Los “huachicoleros” se han hecho de un amplio mercado cautivo tanto en Guadalajara como en el resto de las regiones de Jalisco, donde se estima que alrededor de 133 mil jaliscienses están consumiendo el combustible robado a Pemex por la delincuencia organizada.
La obtención de ese dato se le debe al Consejo Económico y Social del Estado de Jalisco para el Desarrollo y la Competitividad (Cesjal), con su Estudio sobre la Percepción de la Corrupción en Jalisco 2017, que elaboró con la firma Berumen.
Con la información recabada en el estudio y el cálculo que hace de al menos dos compras mensuales de combustible ilegal por parte de los jaliscienses, el Cesjal concluye que la pérdida anual de Pemex en Jalisco es de al menos mil 630 millones de pesos.
Pero está también la otra cara de la moneda. Esta disposición de los jaliscienses por ahorrarse unos pesos con la compra de gasolina en el mercado ilegal, implica el que reditúen a las estructuras criminales con ingresos por mil millones de pesos al año, las mismas que están detrás de buena parte de la violencia homicida en Jalisco.
En el estado, el robo de hidrocarburos es una de las actividades delictivas que concentra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La gasolina robada que se halla en Jalisco ronda los 10 pesos por litro, según el estudio; llegó a ubicarse entre 6 y 8 pesos por litro en 2014 (oficial valía 12.59 pesos la Magna, y 13.23 pesos, Premium).
De los jaliscienses que han tenido acceso a la oferta de combustible ilegal, el 29 por ciento decidió comprarlo (tres de cada 10); este indicador es del 24 por ciento solo en la Zona Metropolitana de Guadalajara (una cuarta parte de los tapatíos); y del 37 por ciento en el resto de las regiones (cuatro de cada 10).
Tentadora oferta
Los datos que arroja el Cesjal representan la primera medición que se hace en Jalisco de la accesibilidad del combustible ilegal. Se sabía que el estado tiene una alta incidencia de este delito en el país, pero se habían omitido las aristas de su consumo y distribución.
El Estudio devela que una décima parte de los jaliscienses tiene acceso al combustible que el crimen organizado le roba a Pemex, pues el 9 por ciento respondió afirmativamente al reactivo: “En los últimos 12 meses ¿Le han ofrecido a usted gasolina de dudosa procedencia?”.
Una proporción que fue igual de alta tanto en la ZMG como en el resto de las regiones.
Desde el 2014, el presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas), Pablo González Córdova confirmó a Reporte Indigo que la mitad de las 400 gasolineras fuera de la ciudad de Guadalajara distribuían combustible robado bajo la amenaza del crimen organizado:
“Ahí es donde todas estas gasolineras están también sujetas a la presión de la delincuencia organizada, venden el producto forzados: o vendes mi producto o te entrego la cabeza de… El sistema es: bajan el producto y si no lo aceptas ya sabes a qué (te atienes), lo tienes que pagar el día que ellos quieren, hay muchas, algunas estaciones por ejemplo que ya están intervenidas por los grupos delincuenciales (…) si no lo vendes, pelas.
“Muchos están obligados, hay gente que su gasolinera ya la manejan los extraños, la delincuencia, ya no se pueden parar en sus empresas (…) es muy dramático lo que está pasando en Jalisco de que en todos los pueblos, en Los Altos, en la costa, en el Norte, la delincuencia está creciendo en vender su producto (‘Gasolineros, obligados a vender hidrocarburo robado’, 30 de abril de 2014)”.
Colonias en la ilegalidad
Mientras mayor es la oferta de combustible ilegal en el estado, más crece su consumo.
En Jalisco, Pemex tuvo registro en 2007 de solo cuatro tomas clandestinas en sus ductos, pero para el 2012 ya eran 122, en 2013 se elevó a 230, en 2014 a 309, y en 2015 a 419, el mayor pico hasta ahora. En 2016 tuvo un ligero descenso a 306 y hasta el primer bimestre de 2017 sumaba 92.
Toda esta actividad ilegal de robo de hidrocarburos ha dado lugar, por tanto, a una multiplicación de los puntos de acceso al combustible ilegal, y a una normalización de su consumo.
El estudio indica que uno de cada cinco jaliscienses contestó que es muy frecuente o algo frecuente que los vecinos de su colonia compren gasolina robada.
Lucrativo negocio
El Cesjal desarrolló el estudio sobre el fenómeno de la venta de gasolina ilegal en Jalisco:
>> 1,630
Millones de pesos la pérdida anual de Pemex en Jalisco ante el robo de combustible
>> 10
Pesos por litro, el precio en que se vende en Jalisco la gasolina robada
>> 3 de 10
Jaliscienses que han tenido acceso a combustible ilegal lo han comprado
>> 6-8
Pesos por litro, se vendía la gasolina robada en el año 2014
La ordeña
En Jalisco, Pemex lleva el registro de las tomas clandestinas identificadas en los últimos años:
Año Tomas
2007 4
2012 122
2013 230
2014 309
2015 419
2016 306
*2017 92
*Hasta el primer bimestre de 2017
Gasolineras, eslabón vital
Aunque es hasta ahora, con la crisis “huachicolera” de Puebla, que la administración federal comienza a concentrarse en el rol de las gasolineras para la distribución del combustible robado, ya al menos desde 2009 la Procuraduría General de la República (PGR) tenía indicios de que su participación era muy importante.
El 3 de junio de 2009, tras un operativo en Veracruz, la PGR afirmó en su comunicado 590/09:
“De acuerdo con un análisis de PEMEX, el 80 por ciento del combustible robado a la paraestatal tiene como destino probable las franquicias que son aproximadamente nueve mil en todo el país”.
Se trataba de una acción conjunta entre la PGR, el Servicio de Administración Tributaria (SAT), el Ejército y Pemex, en Acayucan, dentro de la averiguación AP/PGR/DGCAP/DF/29/2008, para:
“La verificación de cinco estaciones de servicio (gasolinerías), las cuales de acuerdo con información de inteligencia, se abastecían del producto ilegalmente obtenido y almacenado en la bodega descrita. La autoridad fiscal había detectado una diferencia de cinco millones de pesos entre las compras de producto y las ventas de las mencionadas gasolinerías”.