Robo,la cruz de la iglesia

Cuando manos extrañas arrebataron de su altar la imagen del “Santo Divino Niño”, en el templo de Nuestra Señora de la Salud en Colima, apenas el 21 de julio pasado, la jerarquía de la Iglesia Católica en México volvió a poner el dedo en la llaga; la

Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) reclamó una vez más una mayor seguridad para los templos católicos de todos el país.

J. Jesús Lemus J. Jesús Lemus Publicado el
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42%
de los robos a templos son cometidos por grupos organizados que se dedican al tráfico internacional de piezas de arte, según el Centro Católico Multimedia
En 2012 se modificó el Código Penal de Puebla para catalogar el robo de arte sacro como delito grave
Se desconocen cifras de bienes culturales robados o comerciados ilegalmente debido a la falta de denuncias o reportes e investigación”
Magdalena Morales Rojas y Kimberly Schmeitsinvestigadoras

Cuando manos extrañas arrebataron de su altar la imagen del “Santo Divino Niño”, en el templo de Nuestra Señora de la Salud en Colima, apenas el 21 de julio pasado, la jerarquía de la Iglesia Católica en México volvió a poner el dedo en la llaga; la

Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) reclamó una vez más una mayor seguridad para los templos católicos de todos el país.

“Fue un reclamo, como el que se han venido haciendo en los últimos cincos años, de mayor seguridad tanto para los ciudadanos como para los propios templos”, dijo el padre Yahir Ortega Martínez, responsable del área de comunicación de la CEM.

Solo en los últimos dos meses, al menos 28 templos católicos de todo el país han sufrido los embates de la delincuencia, a veces común y a veces organizada, que atenta no solo contra el patrimonio histórico en resguardo de la iglesia, sino contra la fe de miles de personas.

Desde que la imagen del “Santo Divino Niño” de Colima fue sustraída de su altar, decenas de fieles rezan permanentemente ante el nicho vacío, en espera de que regrese.

El párroco del templo de Nuestra Señora de la Salud, Jesús Mendoza, no ha dejado de insistir ante la autoridad ministerial del estado para que se dé con el paradero de la imagen y la captura del o los responsables, pero no ha tenido respuesta.

Aun cuando el robo de arte sacro en México se mantiene con las tasas más elevadas de todo el Continente Americano, es uno de los delitos que menos se denuncian, y menos se investigan. De acuerdo a cifras extraoficiales de la Interpol México, del 2006 a la fecha, al menos 957 iglesias han sido asaltadas.

De ellas, solamente 253 presentó una denuncia formal ante las procuradurías de justicia de los estados o en delegaciones de la Procuraduría General de la República (PGR), y de ellas, sólo se pudieron integrar 93 averiguaciones previas, de las que en 16 casos se ha detenido a los responsables y se han recuperado los objetos robados.

Puebla, Michoacán, Guerrero y Oaxaca encabezan la lista nacional de atentados al patrimonio histórico que resguarda la Iglesia Católica, y de acuerdo al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), solo en el periodo de gobierno de Vicente Fox fueron sustraídos un total de 493 objetos de arte sacro, en por lo menos 230 robos cometidos.

“Se desconocen cifras aproximadas de bienes culturales robados o comerciados ilegalmente debido a la falta de denuncias o reportes e investigación en este tema”, dicen las investigadoras Magdalena Morales Rojas y Kimberly Schmeits, promotoras de la

Campaña Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural para la Prevención de Robo

y Tráfico Ilícito de Bienes Culturales.

Según cifras del Centro Católico Multimedia, de los robos cometidos a los templos, el 42 por ciento son cometidos por grupos organizados que se dedican al tráfico internacional de piezas de arte; el 37 por ciento se atribuye a integrantes de grupos de intolerancia religiosa, y el 21 por ciento es cometido por ladrones que buscan una forma de subsistir.

Ola de robos imparable

El pasado 4 de abril también se registró un robo en el templo del Santo Niño Perdido, en León, Guanajuato; los ladrones sustrajeron dos alcancías vacías que estaban empotradas en la pared, ocasionando daños irreversibles a los muros construidos en 1853.

Días después en el templo de San Pedro, en el municipio de Guanajuato, los delincuentes se llevaron la figura de un Cristo, cuyo valor se estima cuantioso por tratarse de una figura de pasta de más de 100 años antigüedad.

El pasado 15 de mayo los delincuentes asestaron otro golpe en el templo de La Divina Providencia en Irapuato, pero solo pudieron llevarse el dinero contenido en unas alcancías, al no poder forzar la cerradura de la urna que contenía un cáliz de oro.

El templo de San Isidro, en Villa de Álvarez, Colima también fue visitado de la delincuencia el pasado 29 de mayo, donde un grupo de personas ingresaron por la noche para sustraer un cáliz bañado de oro.

En Salvatierra, Guanajuato, apenas el pasado 4 de julio fue robado el templo de Santo Domingo; los delincuentes sustrajeron diversas joyas de oro con las que eran coronadas las imágenes de una virgen y dos santos. También se llevaron dinero de las alcancías y un Niño Dios de más de 50 años de antigüedad. Ese fue el tercer robo en menos de un año que registra este templo.

Puebla, de acuerdo a fuentes de la PGR ocupa el primer lugar en cuanto al robo de arte sacro, y los robos a templos católicos van a la alza. Apenas el pasado 1 de julio un grupo de delincuentes hurtaron una imagen de San Judas Tadeo que se encontraba a la entrada del templo de San Juan de Dios, cuyo único valor era de devoción de la feligresía, confirmó el vocero de la Arquidiócesis de Puebla, Padre Dante Pimentel Aguilar.

Otro robo reciente se cometió en el templo del Barrio del Calvario, en Tepeaca, Puebla, en donde los delincuentes destrozaron parte del altar al intentar desempotrar una caja fuerte, en donde se presumió la existencia de joyas religiosas.

En Amealco, Querétaro, el pasado 8 de julio fue saqueado el Santuario de la Preciosa Sangre de Cristo, ubicado sobre la carretera Amealco-Coroneo. Los ladrones robaron dos alcancías de limosnas, dos coronas de Cristo, dos cálices, y el Santísimo Sacramento, estas últimas tres piezas bañadas de oro.

En Cuetzalan, Puebla, el pasado 13 de julio los ladrones de arte sacro dieron un golpe a la capilla de la Virgen de Ocotlán; se llevaron un cáliz y un copón de oro, cuyo valor histórico y religioso es superior al precio económico que pudieran tener en el mercado de los metales preciosos.

Puebla, primer lugar de atentados al arte sacro

Desde el 2012, Puebla se ha colocado a la cabeza de la lista de los estados que más robos registra en los templos de la Iglesia Católica. Ello se debe no solo a que esta es la entidad con mayor número de templos y capillas de todo el país, sino a que allí se resguarda la mayor cantidad de arte sacro registrada en el país, de acuerdo a las estadísticas del INAH.

Fuentes extraoficiales de la Fiscalía General de Justicia del estado, afirma que en los últimos 15 años se han registrado al menos 250 robos de piezas de valor histórico dentro de los templos católicos de la entidad.

Por esa razón, desde el 2012 se modificó el Código Penal local para catalogar el robo de arte sacro como un delito grave. Iniciativa impulsada por el entonces diputado local Mario Riestra Piña, coordinador de la bancada del PAN en el Congreso local.

En ese entonces el Congreso local de Puebla exhortó a la Cámara Federal de Diputados y Senadores, a fin de legislar sobre un mayor castigo a los perpetradores de arte sacro, y se convocó a la realización de un inventario nacional sobre el arte en resguardo en todas las iglesias del país, mismo que no se ha concluido.

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