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Las elecciones del 2018 serán las más grandes del país y no sólo a nivel federal, sino en varios estados de la República.
Ocho entidades elegirán a un nuevo gobernador; a ellos se sumará la Ciudad de México, que votará por quien ocupe la Jefatura de Gobierno.
Con el proceso electoral que ya arrancó, la clase política en los estados está en efervescencia.
Los estados de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, así como la Ciudad de México, viven ya la fiebre sucesoria en sus casas de gobierno.
Aunque los partidos políticos tienen una dinámica para el proceso electoral federal, en el que se renovará la Presidencia de la República y la totalidad del Congreso de la Unión, en los estados cada caso es diferente.
Las pugnas internas entre los diferentes grupos de los partidos políticos están en su apogeo para hacerse de un lugar en la sucesión de los gobernadores en funciones.
Para los partidos políticos que hoy se encuentran en el poder, la elección del próximo 1 de julio será no sólo la pelea por un cargo, sino una evaluación de su tarea de gobierno.
Las elecciones pasadas les han dejado una lección. En estados como Chihuahua, Veracruz, Nayarit o Quintana Roo, los escándalos de corrupción de los gobernadores en turno derivaron en que el PRI perdiera las elecciones y hubiera alternancia.
Los fenómenos naturales tendrán también un papel en esta elección. La respuesta a los terremotos de septiembre podrá inclinar la balanza electoral en las zonas más dañadas.
Al clima nacional por la elección federal, se suma también el ambiente local. Por ejemplo, mientras a nivel nacional se conformó el Frente Ciudadano por México, por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano, no en todos los estados competirán juntos. El PRI y el PVEM podrían separarse después de varios años compitiendo juntos.
A la agitación de la clase política por los comicios se suman dos ingredientes: en algunos estados será la primera vez que podrán participar candidatos independientes y que se reelegirán algunos legisladores o alcaldes que hoy están en el cargo.
Otros estados renovarán su congreso local o sus ayuntamientos o ambos. En total, 30 de las 32 entidades federativas tendrán elecciones locales, además de la federal.
En la elección del 2018 se elegirán a 2 mil 818 personas para ocupar cargos de elección popular en los estados y la Ciudad de México. A ellos se suman los 629 cargos a nivel federal.
No en balde se dice que la elección del 2018 será la más grande, complicada y fiscalizada de la historia del país; un reto mayúsculo no sólo para la autoridad electoral, sino para los partidos, los grupos de poder y los ciudadanos.
CDMX, la joya de la corona
De todas las gubernaturas que se elegirán el próximo 1 de julio, la más importante será la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, por lo que las fuerzas políticas ya se mueven para tener posibilidades de triunfo.
Convertido en un bastión perredista desde 1997, cuando fue posible por primera vez votar a quien gobernaría la capital, la Ciudad de México llegará a las elecciones en medio de la recuperación después del sismo del 19 de septiembre, que movió también el tablero político.
En la capital del país los partidos del Frente Ciudadano competirán juntos, con lo que buscan tener más posibilidades de triunfo.
Aunque no se ha definido el método por el que se elegirá a los candidatos, la mayor presencia del PRD hace que lleve mano en la definición del abanderado.
Varios son los perredistas –o no militantes- que buscan tener esa nominación. La aspirante más fuerte es Alejandra Barrales, actual senadora y dirigente nacional del PRD.
Sobre la mesa están también los nombres de Armando Ahued, secretario de Salud local; José Ramón Amieva, secretario de Desarrollo Social local; y Salomón Chertorivski, secretario de Desarrollo Económico de la ciudad.
El PAN también ha planteado postular a la actual delegada de Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez.
Incluso, se ofreció la posibilidad de que Ricardo Monreal fuera su candidato cuando éste fue excluido del proceso interno de Morena, cuya candidata será Claudia Sheimbaun, delegada de Tlalpan.
Una vez que se distanció de Morena, Monreal recibió ofertas del Frente Ciudadano, del PRI, del PVEM y hasta del PES para ser su candidato.
Aunque Ricardo Monreal no ha clarificado su futuro político inmediato y ha dicho que no se irá de Morena, lo cierto es que tendrá una fuerte influencia en las elecciones del 1 de julio del próximo año.
Chiapas, el divorcio
Las elecciones que habrá en Chiapas, el estado más pobre del país, se darán en medio de la reconstrucción tras los sismos que han afectado a la entidad y de la tormenta política de una posible muerte de la alianza PRI-PVEM.
Tras su ruptura con el PAN en el año 2002 –porque consideró que el entonces presidente Vicente Fox no cumplió los acuerdos políticos que hicieron para que él llegara al poder-, el PVEM formó una alianza con el PRI que se mantiene hasta hoy… aunque las cosas están por cambiar.
El estado de Chiapas fue el nicho que el PVEM encontró para hacer crecer su poder político. Fue ahí donde hace seis años el PRI abanderó a Manuel Velasco como candidato de ese partido y lo llevó al poder.
Para la elección del 2018, el divorcio del PVEM y el PRI está en puerta, por lo que serán adversarios en estos comicios.
Por el lado del PVEM, los aspirantes son el senador Luis Armando Melgar; el presidente estatal del partido, Eduardo Ramírez Aguilar, apodado el “Jaguar Negro”; y Fernando Castellanos Cal y Mayor, alcalde de Tuxtla Gutiérrez y –se dice- favorito del gobernador.
En el PRI también hay una lucha por la candidatura. Los principales aspirantes son el senador Roberto Albores Gleason, a quien se identifica como cercano a la dirigencia nacional del partido; y el diputado local Willy Ochoa, allegado a Manlio Fabio Beltrones.
Morena ha tomado fuerza en la entidad y su coordinador territorial –cargo que funciona casi como una precandidatura- es Rutilio Escandón, quien ha sido magistrado del Poder Judicial local, diputado federal y senador.
Guanajuato, el reto del PAN
En medio de la peor crisis de inseguridad que ha tenido en su historia, Guanajuato llegará a las elecciones del 2018 con un PAN que lucha por mantener la gubernatura.
Desde 1991, año en que Carlos Medina Plascencia ganara las elecciones para el PAN por primera vez, Acción Nacional ha mantenido como su principal bastión a ese estado; su reto mayor será conservarlo.
A nivel local, los partidos que conforman el Frente Ciudadano por México –PAN, PRD y Movimiento Ciudadano- todavía negocian el acuerdo que tendrán. De concretarse, el albiazul llevará mano en la decisión de quién será su candidato; ese partido ha decidido que las candidaturas serán por designación.
Dentro de las filas del PAN son varios los aspirantes que quieren convertirse en el sucesor del gobernador Miguel Márquez.
Se trata de Diego Sinhué Rodríguez, quien fue secretario de Desarrollo Social y Humano de la entidad y suena como uno de los favoritos del actual mandatario; el senador Fernando Torres Graciano, cercano a la cúpula del PAN nacional, y Éctor Jaime Ramírez, diputado local y coordinador de los legisladores panistas.
El principal adversario del PAN en esa entidad es el PRI, que se ha dedicado a repudiar los malos resultados del gobierno panista en cuanto a inseguridad.
El tricolor tiene al menos tres aspirantes. El primero es Miguel Ángel Chico Herrera, senador, y quien ya fue candidato a gobernador en el 2006; Gerardo Sánchez, senador y expresidente de la Confederación Nacional Campesina, y Bárbara Botello, diputada federal y una de las más críticas a la administración de Miguel Márquez.
Jalisco, la meta de MC
El estado de Jalisco podría convertirse en la primera entidad que sea gobernada por Movimiento Ciudadano.
Es ahí donde MC ha consolidado su mayor representación de todo el país; aunque solamente 24 de 125 municipios jaliscienses están gobernados por el partido naranja, se trata de los más importantes: Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco de Zúñiga y Puerto Vallarta, entre otros.
El aspirante más claro de MC para ser el sucesor del gobernador Aristóteles Sandoval es Enrique Alfaro, alcalde de Guadalajara. Ambos se enfrentaron en 2012, pero el priista se impuso.
En Jalisco todavía no se amarra la consolidación del Frente Ciudadano por México a nivel local; de concretarse, el candidato natural será Alfaro, aunque en el PAN hay quienes también aspiran a la candidatura, como el senador José María Martínez.
MC tendrá a su principal contendiente en el PRI, que tiene varios aspirantes a convertirse en candidatos a la gubernatura. El más fuerte es Arturo Zamora Jiménez, actual líder de la CNOP y que ya fue candidato en el 2006.
Otros priistas que quieren suceder a Sandoval son Héctor Pizano, presidente del PRI en el estado; Eduardo Almaguer, fiscal de la entidad, y Miguel Castro Reynoso, secretario de Desarrollo Social.
Esa entidad ha sido punta de lanza en las candidaturas independientes como la de Pedro Kumamoto, quien ahora busca un lugar en el Senado.
Quien busca una candidatura independiente a la gubernatura es Vicente Fernández, hijo del popular cantante de música ranchera, quien comenzará a recolectar firmas en diciembre.
Morelos, la crisis política
Las elecciones en Morelos llegarán en medio de las labores de reconstrucción por el sismo de septiembre y de la crisis política por el enfrentamiento del actual gobernador, Graco Ramírez, con varios sectores sociales.
El terremoto de septiembre, que dejó destruidos varios poblados de la entidad, agravó esta crisis política por el mal manejo de la ayuda que hizo el Gobierno estatal, al que acusaron de repartir la ayuda con fines electorales.
A esto se sumó el enfrentamiento que desde hace meses tenía el gobernador con Alejandro Vera, rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y que tiene de su lado a personajes como Javier Sicilia, activista en pro de las víctimas de la violencia y a Ramón Castro, obispo de Cuernavaca.
Ahora, el proceso electoral encuentra a los partidos del Frente Ciudadano por México ante la disyuntiva de ir juntos o deslindarse del gobierno perredista de Graco Ramírez.
La intención de Rodrigo Gayosso Cepeda, hijastro de Graco Ramírez, de ser sucesor de su padrastro, terminó por convencer al PAN a separarse del PRD, así que cerró la puerta a la alianza.
Acción Nacional tiene como aspirantes a Javier Bolaños, diputado federal, y a Juan Pablo Adame, exdiputado federal e hijo del exgobernador Marco Antonio Adame.
Ante la crisis del PRD, Morena ha ganado fuerza y podría competir con dos aspirantes: los senadores Rabindranath Salazar y Fidel Demédicis.
Otro aspirante es el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, actual alcalde de Cuernavaca, quien competirá bajo las siglas del PES.
El PRI tiene también dos candidatos: Jorge Morales, exalcalde de Cuernavaca, y Matías Nazario, diputado federal.
Puebla, lucha encarnizada
En Puebla, como en pocos estados, los grupos de poder tienen ya una lucha encarnizada por la gubernatura.
Las elecciones se desarrollarán en un ambiente donde todavía hay una fuerte influencia del exgobernador Rafael Moreno Valle.
Al ser una de las mayores influencias para la conformación del Frente Ciudadano por México, Moreno Valle ha fomentado esta alianza a nivel local, donde sí irán juntos los tres partidos.
Pero no sólo eso. El PAN, el PRD y MC buscan absorber a otros partidos, incluso al PVEM, para que la elección se conforme en tres grandes bloques: el Frente, el PRI y Morena.
Por el Frente, la candidatura es buscada por el senador Javier Lozano, cercano tanto a Moreno Valle como al actual mandatario, Antonio Gali, y Martha Erika Alonso, esposa de Moreno Valle y que hoy dirige al PAN estatal
Por el PRI destacarían el senador Ricardo Urzúa y el diputado federal Jorge Estefan Chidiac.
Morena nombró como coordinador territorial al senador Luis Miguel Barbosa, hecho que lo convierte casi en candidato de ese partido.
En el proceso interno de Morena terminó por eliminar de la contienda a Enrique Cárdenas Sánchez, exdirector del Centro de Estudios Espinosa Yglesias –uno de los impulsores de las leyes anticorrupción-, quien ha anunciado que buscará la candidatura por la vía independiente.
Tabasco, choque de izquierdas
En Tabasco, el proceso de sucesión en la gubernatura promete un choque entre los dos partidos de izquierda que tienen más posibilidades de ganar.
En las elecciones del 2018 se buscará al sucesor del perredista Arturo Núñez, cuyo principal problema ha sido el aumento de la inseguridad en todo el estado.
Tanto el PRD como Morena tienen aspirantes populares entre los tabasqueños, pero el hecho de que sea la tierra natal de Andrés Manuel López Obrador puede influir en los electores.
Del lado del PRD se ubican como fuertes contendientes Gerardo Gaudiano, alcalde del municipio de Centro, y Fernando Mayans, senador y vicecoordinador de la bancada del PRD en el Senado –quien se mantuvo fiel a su partido a cambio de la promesa de ser considerado para la candidatura.
En Tabasco se trabaja ya en la conformación del Frente Ciudadano por México, por lo que es previsible que el PRD lleve mano en la definición de esa candidatura.
En Morena, la representación estatal está en manos de Adán López Hernández, lo que lo convierte en el virtual candidato a la próxima elección. Es uno de los miembros de Morena más cercanos a Andrés Manuel López Obrador en esa entidad.
El PRI también tiene algunos aspirantes, aunque para ese partido sea un estado complicado. Se trata de Georgina Trujillo, diputada federal, y Benito Neme, actual director de Capufe.
Yucatán, grupos de poder
En esa entidad se dará una fuerte competencia entre el PRI y los partidos del Frente Ciudadano por la sucesión del actual mandatario Rolando Zapata.
Por el lado del PRI los grupos de poder en la entidad mueven ya sus fichas para posicionar a sus aspirantes que son varios.
Está Jorge Carlos Ramírez Marín, actual presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, y quien ha tenido diversas responsabilidades en los procesos electorales recientes. Se dice que cuenta con el respaldo de la dirigencia nacional del tricolor.
Sin embargo, Ramírez Marín se enfrenta a un grupo poderoso en el PRI de Yucatán: el del senador Emilio Gamboa, quien impulsa a su hijo, Pablo Gamboa Miner –hoy diputado federal- como candidato.
Del lado del Frente Ciudadano, el PAN es el partido más fuerte en la entidad, por lo que llevaría mano en la elección del candidato.
Entre los aspirantes del albiazul están Renán Barrera, exalcalde de Mérida. Y Mauricio Vila Dosal, hoy alcalde de esa ciudad.
El asunto será decidido por el CEN del PAN, y ambos contendientes han dicho que respetarán lo que decida la cúpula.
Veracruz, ¿la continuidad?
Veracruz llegará a las elecciones del 2018 todavía resolviendo el tema de corrupción de la administración del priista Javier Duarte.
Después del corto periodo como gobernador que tiene Miguel Ángel Yunes Linares, de apenas dos años, los partidos del Frente Ciudadano por México tratarán de mantener el Gobierno estatal.
El PRI sabe que Veracruz es un estado complicado, por decir lo menos, a pesar de que el Gobierno estatal ha concentrado sus esfuerzos en perseguir al exgobernador y no en mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía.
El hijo del actual gobernador, Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde del municipio de Boca del Río, se perfila para ser el candidato de la alianza del PAN, el PRD y MC.
El PRI tiene a varios aspirantes que podrían lanzarse al ruedo más difícil que tendrá el tricolor.
Son los senadores Héctor Yunes Landa –quien compitió contra Yunes Linares en 2016-, y José Yunes Zorrilla.
Sin embargo, en el PRI también podrían ir con Miguel Alemán Magnani, hijo del exgobernador Miguel Alemán Velasco.
En Morena, partido que ha crecido en esa entidad, ya se designó a Cuitlahuac García como coordinador territorial, hecho que lo ubica nuevamente como candidato, al igual que en la elección del 2016.