A Édgar Matías, un niño de tan solo cuatro años de edad, le cambió la vida por completo al ser operado por especialistas con un trasplante de células madre donadas por su padre para solucionar una enfermedad que padecía de inmunodeficiencia.
“Mati”, como sus familiares y amigos le dicen de cariño, sufría de diarreas severas constantes desde hace dos años, lo cual generó que sus padres visitarán un sinfín de hospitales y médicos privados para conocer la causa de la enfermedad.
Sin embargo, ningún profesional de la salud sabía que ocurría en el organismo del pequeño y hasta mencionaron a los familiares que la esperanza de vida de “Mati” eran pocas.
Los recursos económicos de los papás poco a poco comenzaban a agotarse al realizar visitas a diversos nosocomios del país para tener varias opiniones sobre la salud de sus hijo y encontrar la cura, pero los diagnósticos eran desalentadores.
“Muchos médicos, desconcertados, no encontraban causa o razón evidente de su enfermedad”, afirmó la madre del menor, quien compartió que a sus 16 meses, el niño pesaba solo cinco kilos.
“Estábamos desesperados, nos decían que no había esperanzas, nos hacían sentir como que no tenía caso seguir luchando”.
Le salvan la vida
Eneida y Édgar Alonso llegaron a la ciudad de Monterrey para tener una consulta más, pero en esta ocasión en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) del Hospital No. 25 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en donde les dieron una buena noticia.
En un solo mes se brindaron las opciones para mejorar la calidad de vida de Matías y se les habló de un protocolo de trasplantes haploidénticos, trabajando con células de padres o hermanos, que ofrecen compatibilidad del 50 al 90 por ciento.
La opción fue aceptada por los padres y la cirugía se realizó con un resultado exitoso; ahora el pequeño se encuentra en la etapa de recuperación y en observación en el área de Pediatría, Inmunología y Hematología.
“Tenemos un agradecimiento total (al personal médico) por las atenciones que tuvieron, por el tiempo que dedicaron, por el esfuerzo que pusieron, por la dedicación que tuvieron, hasta el hecho de no despegarse de nosotros”, dijo la mamá del pequeño “Mati”.