Por segunda ocasión en menos de cinco días, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo evitó involucrarse en la renovación de la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Lo anterior, al dejar en manos del Senado de la República la decisión de aprobar o rechazar la solicitud de reelección presentada por María del Rosario Piedra Ibarra para continuar al frente del organismo.
“Rosario, hija de Rosario Ibarra de Piedra, es en muchos sentidos, un símbolo de la lucha de las madres de desaparecidos por razones políticas de aquella época.
“Entonces tiene todo nuestro reconocimiento y respeto, pero ya la decisión de quién va a ser la presidenta o el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos le corresponde al Senado de la República”, declaró la mandataria.
Días previos, también desde la conferencia matutina de Palacio Nacional, Sheinbaum Pardo se deslindo del tema al señalar que la Cámara alta es el ente encargado de definir la continuidad o no de Piedra Ibarra como titular de la CNDH.
“Que decida el Senado, no voy a orientar hacia una u otra persona, entiendo que en estos días se abre ya la convocatoria y que decidan las y los senadores”, dijo escuetamente el pasado 10 de octubre.
Polémica en la gestión de Rosario Piedra Ibarra
María del Rosario Piedra Ibarra, hija de María del Rosario Ibarra de Piedra, defensora de derechos humanos, fundadora del Comité ¡Eureka! y primera candidata a la Presidencia de México, tomó posesión del cargo en noviembre de 2019 en medio de críticas de legisladores de oposición por su cercanía con el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde ese entonces, su gestión ha sido cuestionada por organizaciones civiles que han cuestionado la efectividad de su desempeño frente a la Comisión.
En días recientes, el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro señaló que el trabajo de la servidora pública presenta un “deterioro considerable” en el informe “CNDH: balance de su debilitamiento institucional durante la gestión 2019-2024”.
El documento señala que, al término de los cinco años de la presidencia de Piedra Ibarra, queda una institución a la deriva, debilitada tanto en lo interno como en su posición frente a la sociedad como garante de los derechos humanos y contrapeso del poder.
“De cara al término de su actual presidencia, es recomendable impulsar un relevo en el liderazgo de la institución para optar por una presidencia que intente revertir los retrocesos e impulsar los cambios sustantivos que demanda la institución para estar a la altura de los retos en materia de derechos humanos en medio de la crisis que vive México en esta materia”, manifiesta la organización.
Rosario Ibarra presentó el martes 15 de octubre su registro ante el Senado de la República para contender por un segundo periodo al frente de la Comisión, pues esta convencida que se ha avanzado en la transformación del órgano, pero está pendiente su consolidación.
