San Gregorio casi en quietud conmemora a sus “muertitos” por el 19S
Con flores blancas y retratos ampliados, familiares de las víctimas acudieron a la iglesia principal del pueblo para recordar a sus seres queridos que ya no están entre ellos. Algunos con ojos llorosos y otros más con playeras serigrafiadas con el nombre de su pérdida
Erick MirandaMinutos antes del macrosimulacro en la Ciudad de México, los habitantes del pueblo de San Gregorio, en Xochimilco, fueron convocados al repiqueteo de una campana para acudir a una misa solemne en memoria de las víctimas mortales que dejó el sismo del año pasado.
En varios de los sitios donde personas perdieron la vida no hubo flores ni veladoras, sino sólo montones de escombro y lodo, debido a que la comunidad “no deja de levantarse poco a poco”, entre múltiples obras hidráulicas y demoliciones de inmuebles que aún se realizan en diversos puntos.
Con flores blancas y retratos ampliados, familiares de las víctimas acudieron a la iglesia principal del pueblo para recordar a sus seres queridos que ya no están entre ellos. Algunos con ojos llorosos y otros más con playeras serigrafiadas con el nombre de su pérdida.
Rostros de dolor y tristeza ocuparon las más de 100 sillas dispuestas para la ceremonia del recuerdo. Algunos esperaron de pie en los corredores del templo, mientras que otros más se arremolinaron en el atrio, al cobijo de los árboles que proporcionan sombra.
Al activarse la alerta sísmica, menos de la mitad de los asistentes evacuaron el templo para ser parte del simulacro. La mayoría de los feligreses optaron por guardar silencio ante el retrato de una Virgen y una Cruz.
En la calles del primer cuadro del pueblo nada pasó. Sólo contados rostros palidecieron, mientras que la mayor parte de los de vecinos y comerciantes siguieron con sus actividades habituales. Al término de la alarma, un clarinete y una tambora resonaba a la distancia.
En cuestión de 10 minutos, de nueva cuenta la iglesia lució abarrotada. Se realizó un pase de lista de las personas fallecidas en la zona, mientras que el inaudible llanto de algunas personas mayores se hizo presente.
“San Gregorio sigue levantándose poco a poco y aunque aún faltan muchas cosas por arreglar, como el agua y la calles, esperemos que las autoridades no se olviden de nosotros por estar a la periferia”, enfatizó el señor de 67 años.
Esta fecha, aseguró el también comerciante, aparte de recordar los destrozos del sismo y la solidaridad de mucha gente del pueblo de México, hace recordar que no todo es para siempre y que se debe de estar preparado para lo que venga.