“Salvemos la democracia”, dijo Xóchitl Gálvez ante miles de asistentes a la Marcha ‘Marea Rosa’
Mientras que la SSC dijo que asistieron 95 mil personas, otros calcularon 300 mil ciudadanos reunidos en el Zócalo; “Presidenta, Presidenta”, era la consigna más escuchada
Pablo AbundizEl domingo 19 de mayo la Marea Rosa reunió a decenas de miles de personas en la Plaza de la Constitución, una concentración con la intención de promover el voto en las próximas elecciones y que en los últimos días se tiñó de los tintes partidistas que las dos primeras marchas quisieron evitar.
Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada abarrotaron Zócalo en una reunión en donde los convocados que se dieron cita dispensaron de grupos o líderes para llegar, pero que una vez en la Plaza de la Constitución mostraron no sólo el rosa de la llamada sino también el azul, amarillo y rojo de los partidos que representan los candidatos.
La concentración convocada por más de 170 organizaciones de la sociedad civil, según algunas de las entidades que la promueven como Unidos para mejorar o Sociedad Civil México, buscó por más de un mes congregar a la ciudadanía en defensa de la democracia; sin embargo, dos semanas antes del día acordado, los candidatos de la coalición Fuerza y Corazón por México para la presidencia de la república y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México anunciaron su participación como oradores.
Con una cita a las 09:30 de la mañana y con los oradores contemplados para las 11:00, el primer cuadro de la ciudad amaneció dividido. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ocupaba la mitad de la plancha del Zócalo. Solo unas tiendas desperdigadas, rodeadas de barreras metálicas, impedían la ocupación total de la plaza pública más representativa de México.
La marcha del Frente Cívico Nacional, citada una hora antes de la reunión principal, difería de muestras similares convocadas por el bando oficialista en su organización. Mientras que en el inicio de campaña de la candidata oficialista los manifestantes eran conducidos por líderes en bloques bien definidos, esta vez, quienes caminaron por 20 de noviembre lo hacían de manera menos coordinada, aunque en iguales números.
Si en las convocatorias anteriores el oficialismo acusó a sus organizadores y participantes de no marchar a favor de una causa sino en contra de su gobierno, la participación de la figura más grande de la oposición dio la oportunidad de enfrentar los discursos de los polos políticos que se han formado en el país.
Gálvez y Taboada celebran la asistencia
Cuando Gálvez asomó por un balcón, las 300 mil personas (aunque la SSC dijo que fueron 95 mil) de la plancha la recibieron con gritos de “presidenta, presidenta”, y una vez en el templete, al que llegó caminando sola desde la esquina con Madero, los animadores cedieron el paso a los oradores para un evento breve en donde cada uno de ellos denunció los errores del actual gobierno y proclamaron victoria para su bando.
“Hoy miles y miles de ciudadanos inundaron nuestras plazas y nuestras ciudades y levantaron la voz contra el autoritarismo y la mentira”, escribió Gálvez en su cuenta de X.
El primero en hablar, Guadalupe Acosta Naranjo, removió lo quedaba del velo de imparcialidad anunciando que la Marea Rosa no era neutral porque no podía serlo, acusó al presidente de intentar destruir las instituciones democráticas del país, aseguró que echarían para atrás el plan C del oficialismo y llamó esquirol al candidato de Movimiento Ciudadano.
Santiago Taboada, quien ha cerrado la distancia con Clara Brugada en las encuestas para la jefatura de gobierno, se declaró orgullosamente aspiracionista y alabó el esfuerzo y el trabajo entre aplausos de toda la plaza. Después de prometer que tras las elecciones gobernará la mejor ciudad del mundo declaró ganadora a Xóchitl Gálvez y le cedió la palabra.
Vestida con un huipil rosa la candidata se asumió como ciudadana al tiempo que agradeció a los partidos de su coalición por abrirle la puerta de la contienda, se comprometió a defender la vida, la libertad y la verdad y en un discurso que buscaba hacerla sonar como una cara nueva y marginal de la política nacional prometió ganar para dar y no para recibir.