“Yo si regreso, me matan”, dijo Fernando José, un joven de 22 años que fue reclutado por La Familia Michoacana, organización criminal en la que se desempeñó como sicario durante la guerra que mantuvieron con Los Tlacos en el estado de Guerrero. Así inicia su historia Infobae.
Originario del Estado de México, Fernando José fue detenido hace cuatro días en el municipio de Técpan de Galeana, Guerrero. El joven, quien confesó haber sido reclutado por La Familia Michoacana como sicario, fue presentado ante los habitantes de la comunidad de Santa Rosa de Lima en una conferencia de prensa. Esta tuvo lugar el pasado lunes en la primaria Lázaro Cárdenas.
Durante el interrogatorio realizado por los comisarios de la comunidad, Fernando reveló que fue “levantado” hace dos años por miembros armados de la organización criminal cuando circulaba cerca de su localidad, según información de Infobae.
Desde entonces, participó en enfrentamientos armados y ataques con drones contra Los Tlacos. Se trata de otro grupo delictivo que disputaba el control de la sierra guerrerense con La Familia Michoacana.
El joven, de tez morena, complexión delgada y cabello negro, compartió detalles sobre su vida antes de ser reclutado. Concluyó la secundaria en el Estado de México y ayudaba a su padre en el cultivo de aguacates. Sin embargo, tras ser capturado por La Familia Michoacana, se vio obligado a portar un rifle AK-47 y participar en acciones violentas.
Así fue su vida dentro del crimen organizado
Fernando relató que recibía un pago de 14 mil pesos al mes por sus servicio. Sin embargo, en ocasiones solo le ofrecían un “taco dorado” como recompensa tras enfrentamientos. El joven también reconoció haber matado a personas durante la guerra contra Los Tlacos y expresó su arrepentimiento por haber “echado a perder” su vida.
Tras perderse del grupo durante un enfrentamiento en El Porvenir, Fernando deambuló durante una semana. Luego fue finalmente auxiliado por un hombre en la sierra de Técpan.
Este hombre lo llevó a la comunidad de Santa Rosa de Lima, donde pudo reunirse con su familia después de dos años de ausencia.
El padre de Fernando, visiblemente emocionado, agradeció a los habitantes de Santa Rosa de Lima por no atentar contra su hijo y expresó su alivio al verlo con vida.
Asimismo, solicitaron la intervención de las autoridades federales para su resguardo, ya que no confiaban en las autoridades estatales.