El gobernador de Nuevo León, Samuel García, y su esposa Mariana Rodríguez pudieron haber cometido el delito de trata de personas por ‘adoptar’ por un fin de semana a un bebé del programa del sistema de Desarrollo Integral de las Familias (DIF) Capullos, señaló Save The Children México.
De acuerdo con la organización, el gobernador y la influencer usaron la imagen del menor con fines políticos y mercantiles.
A través de su cuenta de Twitter, el organismo expuso que el 15 de enero la pareja solicitó un permiso de convivencia familiar por un fin de semana con un bebé del Sistema Estatal DIF sin tener ningún vínculo con el menor.
El bebé fue víctima de violaciones a su derecho a la vida privada y a la identidad y a los relacionados con la aplicación del interés superior establecido en la Constitución
Señaló que “legalmente, el caso debe investigarse, con la participación de las autoridades federales, dada la concurrencia que existe en materia de derechos de las niñas, niños y adolescentes”.
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Save The Children México también indicó que “es urgente que se adopten medidas necesarias para el óptimo funcionamiento de los sistemas de protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes”.
Esta situación refleja las graves carencias de nuestros sistemas de protección de niñas, niños y adolescentes
Finalmente, la organización hizo un llamado al gobierno y a la sociedad en México a cuestionarnos cómo tratamos a niñas y niños: “¿Estamos pensando en qué es lo mejor para ellas y ellos o perjudicándoles y violando sus derechos más fundamentales?”.
4/10 Puede haberse cometido inclusive el delito de trata de personas por usar su imagen con fines políticos y mercantiles en las comunicaciones de sus redes sociales
— SavetheChildrenMx (@SaveChildrenMx) January 17, 2022
Este fin de semana, Samuel y Mariana acogieron a un bebé, en situación de abandono, durante un fin de semana.
El hecho causó múltiples críticas hacia la pareja por presuntamente haber lucrado con la condición del menor, exponer su identidad en redes sociales y mostrar poca sensibilidad.
Incluso, organizaciones que protegen los derechos de los niños, niñas y adolescentes mostraron su preocupación por esta situación.
