La disputa por los recursos del Fondo Metropolitano exhibe la falta de interlocutores entre el Gobierno del Estado y el bloque de alcaldes panistas del área metropolitana de Monterrey.
La confrontación que están protagonizando el gobernador Rodrigo Medina y los alcaldes albiazules tiene que ver con la incapacidad para llegar a un acuerdo político –como ha ocurrido en años anteriores- que defina el reparto de esta bolsa federal destinada para obras de infraestructura.
La pugna también está evidenciando las posturas polarizadas que está asumiendo tanto el gobierno estatal priista como los alcaldes del PAN, con miras a la elección del 2015.
Esta semana un tema local, como es el reparto del Fondo Metropolitano, escaló a nivel nacional cuando los alcaldes panistas de Monterrey, San Pedro, San Nicolás, Santa Catarina y Juárez llevaron su reclamo ante el dirigente nacional del PAN Gustavo Madero.
El líder panista incluyó la exigencia de los ediles albiazules de Nuevo León en la mesa de negociaciones para reactivar el Pacto Nacional por México con el presidente Enrique Peña Nieto.
El tema de la distribución de los recursos del Fondo Metropolitano tiene principalmente dos aristas: la jurídica y la política.
A diferencia de años anteriores, el Estado decidió este año unilateralmente la distribución de los 759 millones de pesos asignados para Nuevo León vía el Fondo Metropolitano.
Los recursos se pretenden destinar a obras estatales con alcance metropolitano, como es la Línea 3 del Metro y el sistema de transporte Ecovía.
El argumento estatal señala que las reglas de operación del Fondo Metropolitano no obligan al Estado a repartir los recursos entre los municipios, como se venía realizando en las ediciones anteriores.
Sin embargo, el gobierno estatal no presentó el plan de reparto ante el Consejo para el Desarrollo Metropolitano, integrado por los municipios y que según las reglas de operación del fondo federal, es el encargado de aprobar la aplicación de estos recursos.
Desde el 2010 y hasta el año pasado estaba vigente un acuerdo político que existía entre el gobernador y los alcaldes para que el 66 por ciento de los recursos del Fondo Metropolitano se destinaran a municipios y al resto del estado.
El Fondo Metropolitano se ha repartido equitativamente entre municipios panistas, priistas y el gobierno.
Hace dos años a cada una de las partes le tocó 260 millones de pesos.
Pero eran otros tiempos.
Hace tres años el exalcalde de Monterrey, Fernando Larrazabal, era un interlocutor válido entre el PAN y el gobierno priista de Rodrigo Medina.
El gobernador acordó con el exalcalde un pacto de no agresión y cerró negociaciones, como el reparto equitativo del Fondo Metropolitano.
Gracias a esta negociación durante un año y medio Medina estuvo blindado de ataques de panistas, gracias al control que tenían Larrazabal y el ahora senador Raúl Gracia en el PAN y en la bancada panista en el Congreso del Estado.
Pero llegó la tragedia del casino Royale, luego el videoescándalo del casino Red, que involucraba al hermano de Larrazabal, y el pacto terminó.
En la actualidad ni en el Estado ni en los municipios existen interlocutores válidos y confiables para concretar una negociación como la distribución de los recursos del Fondo Metropolitano.
El gabinete estatal de Medina exhibe falta de cohesión y conducción principalmente por la rivalidad que existe entre el secretario general de gobierno, Álvaro Ibarra, y Jorge Domene, jefe de la Oficina Ejecutiva de la Gubernatura y vocero estatal.
Ibarra es el operador político de confianza del gobernador, pero los alcaldes albiazules no están dispuestos a comenzar con él una mesa de diálogo para llegar a una solución en el tema del Fondo Metropolitano.
Ibarra declaró que el gobierno no cederá en su postura.
Pero en el otro lado, en el de los panistas, existe otra coyuntura.
Está el surgimiento del liderazgo de la alcaldesa Margarita Arellanes, quien se proclamó como la triunfadora en el proceso de selección de candidatos al Consejo Estatal del PAN.
A diferencia de Larrazabal, Arellanes ha optado por la confrontación con el gobernador, lo que ha incrementado la tensión en las relaciones entre el Palacio de Gobierno y el Palacio de Cristal.
El primer encontronazo que tuvo Arellanes con Medina fue el tema de la Policía Municipal de Monterrey, luego vinieron las críticas al incremento de los impuestos estatales y últimamente un desacuerdo con la difusión del programa de adultos mayores “65 y más” de Sedesol.
Hoy el reparto de los recursos del Fondo Metropolitano pone otra vez frente a frente a Medina y Arellanes.
¿Está dispuesta Margarita Arellanes a asumir el papel de interlocutora con el gobernador Rodrigo Medina, o seguirá optando por la vía de la confrontación?
¿Agandalle rojo contra agandalle azul?…
El agandalle que pretende aplicar el Gobierno del Estado con los recursos del Fondo Metropolitano tiene un origen, y es otro agandalle.
La decisión de no repartir el Fondo Metropolitano entre los municipios es la respuesta estatal a la decisión de los diputados panistas de favorecer a municipios panistas en el Presupuesto Federal.
El Municipio de Monterrey, encabezado por la alcaldesa Margarita Arellanes, ejercerá este año una presupuesto de casi 300 millones de pesos para obras de pavimentación, infraestructura deportiva y proyectos culturales.
Una partida que nunca antes el municipio regio había conseguido en el PEF.
En cambio, el Municipio de San Nicolás, presidido por el panista Pedro Salgado, hermano del líder de la neocúpula, Zeferino Salgado, tendrá este año una bolsa federal de 110 millones de pesos para proyectos, como la construcción de un parque en la colonia Industrias del Vidrio.
El municipio de San Pedro, encabezado por el panista Ugo Ruiz, fue el más favorecido en el presupuesto que ejercerá este año la Secretaría de Comunicaciones y Transportes con una partida de más de 300 millones de pesos para obras viales en Morones Prieto y Díaz Ordaz.
Estos recursos se lograron gracias a las negociaciones que hicieron diputados panistas como Fernando Larrazabal y Víctor Fuentes con su coordinador en el Congreso federal, Luis Alberto Villarreal.
En cambio, los municipios tricolores como Guadalupe, Escobedo y Apodaca, no lograron ni el 20 por ciento de la bolsa que obtuvieron los municipios panistas.