La popularización de la bicicleta como medio de transporte en la Ciudad de México ha traído consigo un incremento en el robo de estas unidades no motorizadas.
La falta de vigilancia en vía pública, el estacionado en una zona insegura o el simple hecho de no contar con un candado de seguridad de gama alta, son elementos que se presentan como comunes denominadores en la sustracción de estos vehículos.
Luego de asegurar su bicicleta con un cable de acero trenzado a las afueras de una tienda de refacciones, ubicada en el cruce de la calle Peztalozzi y el Eje 4 Sur Xola, Gabriel Millán se percató de que ésta había sido robada en menos de 15 minutos
El caso de Gabriel ocurrió el 23 de junio y forma parte de los 4 mil 628 robos de bicicleta ocurridos entre enero de 2015 y noviembre de 2018, de los cuales la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México tomó conocimiento y por lo que fueron abiertas igual número de carpetas de investigación.
De acuerdo con información obtenida vía transparencia con folio 0113000620018, en 2015 un total de 874 bicicletas fueron robadas; en 2016 la cantidad pasó a 945; al año siguiente el delito se disparó a mil 370 casos; mientras que de enero a noviembre de 2018 la incidencia registrada fue de mil 439 hurtos, cifra superior a la reportada el año anterior y sin contemplar los registros del último mes.
Tan solo en el referido periodo de 3 años y 11 meses, las alcaldías que presentaron una mayor incidencia por tales hechos fueron: Cuauhtémoc, con mil 533 unidades robadas que representan un 33.12 por ciento del total; Benito Juárez, con 686 y una equivalencia del 14.82 por ciento; Miguel Hidalgo, con 501casos y un porcentaje del 10.83 por ciento; y Coyoacán, quien registró 452 hurtos equiparables a un 9.77 por ciento.
Por su parte, las demarcaciones con menor presencia de este tipo de ilícitos fueron: Milpa Alta, con un episodio reportado en dicho lapso y el cual representa un 0.02 por ciento del total; Magdalena Contreras, con 11 casos equivalentes a un 0.24 por ciento; Cuajimalpa con 19 y un porcentaje del 0.41 por ciento; así como Tláhuac y Xochimilco, quienes asentaron la cifra de 58 robos correspondientes a un 1.25 por ciento, respectivamente.
Además de las estadísticas oficiales existe otro porcentaje de delitos que no llega a ser denunciado ante las instancias competentes, ya sea por desaliento, miedo a la exhibición pública, algún tipo de represalia, e incluso por mera falta de confianza en las autoridades procuradoras de justicia.
Tal es el caso de Jesús Vela, a quien el pasado 28 de diciembre le robaron su bicicleta de trabajo en las inmediaciones de la plaza comercial Reforma 222, en la calle Havre de la colonia Juárez, en la alcaldía Cuauhtémoc.
“Ese día fui a recoger un envío de comida que incluso me cancelaron, pero cuando salí de la plaza a buscar mi bici ya no estaba y tampoco había rastro de la cadena. Lo gacho fue que no solo me habían robado a mi, sino también a otro repartidor de Uber Eats que había dejado su bicicleta a un lado”, relata con enojo.
Tras el hurto, el hombre de 32 años solicitó ayuda a un policía que merodeaba la zona, no obstante, éste le dijo que no valía la pena realizar una denuncia porque “son cosas que no se pueden recuperar y que mucho menos están aseguradas”.
A una semana del hecho, el también ciclista urbano asegura que se trata de un problema común entre repartidores y que éstos están hartos de que se roben su principal herramienta de trabajo.
Medida ciudadana
Frente al creciente robo de bicicletas en la Ciudad de México, tanto integrantes de la comunidad ciclista como afectados por esta clase de delitos se han dado a la tarea de formar comunidades virtuales para rastrear e intentar recuperar sus vehículos mediante la denuncia y participación ciudadana.
La principal función de esta especie de boletinaje público es la localización de las unidades no motorizadas, sin embargo, también para evitar la compra y venta de los vehículos robados o de sus piezas, ya que a su vez existen páginas donde suelen comerciarse esta clase de artículos.
Problemática en el olvido
Desde que la bicicleta comenzó a popularizarse en la Ciudad de México, hace unos 10 años, el robo de estos vehículos se ha mantenido como un problema invisibilizado por autoridades capitalinas de las distintas administraciones pasadas, asegura Agustín Martínez, fundador y presidente de la asociación civil Bicitekas.
“Algo que estimula el crecimiento de este delito es la existencia de mercados negros, ya que hemos sabido que muchas veces las personas intentan recuperar sus bicis en los famosos ‘tianguis de robado’ o en ‘grupos de usado’, y, pues es claro que mientras esto siga resultando un negocio esta situación no disminuirá”, sostiene.
“Nuestra recomendación para cuando alguien pierde una bicicleta es denunciar ante autoridades, publicar en redes sociales el robo de la misma y compartir una foto de ésta para alertar a la comunidad”.
Otra medida para combatir el robo de bicicletas y que se incentivará desde Bicitekas AC, adelanta Martínez, es promover un registro público y voluntario de esta clase vehículos para generar una base de datos y que en ciertas situaciones se pueda acreditar un registro de propiedad.