téllez, estudió las estimaciones que envió la Secretaría de Finanzas e inmediatamente acusó al gobierno central de disfrazar los aumentos.
En la Iniciativa de Reformas al Código Fiscal, el GDF planteaba que el cálculo de la contribución fiscal se base en el valor comercial de los inmuebles y no en el avalúo catastral (como se hace hasta ahora).
“No sabemos de cuánto sería el aumento, (pero) nos están poniendo modificaciones para tomar como base gravable el valor comercial a través del avalúo y no el valor catastral, eso en forma implícita lleva un aumento que al día de hoy no nos han explicado”, dijo Téllez en conferencia de prensa.
Luego, se dio a conocer una nueva propuesta: gravar el alumbrado público, cuya paternidad no fue asumida en público por el gobierno, que sí alabó las bondades de ese nuevo impuesto.
Nuevamente, los diputados de IDN comenzaron a recolectar firmas para rechazar siquiera la posibilidad de discutir el nuevo gravamen en la ALDF.
Al respecto, el diputado del PAN, Federico Döring, dijo que el cobro por el servicio de electricidad en espacios públicos era una propuesta que nunca se presentó formalmente. En ambos casos, los perredistas no salieron en defensa de Miguel Ángel Mancera, y nadie respaldó estas propuestas.
La tenencia vehicular
Por si fuera poco, el tema de la tenencia vehicular ha generado una mala percepción ya que el Estado de México no ha reducido el monto del subsidio a los automóviles.
Y es que desde el 2011, los autos con valor inferior a 350 mil pesos estaban exentos al 100% del cobro de la tenencia vehicular y en el Edomex, aquellos cuyo coste no excedía de 400 mil pesos. Para este año, se propuso una homologación y el DF fue el único que la redujo a 250 mil pesos, pero el gobierno de Eruviel Ávila (hasta el cierre de esta edición) no había hecho un pronunciamiento formal para reducir sus subsidios.
Por eso fue necesario que Miguel Ángel Mancera saliera a decir que la propuesta de homologar sigue firme y que se está platicando con el Edomex, pero en tanto eso sucede es un golpe más para el GDF.