“La próxima guerra que se avecina”, como la llamó el líder de La Resistencia, Ramiro Pozos González “El Molca” capturado hace unos días, es en Jalisco entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Luego que se dio a conocer la escisión de dichos grupos criminales, la violencia se ha desbordado en los límites con Zacatecas y Michoacán.
Los últimos dos meses en Jalisco ha habido narcobloqueos, se han asesinado a elementos de seguridad y se han incremento los narcomensajes entre grupos rivales.
La muestra de este aumento de la violencia son los 17 cadáveres encontrados en Tizapan de El Alto, un municipio en los límites con el estado michoacano.
Aunque desde finales de 2011 se reportaba la entrada de Los Zetas en municipios del norte de Jalisco como Huejucar, Bolaños en sus límites con poblados zacatecanos como Florencia.
Una de las rutas más peligrosas del país es la Jalisco-Zacatecas, donde se registran constantemente percances con automovilistas y enfrentamientos.
Por eso tanto en círculos políticos de Jalisco, como en la red, desde hace tiempo se corren versiones de que “Los de la Letra” podrían aprovechar la disputa entre los grupos que controlan la plaza para hacer su propia guerra en Guadalajara.
Los Zetas tienen presencia en municipios como Tlajomulco de Zúñiga y en otros periféricos de Guadalajara como Tala y Zapotlanejo, donde se han registrado tomas clandestinas a instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex).
“El Molca” sentenciaba en sus declaraciones, luego de ser capturado por autoridades federales: “lo que va a pasar es que se va a meter La Letra con fuerza ahora sí, en cuanto empiecen a pelear ellos (Cártel de Sinaloa y CJNG) se van a dejar meter por Michoacán y por Zacatecas, y se va a acabar Jalisco”.
Es un pronóstico que se tiene desde hace varios años y que motivó en su momento la instalación de bases militares en los límites de Jalisco con Michoacán y Zacatecas, proyectos que a la fecha no se han concretado.
La inversión en las áreas de seguridad se ha incrementado, pero esto no se ha reflejado en la reducción de los índices de violencia.
Y es que tanto ciudadanos como autoridades federales tienen desconfianza en las áreas de seguridad jaliscienses.
El Ejército y la Policía Federal lo han demostrado haciendo operativos sin coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública de Jalisco.
Y en el caso de los ciudadanos, porque la cifra negra de denuncias sigue siendo alarmante.
Porque a pesar de los violentos incidentes en municipios como Tizapan El Alto, el registro de averiguaciones previas de la Procuraduría del Estado de Jalisco indica que en los meses previos solo hubo de dos a cinco denuncias mensuales en dicho poblado.
Las denuncias fueron principalmente por robo y otros delitos no directamente vinculados a la violencia de los cárteles.
En áreas de seguridad locales existe el temor de que la violenta embestida de la guerra de cárteles golpee a la Zona Metropolitana de Guadalajara con el déficit de policías como el que existe.
Notoria presencia de Los Zetas
Pese a que las autoridades de Jalisco aseguran que el territorio del estado sigue resguardado de grupos delictivos, en específico de Los Zetas, ejemplos claros de su presencia se han dado a conocer en los últimos cinco años.
Dicho grupo delictivo se ha apoderado de espacios clave en la periferia de Guadalajara.
La frontera entre Jalisco y Zacatecas ha sido escenario de diversos enfrentamientos entre grupos de la delincuencia organizada y la Policía Estatal, la mayoría se atribuye a Los Zetas quienes desde 2008 buscaron el dominio de la zona.
El corredor que va desde el municipio de Huejucar hasta San Cristóbal de la Barranca, pasando por localidades como Santa María de los Ángeles, Colotlán, Mezquitic y San Martín de Bolaños, forma parte del territorio en el que tiene presencia este grupo.
En dicha franja se registraron por los menos dos enfrentamientos graves en 2010 y tres en 2011.
Dichos eventos que fueron publicados en la prensa local, sucedieron en su mayoría a la altura de San Cristóbal de la Barranca cerca del Rancho La Lobera.
En uno de los operativos quedó abandonado un vehículo tipo tanque en el municipio de Santa María de los Ángeles en la zona norte del Estado.
Esa franja se comparte con Zacatecas, es específico con municipios como El Teúl, García de la Cadena, Florencia, Tlaltenango y hasta Fresnillo en donde Los Zetas se han establecido.
Otro corredor en donde se ha consignado la presencia zeta, es los municipios de Hostotipaquillo y el municipio de Magdalena; localidades que conducen a Nayarit.
En 2009 en Hostotipaquillo se registró uno de los primeros multihomicidios, 13 personas fueron asesinadas por una célula de Los Zetas, quienes en declaraciones aseguraban que venían a abrir plaza en Jalisco.
Cuatro años después de ese evento ya se registra una fuerte presencia de Los Zetas, pues en agosto de este año fue incluso asesinado el jefe de la policía municipal, Raúl Hinojosa, en un enfrentamiento de la policía local con dicho grupo criminal.
En Mexticacán y Yahualica -en la zona de Los Altos Norte- también frontera con Zacatecas, los enfrentamientos entre zetas y policías no han cesado.
En Yahualica en marzo de 2010, fue atacado por miembros de Los Zetas el director de la policía José Sandoval López. Arrojaron granadas contra su domicilio. Murió un elemento de seguridad.
En octubre de ese mismo año el director de la policía de Mexticacán, Mario Mejía Ruvalcaba, fue asesinado en una emboscada cuando se dirigía hacia su municipio.
La zona se mantiene con focos rojos.
En la región de la ribera de Chapala, la presencia de Los Zetas se han hecho pública desde Chapala hasta Tizapan El Alto en donde en días pasados se registró un multihomicidio de 17 personas.
Se señaló a Los Zetas como responsables de esa ejecución múltiple.
En Chapala, los vecinos se han organizado para exigir a las autoridades seguridad, pues los índices de secuestro y asesinatos se dispararon en los últimos meses.
Tan sólo en Ixtlahuacán de los Membrillos -a un costado de Chapala- se encontraron 18 cuerpos mutilados que también se atribuyeron a Los Zetas en alianza con el Cártel del Milenio y en afrenta al Cártel Jalisco Nueva Generación.
Bases militares pendientes
En medio de la crisis de inseguridad que se suscitó tras los primeros narcobloqueos en la ciudad a principios de 2011, las autoridades acordaron reforzar la infraestructura de seguridad.
Se agilizó la aprobación de un crédito por mil 500 millones de pesos, que se ejerció con absoluta discrecionalidad.
Los gastos fueron desde la compra de un helicóptero blindado por un monto de más de 250 millones de pesos, hasta la construcción de un reclusorio metropolitano.
También se compró material de video y se homologó el servicio de emergencias, sin embargo entre las propuesta de infraestructura quedó descartada la posibilidad de construir dos bases militares en los límites de Michoacán y Zacatecas.
Con ambas bases se buscaba generar un dique de contención frente a la inminente presión que ejercía el grupo de Los Zetas en el estado de Jalisco.
De hecho esa propuesta fue discutida al seno de las reuniones metropolitanas de seguridad y parecía un asunto viable, sin embargo nunca se formalizó la relación con el Ejército y el tema pasó al olvido.
En plena campaña electoral, el actual gobernador electo, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, propuso edificar una base militar en el municipio de Ojuelos, con la que se pretende dar seguridad a toda la zona de Los Altos Norte en su colindancia con Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes y Guanajuato.
“Vamos a tener mano firme para tener un acuerdo con el Ejército y tener una base militar aquí en Ojuelos para dar seguridad a nuestras familias”, declaró Sandoval Díaz y dejó en claro que la inversión de la infraestructura la haría el gobierno del estado.